En una coyuntura internacional desafiante, donde la invasión rusa a Ucrania puso sobre la mesa temas relacionados con la seguridad alimentaria y energética global, y con un contexto local muy complejo por las vaivenes de la política económica nacional, el maíz se prepara para una nueva campaña. A esto hay que sumar la amenaza del clima adverso, con posible ausencia de precipitaciones al momento donde el cultivo define sus rendimientos.
En este marco, los integrantes de la cadena maicera decidieron días atrás repensar las opciones del sector, convencidos de que el maíz siempre está preparado para realizar diferentes aportes. La presencia del producto ocupa diversos lugares: el maíz está en los cereales del desayuno, los pochoclos, los tacos, la sémola, la polenta y el locro; está en la carne vacuna, de cerdo, el pollo, la leche y los huevos; está en múltiples ingredientes alimentarios, como bebidas alcohólicas, refrescos, caramelos, chicles, sopas, aderezos, edulcorantes.
Pero el maíz también está en la industria química, la farmacéutica y la cosmética, en el alcohol, las naftas, pegamentos, cerámicas, papeles, pinturas, textiles, neumáticos, y bioplásticos. Más de 600 productos contienen hoy maíz, y sus usos se siguen descubriendo. Hasta sus residuos se emplean, por ejemplo, para generar bioenergía.
El complejo maicero argentino, además, es la segunda fuente de dólares por exportaciones de la Argentina, genera más de 700.000 empleos directos, y tiene una de las menores huellas de carbono del mundo, que este año se está midiendo para ponerla en valor. “Porque cuando la guerra pase, los temas ambientales volverán al centro de la escena y tenemos que estar preparados”, expresaron desde la Asociación Maíz y Sorgo Argentino (MAIZAR).
La entidad reflexionó sobre todo esto durante su último Congreso anual realizado en junio pasado, en relación a lo que se hizo y se está realizando, y el papel fundamental de los eslabones de esta compleja cadena. También se generaron espacios específicos para dos de los actores relevantes: los productores, con las últimas novedades técnicas, y los jóvenes, para conocer sus puntos de vista y lo que tienen para ofrecer.
Campaña
Todo esto, en el marco del ciclo del cereal 2021/2022 donde se realizaron ajustes en el área cosechada para grano comercial que ahora llega a 8,65 millones de hectáreas según la Bolsa de Comercio de Rosario. De esta forma la cosecha maicera finalizará alcanzando la barrera de los 51 millones de toneladas, algo que parecía imposible en un ciclo muy afectado por la falta de agua.
Con respecto de la estimación de junio de maíz, esto resulta en un ajuste alcista de 1,9 millones de toneladas para el informe de julio que difundió la entidad. El 85% de avance de cosecha afirma el rendimiento nacional de 68,3 quintales por hectárea que termina muy muy lejos del promedio de los últimos años, 81,9 quintales por hectárea. De todas maneras, la campaña 2021/22 marca un nuevo récord de área sembrada con un crecimiento interanual del 17%.
Teniendo en cuenta la importancia del cereal, Infobae presenta este especial de maíz. Un recorrido por las empresas semilleras, maquinaria agrícola y aquellas que brindan diferentes servicios, en una cadena que hoy busca expresar su potencial basado en el esfuerzo de los productores, el aporte de las nuevas tecnologías por parte de las compañías, y el agregado de valor, entre otros aspectos.