“Acá no hay hoyos ni se necesita de un juego corto, preciso. Lo que importa es darle a la pelotita y que viaje lo más lejos posible, siempre y cuando aterrice dentro de los límites del campo”, dijo Pedro, didáctico, acerca de qué es el long drive, una de las disciplinas más entretenidas que existen en el universo del golf. “La favorita de los norteamericanos”, apuntó el mismo Pedro antes de soltar su refrescante vaso y abandonar la sombra del gazebo rumbo a la plataforma de tiro: había llegado su turno de participar con tres oportunidades a su favor.
Él fue uno de los 77 participantes de la final del Longdrive Championship de RE/MAX, para la que clasificaron jugadores provenientes de Buenos Aires, Rosario, Córdoba, Mendoza y Neuquén. Esta definición se disputó en el reluciente campo del Pacheco Golf Club, a unos treinta kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires. La apacible mañana de sábado era el marco ideal para el torneo, mientras el sol y las nubes bailaban en el cielo, turnándose el poder de la luz.
La mansedumbre y el sosiego del lugar le dejaron algo de espacio a la música que motivó a los jugadores: un hábil dj encadenó rocks clásicos de AC/DC, Guns N’ Roses, Rolling Stones, Ramones y Kiss, entre otros, para despertar el swing de cada uno de los finalistas.
En el long drive, un golpe ganador es aquel que supera las 300 yardas de distancia. En este caso, quien quisiera alcanzar la final debía llegar al menos a 298. Es por eso que antes de la competencia, hubo una clínica para adultos y otra para chicos, ambas a cargo de Gonzalo Piovano, a fin de repasar los fundamentos y tener en cuenta cuáles son los detalles técnicos y los movimientos necesarios para lograr el golpe ideal.
Entre los presentes, estaba el actor Nicolás “Tacho” Riera, quien se sumó a la clínica e incluso, se animó a participar de la ronda clasificatoria: “El golf me sirve mucho para descargar. Estás mal, tuviste un mal día, vas y agarrás la pelotita. Lo disfruto mucho. Cuando le pegás a la primera pelotita, ahí entendés un poquito de qué se trata y después se vuelve un camino eterno, para toda la vida”, aseguró.
En tanto, un clima total de sábado familiar se sumaba al espíritu competitivo: mientras los jugadores iban pasando por turnos, el resto estuvo muy ocupado en disfrutar, relajar, comer algo rico, jugar en los inflables o tomar sol en las numerosas reposeras apostadas al costado del largo campo. Una vez que terminó la clasificatoria, de la que quedaron nueve finalistas, se dieron también dos torneos relámpagos: el de mujeres, que se lo quedó María Laura Allende con un tiro de 212 yardas; y uno para niños, en el que todos ganaron por participar.
Los finalistas competían no sólo por un trofeo sino también por un viaje al Players Championship, uno de los torneos de long drive más importantes, que se disputará en marzo de 2020 en Estados Unidos, precisamente en Ponte Vedra Beach, Florida
Con un score de 341 yardas, el primero en la calificación fue Sebastián Vetere, seguido por las 333 de Alfonso Robirosa. Los demás fueron Facundo Romero (321), Paul Jean (316), Germán Bosano (313), Francisco Fattorello (311), Santiago Terra (304), Enrique Traverso (299) y Guido Sargiotto (298).
Alfonso Robirosa, de Buenos Aires, resultó ganador luego de haber mejorado su propia marca y llegando a dar un tiro de 338 yardas. “El año pasado participé de este torneo y me ganaron por una yarda, así que estoy feliz por esta revancha. Voy a ir por primera vez a un torneo del PGA Tour en Estados Unidos. Yo siempre los miraba por televisión, desde chico. Este es uno de los torneos más importantes de la historia, el “quinto major” le dicen, así que estoy muy contento de poder ver todo eso en vivo”, le dijo Robirosa a Infobae tras los festejos.
“Entendemos que la mudanza de una familia no es simplemente una operación inmobiliaria, y por eso estamos acá, porque queremos ser más que una inmobiliaria, conectar con las familias en distintas etapas y en distintos momentos de su vida”, dijo Sebastián Sosa, presidente de RE/MAX Argentina y Uruguay, sobre la organización del torneo.
Respecto a las proyecciones hacia 2020, tanto para el mercado como para la empresa, Sosa aseguró que “va a ser un año un poco mejor que este: ya sabemos quién va a ser el próximo presidente, estamos viendo que la transición presidencial está siendo estable, tranquila. Nuestras expectativas son buenas en la medida en que las cosas sigan calmas. Las compras y ventas de los inmuebles están muy basadas en las emociones, si la gente está tranquila yo creo que eso va a impactar positivamente en la actividad inmobiliaria”.