En los últimos meses, el mundo se vio envuelto en una suerte de parálisis económica y social como consecuencia de la inesperada pandemia que arrojó el coronavirus. Los índices financieros poco alentadores junto a un mercado contraído a nivel internacional llevaron a una grave crisis financiera. No obstante, poco a poco, algunas propuestas comienzan a volver a tener su oportunidad en el mercado.
Este es el caso del segmento de real estate, y en particular, el nicho de alta gama. Paulatinamente, dicho sector comenzó a desarrollar determinados proyectos inmobiliarios que generan un gran atractivo en los inversores. Dos de los ejes más importantes de las nuevas propuestas son la sustentabilidad y el diseño, en armonía con amplios espacios verdes.
Asimismo, la ubicación en entornos privados, alejados de las grandes urbes, resulta fundamental para los nuevos propietarios, explica Fernanda Prece, directora Comercial del proyecto de chacras sustentables Las Cárcavas.
De la misma forma, en la actual coyuntura de distanciamiento social, las personas buscan mayor cercanía con la naturaleza. “Hoy las personas, sin distinción, buscan lugares donde poder encontrar refugio y bienestar personal en sintonía con la naturaleza, concepto que se convirtió en un activo altamente codiciado en estos tiempos”, asegura Prece.
Ubicación estratégica y sustentabilidad
Por este motivo, el proyecto Las Cárcavas, ubicado sobre la costa de Rocha en Uruguay, propone a los inversores una opción sustentable con una ubicación estratégica dentro de un segmento de alta gama frente al océano Atlántico. Garzón, localidad donde se emplaza el exclusivo desarrollo inmobiliario se sitúa a solo 15 minutos de José Ignacio, zona que se ha convertido en la más exclusiva de Punta del Este. El nombre del emprendimiento se vincula a las formaciones generadas por la erosión producto del escurrimiento del agua de lluvia hacia el mar, típicas del paisaje costero de Garzón.
“Lo que distingue al proyecto es que no solo se centra en la sustentabilidad y el estricto cuidado ambiental, sino que sobresale por ser una iniciativa que exhibe al mismo tiempo altos estándares de calidad y comodidad”, destaca Prece
Las Cárcavas fue concebido para darle aire a un nuevo estilo de vida, 52 hectáreas con 250 metros de costa de aguas cálidas gracias a la corriente que proviene de Brasil. Se trata de 24 chacras con un promedio de 9 mil metros cuadrados cada una y 16 bungalows de 216 metros cuadrados de superficie construida. El amplio tamaño de los lotes propone exclusividad y privacidad a sus futuros dueños.
Al mismo tiempo, la infraestructura complementa la magnificencia del paisaje con servicios y amenities del más alto nivel. Piscina, deck de playa, grill, palenque y una exquisita cancha de tenis profesional de césped natural son algunos de sus atractivos.
Diseño de vanguardia
En línea con el estilo de construcción, las chacras siguen ciertas normas arquitectónicas preestablecidas para preservar el espíritu natural en su conjunto. En ese sentido, el diseñador inglés John Brookes, en colaboración con el estudio Barzi Casares, han sido responsables del proyecto de paisajismo y parquización. Ambos son importantes referentes en el mercado internacional por sus trabajos vanguardistas e innovadores, intercalados con la protección medioambiental.
Sin dudas, el mundo enfrenta un contexto adverso en estos días. No obstante, propuestas como Las Cárcavas brindan nuevas oportunidades de inversión lejos de las grandes urbes, sin abandonar la conexión con el entorno natural. “Más allá de su estabilidad política, social y económica, Uruguay presenta ventajas impositivas a través de un plan de estímulos fiscales anunciado recientemente que, incluye medidas dirigidas al inversor extranjero”, concluye Prece.
Para más información, ingresar al sitio web www.lascarcavas.com.