La Rioja: un destino para conectarse con la aventura en las vacaciones de invierno

Naturaleza indómita, sabores ancestrales y su historia convierten a esta provincia en una opción inigualable para desconectarse y disfrutar del receso invernal

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Quebrada de Los Cóndores en Sierra de los Quintero (Crédito: Prensa Ministerio de Turismo y Deportes de la Nación)
Quebrada de Los Cóndores en Sierra de los Quintero (Crédito: Prensa Ministerio de Turismo y Deportes de la Nación)

La propuesta de La Rioja para las próximas vacaciones de invierno habla de recorrer paisajes únicos en sus cuatro puntos cardinales, asombrarse con los colores de valles y montañas y sorprenderse con aromas y sabores. Conocer los vestigios de los primeros dinosaurios, sentir de cerca el vuelo del cóndor andino y degustar los mejores varietales del enoturismo, se suman a las múltiples opciones.

En la capital riojana se inician los diferentes corredores turísticos, por lo que ofrece una gran variedad de opciones de hotelería. La ciudad es una de las más antiguas del país por lo que en su paisaje urbano sobresalen el estilo neocolonial y, a su vez, construcciones de principios del siglo XX.

Villa veraniega de Sanagasta (Crédito: Prensa Ministerio de Turismo y Deportes de la Nación)
Villa veraniega de Sanagasta (Crédito: Prensa Ministerio de Turismo y Deportes de la Nación)

A muy pocos kilómetros del casco céntrico, se encuentra el Dique de Los Sauces, formidable espejo de agua apto para el deporte y la recreación. También está el Cerro de La Cruz, punto panorámico ubicado a 1.680 msnm, donde se pueden realizar escalada, rappel, tirolesa y cabalgatas, además de contar con una pista de parapente y aladeltismo.

A 30 km de la capital está Sanagasta, una villa veraniega que alberga un importante reservorio de la anidada de los grandes saurios que habitaron la región. Estos pueden verse a escala real en un recorrido por el Parque Geológico, donde se hallaron fósiles de entre 65 a 95 millones de años.

Ya por la ruta principal 75, hacia el norte y en paralelo a las Sierras de Velasco, se ubica Castro Barros, donde se encuentran las primeras bodegas riojanas. Sus vinos industrializados, artesanales o de autor conquistaron los mercados nacional e internacionales debido a su diferencial por ser cosechados entre los 1.400 y los 1.700 msnm.

La cultura y la historia atraviesa la naturaleza de La Rioja (Crédito: Prensa Ministerio de Turismo y Deportes de la Nación)
La cultura y la historia atraviesa la naturaleza de La Rioja (Crédito: Prensa Ministerio de Turismo y Deportes de la Nación)

Un conjunto de poblados, en el corazón del norte riojano, componen este itinerario turístico en el que también se pueden visitar iglesias centenarias y el Castillo de Dionisio. El recorrido costero ofrece cabalgatas, trekking en la montaña, así como propuestas culturales y fiestas típicas, guitarreadas por las noches y mercados en los que se ofrecen dulces, quesos y tapices.

En Santa Teresita, un oasis de aguas termales ofrece sus propiedades curativas en el marco de un paisaje privilegiado, con aguas dulces y un microclima con temperaturas de hasta 42º. Más adelante se puede practicar carrovelismo y kitebuggy en Vientos del Señor, en una extensa superficie de suelo arcilloso que se funde con el cielo.

Los oasis termales de Santa Teresita (Crédito: Prensa Ministerio de Turismo y Deportes de la Nación)
Los oasis termales de Santa Teresita (Crédito: Prensa Ministerio de Turismo y Deportes de la Nación)

Dejando la ruta 60 e ingresando al tramo de la mítica 40 por suelo riojano, se llega a San Blas de los Sauces donde el pasado originario legó el sitio arqueológico de Hualco, una ciudad de piedra construida hace más de mil años. Una parada obligada es el pequeño poblado de Chañarmuyo para conocer la producción de grapa desde los alambiques y degustar de los mejores productos regionales.

En el Valle de Chañarmuyo, un oasis rodeado de la Sierra del Paimán, más antigua que la cordillera de los Andes, ofrece por las noches un manto de infinitas estrellas. La altura y el clima seco, provocan un microclima que combina días cálidos con noches frías, ideal para el cultivo de nobles vides y que guardan el recuerdo de los antiguos Diaguitas que habitaron sus tierras.

El Cristo de El Portezuelo, el monumento histórico nacional del Cable Carril y muy cerca el mayor y más importante cactario de Sudamérica con especies de diferentes partes del mundo, son una muestra de la versatilidad de paisajes, recursos culturales e históricos de la provincia. Caminos de montaña que son atravesados por ríos de cauce temporario, se pueden recorrer haciendo trekking o mountain bike durante todo el año.

La Rioja se puede recorrer haciendo trekking o mountain bike durante todo el año (Crédito: Prensa Ministerio de Turismo y Deportes de la Nación)
La Rioja se puede recorrer haciendo trekking o mountain bike durante todo el año (Crédito: Prensa Ministerio de Turismo y Deportes de la Nación)

La Ruta 40 pasa por pequeños caseríos entre ellos Tambillos, Las Trancas o “Puesto Siciliano” y Puerto Alegre. Por otra parte, para mejorar la comunicación norte-sur en el corredor andino de la ruta 40 y dar acceso a la ruta nacional 76 que lleva a Chile por el Paso Pircas Negras, se construyó una moderna ruta totalmente pavimentada.

El Parque Nacional Talampaya, donde 250 millones de años dejaron en la superficie monumentos que atesoran el inicio de la vida, imponentes cañadones de rectos y altos paredones dejan al descubierto imágenes sorprendentes como El Monje, Rey Mago, La Torre y otras figuras. Declarado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad y séptima Maravilla Natural de Argentina, resguarda grabados realizados por hombres que habitaron la región miles de años atrás.

La historia, la arqueología, sus titánicos macizos rojizos, la cultura y gastronomía hacen de La Rioja ser elegible durante todo el año. Para más información se puede ingresar aquí.

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