Según la American Cancer Society, el melanoma es un tipo de cáncer de piel que se desarrolla cuando los melanocitos (las células que le dan color marrón a la piel) empiezan a crecer sin control. Si bien es menos frecuente que otros tipos de cáncer, es más peligroso porque puede invadir otras partes del cuerpo si no hay un diagnóstico temprano.
Se estima que, durante 2020, se produjeron a nivel global 324.635 nuevos casos, de los cuales 18.881 corresponden a Latinoamérica y alrededor de 1.700 a la Argentina.
Es por eso que, en el marco del Día Mundial del Melanoma, la biofarmacéutica Bristol Myers Squibb junto con la Asociación Argentina de Oncología Clínica (AAOC) y la Liga Argentina de Lucha Contra el Cáncer (LALCEC) presentaron “Lunares con Historia”; una campaña para concientizar a la sociedad sobre la importancia de cuidar la piel y controlar los lunares de forma anual.
“El melanoma es un tumor fácilmente detectable ya que está a la vista; solo requiere prestar mayor atención a los lunares que tenemos siguiendo la regla ABCDE y acudiendo a un dermatólogo de forma anual para que pueda controlarlos. El diagnóstico temprano presenta una ventana de oportunidad que mejora ampliamente el pronóstico y la sobrevida de los/as pacientes afectados, ya que la mayoría de los estadíos iniciales pueden curarse”, explicó la Dra. Jimena Alejandra Maur Perotti (MN 119.939) Oncóloga Clínica, especializada en Melanoma que integra el equipo de la Sección Oncología Clínica del Hospital Italiano de Buenos Aires y miembro de la AAOC.
La campaña creada para este día explica que los lunares cuentan su propia historia, y leerla puede ser la principal medida de prevención. De esta manera, resalta la importancia de la visita al dermatólogo, además de la autoexaminación a través de la regla ABCDE para distinguir un lunar normal de un melanoma.
Esta regla cuenta con la “A” de asimetría -cuando la mitad de un lunar no es igual a la otra-, “B” de bordes irregulares -cuando los bordes son desiguales, borrosos o pocos definidos-, “C” de color -en el caso de una pigmentación no uniforme-, “D” de diámetro -cuando el lunar mide más de seis milímetros o se producen cambios de tamaño- y “E” de evolución -para identificar si hubo cambios en el color, tamaño, forma o espesor.
Además, hay varios factores de riesgo que pueden agudizar la propensión a desarrollar melanoma; como la exposición a los rayos ultravioleta (UV). Por eso, los especialistas recomiendan adoptar hábitos saludables como evitar la exposición al sol entre las 10 y las 16 horas, así como la radiación generada por las camas solares y utilizar protector solar mayor a 30 FPS.
El riesgo es mayor también en personas que tienen muchos lunares o lunares atípicos, y piel blanca o clara que se quema fácilmente con el sol. También aumenta si uno o más de sus parientes de primer grado -como padres, madres, hermanos e hijos- han tenido melanoma: aproximadamente el 10 por ciento de todas las personas con esta enfermedad tienen antecedentes familiares.
En cuanto al tratamiento de la enfermedad, será elegido por el médico que diagnostique cada caso, dependiendo de la etapa y la localización del melanoma. Entre las opciones está la inmunoterapia, cirugía, quimioterapia, radioterapia y terapia dirigida.
Para más información sobre la campaña se puede ingresar aquí.