En el 2009, la Organización Mundial de la Salud declaró la pandemia provocada por la propagación de la gripe A (H1NI). Ese mismo año, se inició en la Argentina el proceso de transferencia tecnológica para contar con una planta propia de producción local de vacunas, que le permitiera al país actuar con mayor rapidez ante contextos adversos y garantizar así la salud de la población.
En medio del actual contexto generado por los contagios de COVID-19, la Argentina cuenta con una ventaja para prevenir otras enfermedades a través de la inmunización. Esto se debe a que es uno de los pocos países de la región, junto con Brasil y México, que posee una planta de producción nacional de vacuna antigripal y antineumocócica. La planta Sinergium Biotech está ubicada en Garín, Provincia de Buenos Aires, y es la encargada de la producción de las vacunas.
Uno de los mayores desafíos fue lograr el objetivo antes de la llegada del frío, y en este año particular, en medio del avance del coronavirus.
Los especialistas de la planta destacan que la vacuna antigripal cambia su cepa anualmente y se produce en un corto período de tiempo
No obstante, en menos de cuatro meses, la planta logró elaborar todas las dosis necesarias para inmunizar a los pacientes de riesgo antes de la llegada del invierno. De esta manera, se logró producir y entregar al Ministerio de Salud de la Nación y a PAMI 12 millones de dosis, un 22% adicional al previsto originalmente.
La posibilidad de contar con una planta de producción argentina de vacunas permite a los expertos responder con mayor agilidad ante situaciones como la que ocurren en la actualidad. Es decir, controlar la influenza y la neumonía a través de la vacunación se vuelve doblemente necesario para evitar complicaciones clínicas adicionales en las personas más susceptibles al COVID-19, y a su vez para no saturar los centros de salud con pacientes que sufren otras dolencias respiratorias.
“La planta funcionó todos los días de la semana durante las 24 horas del día para garantizar las dosis necesarias para la inmunización de los grupos de riesgo”, destacó Fernando Lobos, director de Desarrollo de Negocios de la compañía
Y agregó: “Para este tipo de vacunas, que renuevan su cepa todos los años, la producción se hizo en tiempo récord, con un gran esfuerzo de la compañía y de sus colaboradores”.
Además del impacto en la salud pública, Sinergium Biotech es una fuente de trabajo directa para más de 280 personas, y otros 50 puestos de colaboradores externos. Asimismo, 533 pymes proveen a la planta de productos y servicios, haciendo que sean más los argentinos que se suman a la cadena de valor de la producción nacional de vacunas.
La vacunación es un área importante dentro de la salud para evitar la propagación de virus. En este caso, según señalan los especialistas de la compañía, la producción nacional logró el objetivo de contar con las dosis necesarias para inmunizar a los pacientes de riesgo antes de la llegada del invierno.