Uno de los puntos que atrae a turistas locales e internacionales es la naturaleza del lugar. El sentido de libertad que cobra valor cuando se observa el cielo de Guayaquil sobrevolado por las especies más coloridas de aves.
Esta ciudad es conocida por la diversidad de especies de aves que la habitan. Se pueden ver en los diferentes sectores estratégicos como los bosques, manglares, esteros, plazas, parques y parterres. La existencia de proyectos de regeneración urbana, dedicados a la purificación y restauración ambiental, sumado a la creación de jardines artificiales logran que constantemente se sumen nuevas especies para el deleite de los fanáticos del aviturismo.
Cabe mencionar que las aves adquieren su nombre según criterios de clasificación científica.
El Estero Salado
Conocido como el paraíso de las aves, este brazo de mar nace en el Golfo de Guayaquil. Al estar rodeado de manglares es el espacio perfecto para la vida de la flora y fauna autóctonas. La copiosidad de los árboles y plantas son el refugio perfecto para que muchas aves decidan visitarlo a diario.
Si bien se pueden ver en cantidad a lo largo del día, para garantizar una mejor experiencia de avistamiento, el horario ideal es de 06:00 a 10:00, antes de que el calor se adueñe del espacio o de 16:00 a 18:00. Estas aves no se exponen demasiado al calor o a los rayos del sol. Las especies allí predominantes son el ibis blanco y la garceta grande.
Ochenta especies descubiertas en diferentes regiones
Un estudio ornitológico realizado entre 2014 y 2015 arrojó que, los amantes del aviturismo en el Malecón del Estero y Parques Lineales tienen 80 especies a lo largo de Guayaquil.
Algunos de los escenarios elegidos por las aves son: la plaza Rodolfo Baquerizo Moreno, Parque Lineal (Malecón Universitario), Parque Lineal Universitario – Puente Zig-Zag (Paseo de la Juventud), Parque Lineal Av. C. J. Arosemena hasta el Puente 5 de Junio, Malecón del Estero Salado – Colegio Vicente Rocafuerte, Malecón atrás del Tennis Club – desde colegio Vicente Rocafuerte hasta el Puente El Velero, Malecón y parque infantil de la Ferroviaria.
Plaza Rodolfo Baquerizo Moreno
Este es un espacio abierto con una numerosa variedad de plantas dividido en tres áreas principales: los jardines, la lagunita y la parte baja del malecón.
La flora está presente con grandes árboles y plantas nativas y ornamentales. Al ingresar por la calle Quisquís se puede apreciar un enorme árbol de ceibo en el que anidan y se posan aves de las más variadas.
En el corredor interno, entre los jardines de la Plaza Rodolfo Baquerizo Moreno, paralelo a la calle quisquís, aparecen las palmeras, acacias de Madagascar o flamboyant, guachapelí, leucaena. Estos árboles son los elegidos por el colibrí amazilia ventrirufa. Además, en ocasiones se pueden tomar fotografías a diferentes especies de pericos como el cachetigris, el del Pacífico y el caretirrojo.
Esta zona está dedicada a las aves y por eso también se pueden ver especies como la paloma ventripálida, la tangara azuleja, el clarinete colilargo y el negro matorralero, el garrapatero piquiliso o el hornero patipálido del Pacífico. El mirlo ecuatoriano, el pinzón sabanero azafranado y la tortolita ecuatoriana también suelen ser de la partida. Incluso, dependiendo del clima, suele hacer una presentación estelar el carpintero carinegro, con su picoteo al ceibo. Sí, Guayaquil invita a ver tantas aves que lo mejor es llevar la cámara o el celular con espacio suficiente y batería recargada.
Jardín al entrar por la calle Tungurahua
Aquí se puede apreciar el andar del Trogón Ecuatoriano. Pero, para los más exigentes en la materia, el jardín sur (esquina de la calle Tungurahua y boulevard 9 de octubre) es visitado por aves coloridas como la tórtola orejuda, tortolita ecuatoriana y hornero del Pacífico, entre otras. Esto se da porque el ambiente está poblado de árboles frutales, que son el alimento de estas especies y otras como la tangara azuleja, el negro Matorralero y el tirano tropical.
Jardín del árbol de higuerón
Las aves buscan la sombra de las frondosas copas de los árboles. Para ellas, un escenario natural como el Jardín del árbol de higuerón es fundamental para pasar largas horas de descanso. Mientras ellas aprovechan para reposar, el clarinete colilargo, el garrapatero piquiestriado, la tórtola orejuda, la paloma ventripálida o el tirano tropical pueden ser protagonistas de una tarde en compañía de aves de todos los tamaños, colores y sonidos. El paisaje perfecto con la flora y fauna ideales; ese toque tan especial que sólo la naturaleza sabe brindar.
Guayaquil es un destino elegido por turistas y lugareños para pasar un día al aire libre. Si entre ellos se encuentran los amantes del aviturismo se convierte en un lugar soñado ya que existen pocos espacios en América con más de 80 variedades de aves. Un destino para no dejar de recorrer.