La campaña de soja se encuentra en pleno desarrollo en el país y, si bien el pronóstico de un clima seco y perjudicial para el cultivo parece haber quedado atrás, las clásicas amenazas para la oleaginosa, como las plagas o las enfermedades propias del cultivo, siguen erigiéndose como las más peligrosas para su normal desarrollo.
Por esta razón, una buena estrategia, en combinación con la implementación de una acertada y avanzada tecnología para el cuidado del cultivo, pueden ayudar a prevenir todos estos problemas y potenciar su rendimiento.
Hoy en día, son varias las empresas que trabajan con los cánones más exigentes en cuanto a la protección del medio ambiente, además de utilizar productos biológicos como Howler para reducir el estrés de las plantas ante situaciones adversas tanto bióticas como abióticas y potenciar sus defensas.
En este sentido, la empresa japonesa Summit Agro Argentina pone a disposición del productor un amplio porfolio de productos para el control de plagas que trabajan con los cánones más exigentes en la actualidad en cuanto a la protección del medio ambiente, como así también productos biológicos como Howler para reducir el estrés de las plantas ante situaciones adversas tanto bióticas como abióticas y potenciar sus defensas.
Cuáles son las plagas que pueden afectar la oleaginosa
“La soja de primera se encuentra transitando el estado reproductivo, momento en el que hay que estar alertas sin descuidar los monitoreos de plagas, y preparados para evaluar si hay que intervenir o no”, remarcan desde la empresa.
Dentro de las plagas, se encuentra la Isoca bolillera, siendo importante su abordaje en estados vegetativos temprano (V1), y luego en estado reproductivo entre R3-R4 donde se alimenta de chauchas afectando directamente el rendimiento.
También se destaca el complejo de defoliadoras: la Anticarsia gemmatalis, Rachiplusia nu, Spodoptera spp, Loxostege sp, Spilosoma sp, entre otras. Sumándose al complejo de defoliadoras, las arañuelas y trips, provocan pérdida de área foliar y aumentan la evapotranspiración.
Como una gran amenaza, se asoma el complejo de chinches, determinantes del número y el peso de granos cuando atacan en estado reproductivo. Allí, las especies más representativas de este país son las Piezodorus guildinii, Nezara viridula, Dichelops furcatus, Eddesa spp.
Ahora bien, ¿Cuál es la mejor estrategia para controlar esta plaga?: “A la hora de controlar chinches es importante poder intervenir cuando la densidad de la plaga aún no ha superado el umbral de aplicación y cuando el cultivo todavía no ha cerrado el surco. De esta manera, existe mayor probabilidad de éxito de dar en el blanco a las chinches adultas que se encuentran en los estratos medio e inferior, y que es necesario impactar para poder controlar por contacto en el momento de la aplicación. Al tener menor cantidad inicial y un cultivo más abierto es más fácil llegar con las gotas a los estratos inferior y medio, y ser más efectivo al momento de intervenir”, explicó Carolina Martino, gerente de Desarrollo Comercial de Summit Agro Argentina.
Ante este panorama, la empresa agro presentó al productor argentino un portfolio de insecticidas con bajo impacto ambiental y que no daña ni a la fauna benéfica ni a los usuarios enmarcados en su línea de desarrollos Be Green. El programa Cropshield es uno de ellos. Consiste en intervenir en prospectiva o anticipadamente en el cultivo, aplicando conjuntamente dos tecnologías banda verde, de bajo impacto ambiental, para controlar el complejo de chinches y trips con Starkle, y el complejo de orugas defoliadoras con Amicor.
Starkle es un producto banda verde perteneciente al programa Be Green. Es un neonicotinoide -familia de insecticidas- de tercera generación con gran poder de volteo sin la necesidad de agregar piretroides y con una persistencia superior en el control de chinches cuando se lo compara al resto de los neonicotinoides del mercado.
Los resultados
En conjunto con el Amicor, se testearon en lotes de productores, durante el transcurso de 5 campañas lográndose obtener respuestas promedio en rendimiento del orden de los 317 kg/ha, comparando lotes con la aplicación de Cropshield versus el testigo absoluto. Sumado a ello, otros 52 ensayos con aplicación Cropshield vs testigo químico, durante 5 campañas, mostraron una respuesta promedio de 128 kg/ha lo que representaría 40,51 USD/ha -precio de la soja enero 2021-, sobre el testigo químico.
Por otro lado, Howler es un producto biológico que ayuda a la planta a activar y potenciar sus defensas naturales ayudando a retrasar el ataque de patógenos, de la misma manera que la ayuda a defenderse ante adversidades del medio ambiente. Además, presenta las siguientes características:
-Está libre de residuos químicos.
-No tiene plazos de seguridad.
-Está permitido para producción orgánica.
-No tiene restricción en aplicaciones periurbanas.
-da seguridad para el usuario y consumidor.
-No afecta a insectos benéficos y polinizadores.
-No genera resistencia.