Termas de aguas mágicas y paisajes inolvidables

Hay lugares especiales que invitan a relajarse y pasar un momento agradable para eliminar las tensiones diarias. Las termas bonaerenses, gracias a sus aguas mineralizadas, recuperan la energía corporal a la vez que limpian la piel de toxinas e impurezas. Además, se encuentran rodeadas de lo mejor de la naturaleza, lo que las convierte en el escenario perfecto para una jornada de descanso.

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Entre el río y el mar

El complejo Termas Marinas está ubicado en la localidad de San Clemente del Tuyú, partido de La Costa, en un punto geográfico estratégico en el que el Río de la Plata se une con el Mar Argentino.

En el predio de 31 hectáreas está emplazado el Faro San Antonio, construido en 1892, con 58 metros de altura, 298 escalones y un alcance luminoso de 38 kilómetros. Esta baliza marina, aún en funcionamiento, maravilla a los turistas con su elevador panorámico que ofrece una vista de 360 grados de la bahía de Samborombón.

Termas Marinas ofrece una amplia propuesta de servicios e instalaciones que combina descanso y entretenimiento. Cuenta con siete piscinas diseñadas para realizar diferentes actividades.

Durante el verano, la plaza de agua con sus colores, el paseo de surgentes, los toboganes y el baldazo son el sitio preferido para los más chicos.

La temperatura de las piscinas varía de los 34 a 43 grados. El agua surge a 55 grados y se caracteriza por sus cualidades mineromedicinales, hipertermales, de fuerte mineralización, sulfatadas, cloruradas, sódicas y cálcicas.

“Posee tres veces más de sal que el agua de mar, dos veces más de calcio y un PH levemente ácido que la hace excelente para distintos tratamientos”, detalla Claudia Strassera, responsable de atención al público del parque termal.

En materia de accesibilidad, el predio cuenta con una dársena de estacionamiento, carrito eléctrico para el traslado hasta la zona de vestuarios y barandas móviles para facilitar el desplazamiento de sillas de ruedas.

El complejo tiene rampas de acceso a las piletas y locales comerciales, duchas y sanitarios exclusivos, prioridad en el sector de boleterías y menúes para celíacos en el restaurante.

Toda esta infraestructura destinada al disfrute, se conjuga con un ambiente natural con más de cuarenta especies de árboles exóticos y autóctonos de diferentes regiones del país.

Flotar de relax

Sostenerse en el agua durante varios minutos, con el cuerpo en reposo, es una de las reparadoras sensaciones de bienestar que se viven en Carhué, partido de Adolfo Alsina. Las aguas hipermarinas del Lago Epecuén superan los niveles de salinidad del océano y poseen cualidades similares a las del Mar Muerto de Israel.

Esa característica particular se puso en evidencia en 2017 cuando esta ciudad, ícono del turismo termal, batió el récord Guinness con casi dos mil personas flotando al mismo tiempo en el lago, sin ningún tipo de asistencia.

“Es un agua muy especial, mineromedicinal, con más de treinta componentes. La salinidad, los cloruros y los sulfatos hacen que sea un gran flotario natural”, comenta Rubén Besagonill, presidente de Oeste Termal SA, empresa desarrolladora y gerenciadora del complejo termal y lúdico “Mar de Epecuén”.

El predio Mar de Epecuén cuenta con un sector de 1.200 metros cuadrados de pileta climatizada con solárium, sanitarios, duchas, lockers, vestidores, todo cubierto con un cerramiento desde donde se observa el piletón lúdico de cuatro mil metros cuadrados de agua dulce que rodea ese sector.

También cuenta con seis gabinetes para masajes, otro para fangoterapia y el último donde se practican actividades como yoga.

El complejo dispone de un restaurante abierto durante todo el día en el que los turistas tienen diferentes opciones de comidas que incluyen platos vegetarianos. Al sector gastronómico se llega mediante puentes que conectan con el solárium de la piscina.

El lago Epecuén es el paisaje que acompaña esta tentadora alternativa de bienestar. Además, Carhué posee establecimientos hoteleros con piletas propias de agua termal.

Termas y naturaleza

En el partido de Villarino, sur de la provincia de Buenos Aires, el complejo Termas de Médanos, con una extensión de dieciocho hectáreas forestadas promete un encuentro singular entre el descanso y la naturaleza.

Las aguas tienen una importante composición mineral entre los que destacan el yodo y el sodio, otorgándoles propiedades relajantes, reconstituyentes y antiestresantes.

El lugar posee seis piletas cubiertas con distintas temperaturas, otra al aire libre y un lago artificial termal que forman una península y una isla. Se puede caminar por la orilla, cruzar sus puentes o pasear en kayak.

“En verano, la piscina externa, que cuenta con una isla donde funciona una confitería, es uno de los sitios más concurridos”, afirma Sergio Simoni, a cargo de Termas de Médanos.

El ambiente natural con animales silvestres, aves y peces tropicales son los atractivos de los que más disfrutan los visitantes.

También ofrecen un sector de camping cercado por una espesa vegetación, donde se pueden desplegar carpas e instalar casillas rodantes. El área cuenta con fogones y parrillas para vivir una jornada de campo.

A cien kilómetros de Villarino, las aguas termales y milenarias de la ciudad de Pedro Luro atrapan a quienes buscan alejarse de los problemas cotidianos. “Son nuestro producto estrella porque tienen el mayor nivel de mineralización del país, hecho que le confiere una extensa lista de beneficios para el organismo. A esto se le suma su particular color rojo, que la convierten en únicas en su tipo”, explica Lucio Serrón, encargado del hotel municipal Termas de Luro.

Las aguas de esta región, según Serrón, son prehistóricas, hipertermales, ya que en boca de pozo brotan a setenta grados; hipermarinas, porque su salinidad es casi cuatro veces más alta que el Océano Atlántico, y ferruginosas por su alto contenido en hierro. Son ideales para tratar diferentes tipos de dolencias como artrosis, artritis, reumatismo, enfermedades dermatológicas y respiratorias. Además, tienen efectos tonificantes, paliativos, sedativos y desestresantes.

El complejo dispone de tres piletas cubiertas, con diferentes temperaturas, zona de hidromasaje, cascada y un sauna hidrotermal. También ofrece cinco piscinas al aire libre, y un área destinada a fangoterapia.

El hotel termal cuenta con veinte habitaciones con todos los servicios, estacionamiento libre, restaurante, cervecería artesanal, parador al aire libre, alquiler de bicicletas, caminatas guiadas y acceso privado a la playa del Río Colorado.

Próximas a Capital Federal y a La Plata

El parque Termas del Salado abrió sus puertas en 2012 y se convirtió en un nuevo atractivo de este municipio. “Antiguamente General Belgrano era un destino para el descanso y la pesca en el río Salado. Con las termas, en siete años pasamos de 420 a 950 plazas hoteleras. Sin embargo, no cambió la esencia, esa tranquilidad de pueblo que nos caracteriza”, comenta Matías Barbero, jefe de Promoción Turística local.

Las aguas son de alta mineralización y fluyen cargadas de sodio, calcio y sulfato. También son mineromedicinales porque brindan excelentes acciones terapéuticas y efectos favorables para la salud.

“Los turistas resaltan la calidad del agua y el entorno de nuestra pampa húmeda a la vera del río Salado”, agrega Omar Gravagna, de cabañas Rincón de Termas.

El complejo cuenta con una pileta cubierta y tres semicubiertas con temperaturas que oscilan entre los 34 y 40 grados. Están dispuestas en una superficie total de setecientos metros cuadrados.

Además, ofrece servicios de spa, alquiler de batas, fast food, sector de descanso con quinchos, heladería, parque acuático, vestuarios, baños, duchas y cambiador para bebés.

Las termas de la provincia de Buenos Aires, cada una con sus beneficiosas cualidades y rodeadas de apacibles paisajes naturales, son una excelente oportunidad para tomarse un respiro de la rutina, recargar energías y volver renovados.