Los avances tecnológicos viajan a una velocidad intangible e imparable, y abarcan cada aspecto de la vida cotidiana. La estrategia no es resistirse a ellos, sino reinventarse. En cuanto a lo académico, muchas instituciones buscan adaptarse a los tiempos que corren de manera tal en que tanto su currícula como los métodos de enseñanza estén al día.
Recientemente y en camino a un modelo educativo mediado por la tecnología, la Universidad Católica Argentina inauguró nueve aulas tecnológicas, además de otros cambios estructurales como la creación de un laboratorio de innovación, robótica e impresión 3D.
“La necesidad de la UCA de rediseñar las aulas de forma tecnológica surge hace dos años con la llegada del rector Dr. Miguel Ángel Schiavone”, explicó Daniel Righetti, coordinador de Innovación Académica y Director del Sistema Institucional de Educación a Distancia (SIED). Para el Vicerrectorado de Investigación e Innovación Académica, a cargo de la doctora Clara Zamora, el desafío actual que enfrentan en el mundo las instituciones de educación superior responde a la integración de la innovación y la tecnología en un mundo hiperconectado e interdisciplinario.
Para la UCA, las competencias van a ser la clave de los trabajos del futuro, que aún no existen y que apenas se vislumbran en los estudios de prospección. La brecha entre las universidades y el ámbito social, laboral y de comunidad de los países, regiones y ciudades, puede estar peligrosamente comprometido si las instituciones educativas no enfrentan el reto de innovar en sus modelos y responder de manera clara a las expectativas de las nuevas generaciones de estudiantes y empleadores. “La idea es acercar herramientas a los docentes que faciliten el aprendizaje de los alumnos”, aseguró Righetti.
Esto implica trabajar en entornos de colaboración, superar la oferta académica e implementar metodologías de punta, de modo que la UCA toma en cuenta cuatro elementos fundamentales: las habilidades requeridas para el futuro, los nuevos modelos de carreras, la promoción del aprendizaje y la reinvención permanentemente.
La UCA cuenta con dos tipos de aulas tecnológicas, “rombo” y sincrónica: “Las sincrónicas sirven para conectar a nuestros docentes con quienes están fuera de la UCA, y las rombo son aulas equipadas con pantallas interactivas 4K, sistema de audio de alta definición, micrófonos, parlantes potenciados y un software de conexión en tiempo real para poder llegar a todo el mundo”, detalló Righetti y agregó que “la idea es trabajar en conjunto, formar una comunidad donde los mejores exponentes que tengamos dicten una clase en un aula y puedan reflejarse en otra, con interactividad y mucha tecnología, pero principalmente con la calidad pedagógica que nos caracteriza”.
De esta forma, la educación mediada por la tecnología permite a la UCA expandir su visión y misión, además de otorgarle al docente más herramientas para transmitir los conocimientos de la forma más efectiva y en sintonía con los desafíos actuales y futuros.
La tecnología es transversal a las 53 carreras y más de 160 posgrados que forman parte de la UCA. Por eso, “es necesario para mejorar la calidad de aprendizaje, facilitar el acceso a la información y reforzar el vínculo de comunicación entre profesores y alumnos”.
Convenio con el TEC de Monterrey
Con el fin de guiar el proceso de transformación y cambio del modelo educativo actual, la UCA firmó un acuerdo con el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (México).
“Hace un año, el Vicerrectorado de Investigación e Innovación Académica incorporó el Sistema Institucional de Educación a Distancia (SIED), un órgano regulatorio de gran importancia al que el Ministerio de Educación le dio un lugar privilegiado”, dijo Daniel Righetti, destacando que había necesidad de validarlo a nivel internacional: “Por eso, se decidió que el TEC de Monterrey era el adecuado”, explicó.
El TEC visitó la UCA para compartir experiencias y poner foco en “lo tecnológico, lo disruptivo y lo transversal”. El TEC fue seleccionado para implementar en la UCA las tendencias y experiencias exitosas de innovación educativa de universidades de primer nivel en el mundo.
La innovación académica no solo es educación a distancia, sino que abarca un cambio cultural y metodológico: “Nosotros tenemos un mercado laboral que demanda alumnos con una cantidad de skills, los cuáles se modifican día tras día”, dijo Righetti.
Perspectivas hacia el futuro
Además de la tecnología aplicada a la educación, la UCA también desarrolla un Laboratorio de Innovación que reúne actividades transversales a todas las carreras, cuenta con un taller de impresoras 3D, desarrollos de robótica, realidad virtual, realidad aumentada y nuevos medios de comunicación. “En el Laboratorio, un músico dirige a una banda de robots o un médico diseña órganos en una impresora 3D. En el futuro todo va a ser transversal, no va a existir una profesión que solamente se ocupe de una sola cosa”. Este es el gran desafío que la UCA tiene por delante.
“Creo que estamos viendo hacia el futuro, un camino en el cual tenemos pequeños hitos que nos van a decir cuáles son las profesiones del futuro: necesitamos alumnos, futuros profesionales, que cuenten con muchísimos skills para poder trabajar y adecuarse a este nuevo mundo”, concluyó Righetti.
La UCA, además, apuesta a un “futuro verde”. Por eso, incorporó en la cubierta de su edificio central, en Puerto Madero, paneles fotovoltaicos para obtener energía solar que generarán 177 kW de energía para ser utilizada en el sistema eléctrico de la sede universitaria.