El estado de Quintana Roo es la parte de México que mira hacia el Mar Caribe, en la península de Yucatán. Con destinos paradisíacos como Cancún y la Riviera Maya, casi un 90% de la región depende económicamente del turismo. Es por eso que, ante el golpe de la pandemia, fueron de los primeros en tomar medidas: aceitaron los protocolos sanitarios para seguir recibiendo gente y mejoraron la conectividad aérea.
“Con la irrupción del COVID, el Caribe mexicano recibió un fuerte impacto, fue la región del país donde más empleos se perdieron y donde más se redujo el PBI”, explica el ingeniero Darío Flota Ocampo, director general del Consejo de Promoción Turística de Quintana Roo.
Al comienzo de la pandemia, México decidió establecer un sistema de alerta basado en los colores del semáforo. En marzo de 2020 todo el país estaba en rojo, es decir que solo se permitían actividades esenciales: las relacionadas con la salud y el abastecimiento de alimentos. Fue entonces que el gobernador de Quintana Roo, Carlos Joaquín González, declaró al turismo actividad esencial.
“Ya en mayo de 2020, la Secretaría de Turismo implementó una certificación en prevención y protección sanitaria, a la cual se afiliaron más de 7 mil comercios y prestadores”, explica Flota Ocampo. Así, se acordaron criterios para resguardar la salud de los visitantes, tanto en el transporte desde el aeropuerto como en los hoteles, los restaurantes y los museos. Esto fue reconocido por el Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC), que le otorgó a Quintana Roo el primer sello de Safe Travel.
“Fueron solo cinco destinos en el mundo -asegura Flota Ocampo - y el 28 de mayo lanzamos nuestra campaña ‘Caribe Mexicano, lo mejor de dos mundos’: El 1° de junio abrieron los hoteles para capacitar personal y hacer las modificaciones necesarias. El 8 de junio recibimos a los viajeros”.
Una de las principales estrategias fue recuperar la conectividad aérea y a eso los funcionarios dedicaron sus esfuerzos durante 2020. “En lo que va de enero a diciembre de 2021 tuvimos poco más de 12 millones de turistas, un 85% de los visitantes de 2019″, refiere Flota Ocampo.
Debido al cierre de otros destinos, en el Caribe Mexicano se ha incrementado el número de turistas locales y también de los provenientes de los Estados Unidos. Y está comenzando la temporada más fuerte, que es la del invierno boreal, cuando llegan estadounidenses y canadienses. “Esperamos tener mucho movimiento en los primeros tres meses del año”, afirma el funcionario.
Playas paradisíacas y cultura maya
Con muy buenas playas y un clima estable, el Caribe Mexicano tiene doce marcas turísticas: Holbox, Isla Mujeres, Cancún, Puerto Morelos, Playa del Carmen, Riviera Maya, Isla Cozumel, Tulum, Maya Ka´an, Chetumal, Bacalar y Mahahual para promover. “Y además algo que lo hace único: el legado de la cultura maya, que está viva, que persiste. La posibilidad de tomar una excursión y conocer lugares como Tulum o Chichén Itzá”, se entusiasma Flota Ocampo.
Entre sus recomendaciones, el funcionario menciona los canales ubicados en la zona arqueológica de Muyil, donde también se puede visitar comunidades indígenas y comer con ellos. Otro imperdible es Holbox, en el punto más al norte de la Península, a poco más de dos horas de Cancún. Se trata de una isla de arena blanca con 900 cuartos de hotel. “Entre julio y septiembre nos visita el tiburón ballena y los turistas pueden nadar junto a ellos. Es una experiencia inolvidable y además, gracias a la temperatura de nuestro mar, no es necesario utilizar trajes de neopreno”, describe Flota Ocampo.
Cerca de Cancún también se encuentra Isla Mujeres, famosa playa norte que ha ganado premios a nivel mundial gracias al color casi transparente y turquesa de su agua. “Allí hay que probar un pescado a la leña que se prepara en la playa, en maya se le llama tikinxic, y es una delicia. Otro lugar que vale la pena visitar es la Isla de Cozumel, un destino muy romántico y donde se come muy bien”, afirma Flota Ocampo.
Y si se prefiere recorrer zonas arqueológicas, el director del Consejo de Promoción Turística de Quintana Roo recomienda el sur de la laguna de Bacalar, en Chetumal, la capital del estado. “Hay construcciones milenarias, poco conocidas y resulta extraordinario verlas surgir en medio del verde de la selva, que en esa zona es muy alta”.
En cuanto a programas turísticos, Quintana Roo tiene ofertas para todos los targets. En la Riviera Maya abrió el Hotel Nickelodeon que es el favorito de las familias con chicos; en tanto para quienes gustan de la música hay hoteles como Hard Rock en Puerto Aventuras, Riviera Maya y Cancún. Para los que buscan descanso, grandes resorts con spa.
En cuanto a impuestos, se cobra una tasa de salida de alrededor de 11 dólares por persona. Pero también existe un programa de devolución del IVA (del 16% y solo en comercios adheridos) que se hace efectivo presentando las facturas en el aeropuerto.
Para ingresar al Caribe Mexicano, actualmente zona “verde” (puede funcionar al 100%) no se piden vacunas ni test, solo hay que tener en cuenta que estos requisitos pueden ser solicitados por las aerolíneas. “Sí mantenemos aquí el distanciamiento, el uso de tapabocas y el gel, y el lavado frecuente de manos. También se toma la temperatura al entrar a los hoteles y en algunos restaurantes. Nos seguimos cuidando porque la pandemia no ha terminado. Sabemos que es verano en Sudamérica -concluye Flota Ocampo -, queremos que la gente disfrute y los estamos esperando”.