“Diego decía que hay que gambetear y divertirse con la pelota”, asegura Mohamed El Naggar, quien ofició de enlace entre la embajada argentina y el Dubái Sports Council. Tras conocer a Maradona, una gran aventura junto al astro comenzaría durante su estadía en Emiratos Árabes Unidos. Anécdotas, risas y un recuerdo que hoy inspira a decenas de jóvenes que entrenan en las nuevas escuelas de AFA-FTI a cumplir sus sueños. “A los pequeños les dan mucha emoción las estrellas de la Argentina y también los colores de la camiseta celeste y blanca”, afirma el representante comercial del emprendimiento en Dubái.
La experiencia de El Nagger junto a Pelusa comenzó con un breve episodio en el aeropuerto de Dubái, debido a que trabajaba como enlace entre la embajada argentina y el Dubai Sports Council. “Me pidieron atender a una leyenda argentina en su llegada. Yo fui, cumplí mi tarea y tuve que volver a Abu Dabi, donde vivía. Ahí Diego me dijo: ‘¿Me podés acompañar todas las semanas?’”, rememora Mohamed.
Pero el camino no era simple, El Nagger tenía su hogar en la capital, por lo que la nueva propuesta del diez se transformaba poco a poco en un desafío. Lejos de que la distancia entre ciudades le impida contar con su presencia, Maradona le ofreció un espacio en su nuevo hogar. “No te preocupes, podés vivir en esta pieza para no ir y venir todos los días”, fueron las palabras que iniciarían una larga aventura junto al astro.
“Cada minuto con Diego es un buen recuerdo. Todo el tiempo con él era un reality, cada anécdota que contó es única”, revela El Nagger. Gracias al aporte del “pibe de oro”, comenzó a dar sus primeros pasos en el fútbol. “Mi rol en el deporte empezó con Diego cuando entrenaba en los clubes. Luego, estudié para entrenador técnico y más tarde comencé a transferir la experiencia del fútbol argentino al mundo”, explica Mohamed.
En ese sentido, Dubái fue el destino donde desembarcaron las primeras franquicias de las academias tecnológicas de AFA-FTI, donde decenas de niños y jóvenes entrenan a diario. “Tengo muchas expectativas de que esto se expanda en todo el mundo”, proyecta el representante comercial del emprendimiento.
Y agrega: “Gracias a Claudio Tapia y Guillermo Tofoni de hacer este lindo proyecto de transferir la experiencia del fútbol argentino a todo el mundo. Estoy muy contento que Dubái sea el primer destino para vivir la experiencia”.
“Ningún jugador es tan bueno como todos juntos” reza en las paredes de la academia situada en los Emiratos Árabes Unidos. Allí los jóvenes pueden entrenar, observar diferentes mediciones de su desempeño a través de tecnología de vanguardia, y por sobre todo, generar una relación de amistad con sus compañeros. “Es simple, hay que divertirse y nada de tensión”, refuerza El Nagger como uno de los consejos más importantes que recibió por parte de Maradona.
El encanto por el fútbol argentino, sus estrellas, las mejores jugadas y la pasión por la camiseta albiceleste recorren el mundo. Dubái no es ajeno a dicho entusiasmo, ya que como comenta el representante comercial, los niños encuentran en los colores blanco y celeste una invitación a ser parte de la fiesta del fútbol. “Si hay un partido entre Argentina y Brasil, todos los emiratíes -o la mayoría- están con la camiseta argentina”, aclara con una sonrisa Mohamed.
A futuro, uno de los mayores deseos de El Nagger es abrir una nueva franquicia de la academia de AFA-FTI en el noreste de África. “En Egipto hay mucha pasión por el fútbol. A Diego le hubiera encantado visitar el país. Me preguntaba: ‘¿Cuándo me vas a llevar a Egipto a conocer las pirámides? Nunca las fui a ver’. Espero que a través de las academias AFA-FTI pueda cumplir el sueño de él y abrir esta ambición argentina en Egipto”, anhela el representante.
La huella de aquel barrilete cósmico que marcó generaciones, que gritaron, palpitaron y detuvieron por algunos segundos los latidos de sus corazones frente a una jugada magnífica de gol es parte del legado que hoy los pequeños futbolistas encuentran como una fuente de inspiración para ser parte de la aventura del fútbol. Desde luego, disfrutar es el primer paso.