Los bienes raíces son aquellos activos fijos que no pueden trasladarse, como locales comerciales, oficinas, casas, terrenos sin desarrollar y fábricas. Entre ellos, resalta en el interior del país el crecimiento del real estate productivo; proyectos relacionados a la inversión en producción agrícola, ganadera e incluso forestal.
Una de las opciones que ofrece el mercado argentino es Altos de Tinogasta. Ubicado en los Seismiles, Catamarca, una de las regiones más altas de la Cordillera de los Andes, permite invertir en pesos al tipo de cambio oficial en tierras productivas para luego capitalizarse en dólares y recibir rentas de la comercialización de vinos y aceites.
El diferencial del proyecto se encuentra en que ofrece un doble beneficio: la rentabilidad del cultivo y la escritura de los terrenos. Con más de 300 socios y 400 hectáreas en la “franja de oro” del Valle de Tinogasta, no es necesario que los inversores sean expertos en producción; ya que se encuentra a cargo de un equipo de profesionales.
“Los precios de las parcelas hacen que incluso medianos y pequeños inversores puedan acceder y formar parte”, señala Diego Torrea, director comercial del emprendimiento, y agrega: “Invertir en commodities como el aceite de oliva es un excelente resguardo de valor con rentas que escalan del 5% al 7% anual en dólares”.
En relación a la producción de vinos, la Bodega Veralma cuenta con viñedos plantados a una altura de 1.300 metros sobre el nivel del mar y tres líneas de vinos comerciales: Seismiles, de vinos jóvenes; Entretantos, de estructura media, y La Gesta, elaborado en barricas de roble francés durante 12 meses.
“Nuestros vinos tintos son de mucho color y de una concentración polifenólica intensa y persistente. Son vinos con mucho cuerpo, que expresan de una manera franca las características de nuestro terroir. Trabajamos para elaborar y obtener vinos que sean auténticos, agradables al beber y que puedan transmitir todos los atributos de una nueva zona vitivinícola emergente en el país.”, explica Santiago Palero, enólogo encargo del proyecto.
Entre la propuesta que ofrece la bodega se encuentra la posibilidad de crear un vino propio junto al profesional. Es decir, elaborar 300 botellas de vino en barricas de roble según los gustos del inversor y con el acompañamiento del enólogo de principio a fin.
Además, Altos de Tinogasta posee un parque solar de un megavatio de generación propia de energía renovable. Desde la firma estiman que esta apuesta -con una capacidad equivalente al consumo hogareño de 10.000 personas y una inversión de un millón de dólares - disminuirá cerca de un 25% de los gastos y mejorará la renta de los socios.
“Este caso es único en Argentina, una empresa agroindustrial que genera su propia energía renovable. El objetivo es sustituir la energía convencional, altamente costosa, con energía renovable, que disminuirá los costos operativos convirtiéndonos en el primer emprendimiento de real estate productivo verde autosustentable”, desarrolla Torrea.
La última oportunidad de inversión
Actualmente, Altos de Tinogasta se encuentra consolidando su cuarta etapa de lotes. Se trata de parcelas de olivares de 2.500 metros cuadrados de superficie que sembrará más de 1.600 plantas por hectárea bajo un sistema intensivo.
Se comercializan en preventa a 14.600 dólares, pudiéndose abonar al contado en pesos al tipo de cambio oficial o financiado con un 40% de anticipo a la firma del boleto de compra y hasta 24 cuotas fijas.
Además, la compañía asegura que quienes compren en esta etapa no abonarán costos operativos hasta mayo de 2025 inclusive, y recibirán por contrato una renta asegurada del 5% neto en dólares a los 12 y 24 meses de la inversión.
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