El agro argentino se erige, hoy más que nunca, como la columna vertebral de la economía argentina, no solamente por el movimiento que genera en el interior productivo del país, sino por que es vital para el ingreso de dólares en el país, representando más del 50% de las divisas del total de las exportaciones de Argentina.
Así, teniendo en cuenta la tamaña importancia del sector, las empresas de insumos y servicios deben dedicarse a facilitarle el trabajo al productor argentino, llevando a cabo desarrollos tecnológicos e invirtiendo para ubicarse lo más cercano posible al agricultor. Y ese es el caso de la empresa productora y comercializadora de productos fitosanitarios Tecnomyl, con más de 25 años de recorrido en el mercado y que cuenta con una composición accionaria enteramente argentina. Por más que pueda ser considerada una compañía “joven”, su crecimiento en los últimos años fue exponencial y la posicionó como líder en el mercado.
Tal es así que durante 2021, la empresa incrementó la facturación en un 70% respecto al año pasado. En este sentido, el gerente comercial de la firma, Gustavo Silva, indicó que “ese crecimiento en las ventas se volcó en inversiones, no sólo en tecnología y en la ampliación de la planta de producción, sino también en recursos humanos de excelencia”.
Tecnomyl cuenta en la actualidad con su planta de producción en Río Grande, Tierra del Fuego, y oficinas comerciales en Buenos Aires. Sin embargo, llega con sus productos y sus servicios a cada rincón del país, ofreciendo una amplia gama de agroquímicos y fitosanitarios de producción propia.
Es por eso que “la compañía apuesta a que el productor argentino la considere como una organización valiosa que puede abastecer de fitosanitarios de alta calidad a todo el sector, algo fundamental para la producción y la economía nacional”, indicó Silva. En ese marco, la firma lanzó este año la Red Austral, el primer sistema Premium de distribución, con el objetivo de llegar a todos los puntos del país, en tiempo y forma.
Respecto a lo que se viene, desde la empresa dejaron en claro que el pensamiento de Tecnomyl hoy es seguir invirtiendo en la tecnología de productos más concentrados y con el menor impacto en el ambiente, ampliar la capacidad de planta para asegurar un mayor abastecimiento e incorporar recurso humano capacitado. “Todo esto para que el productor argentino nos siga considerando una empresa nacional aliada que asegura la provisión de insumos necesarios para producir en calidad, tiempo y forma”, cerró Silva.
Sus productos
La empresa nacional entiende que para posicionarse en el mercado de fitosanitarios, sobre todo a sabiendas de que compite con compañías internacionales de tamaños gigantescos, no puede dejar la innovación e investigación de lado para llegar a la formulación de herbicidas, insecticidas y fungicidas de calidad para que el productor consuma los productos con la certeza de que maximizará sus rendimientos.
Es por eso que se especializó y hoy ocupa el puesto de líderes absolutos en el mercado de Atrazina granulada, con su fórmula Atramyl 90 WG, única de clase toxicológica IV o banda verde es decir, máxima seguridad toxicológica. “Además, nos consolidamos en otros productos por su certeza en el abastecimiento, calidad y tecnología, ya que buscamos siempre formulaciones de bajo impacto ambiental y alta performance”, aseguró Silva.
El gerente comercial contó que, ya avanzada la siembra de soja y maíz, la empresa consolidó su línea de herbicidas no selectivos, como el Helios Max, único glufosinato de amonio concentrado al 40%; otros selectivos, como Todym 24 EC (cletodim 24% EC) y Haloxigen Max (haloxifop 54% EC), y los latifolicidas imprescindibles para cultivos regionales como el maní y poroto, tales como Gensafen (fomesafen 25% SL), Guerrer (Sulfentrazone 50% SC) y Trench 84 WG (Diclosulam 84% WG).
Por otro lado, la firma está apostando fuertemente a los insecticidas de alto volteo y residualidad, como Benzomyl Ema (Benzoato de emamectina 25% SL), Benzomyl Plus (Benzoato de emamectina 10% + Lufenuron 40% WG) y el fungicida Genesis Duo (Azoxistrobina 20% + Ciproconazole 8%), para enfermedades de fin de ciclo en la soja o la roya en el maíz.