Cuando abrió sus puertas en septiembre de 2012, Rey de Copas apareció como un espacio ideado para combinar gastronomía y coctelería, con diversas artes y elementos culturales del mundo, a través de las obras de Sebastián Páez Vilaró, quien dio vida y forma al lugar. El lugar también exhibe trabajos de su padre Carlos Páez Vilaró, artista de gran impronta a nivel mundial, de quien también se tomaron influencias arquitectónicas que hacen a los espacios del lugar tan particulares.
Si bien desde sus inicios el lado artístico fue fundamental y el ambiente un referente del lugar, también lo fue la gastronomía: particularmente su inclinación a la buena coctelería y los sabores tanto exóticos como populares, que completan la experiencia.
La diversidad y confluencia cultural de la puesta en el espacio de objetos y obras que visten sus ambientes, tienen que ver con la curiosidad de Sebastián desde temprana edad hacia los símbolos y antigüedades provenientes de diversas partes del mundo.
No es casual su interés por las culturas de otros continentes: desde joven, Carlos también fue un ávido viajante, explorador e investigador de las realidades y culturas de otros pueblos lejanos en el globo, así como aledaños rioplatenses y del continente que habitamos.
Un estilo en cambio continuo
A través de los años que lleva abierto, Rey de Copas ha mutado y se mantiene en constante cambio, como si tuviera vida propia. De igual manera, hay emblemas que lo identifican y permanecen desde el inicio por su valor simbólico e impacto en el espacio.
Las obras en bronce y cobre repujados de Sebastián -técnica que adopto desde joven como método principal creativo-, y los objetos y obras de Carlos de diferentes momentos en su vida artística, se mantienen como símbolo particular e inamovible en el lugar, sosteniendo siempre el legado y renovando los conceptos con el mismo cuidado.
Dentro de las obras que se pueden apreciar de Carlos, se encuentran algunos frescos contemporáneos, collages en vidrieras de los 70s de su época surrealista, tablones tallados del año 1962 en su paso por el continente africano, y objetos realizados con chatarra y metales. Así como la propia impronta de los mobiliarios que se desprenden de las paredes, una clara referencia a sus tendencias arquitectónicas en Casapueblo y otras construcciones.
El collage y la mixtura del ambiente y la propuesta gastronómica es lo que hace a Rey de Copas un lugar tan particular. Estos se revelan de maneras diversas en los diferentes espacios que se pueden disfrutar en el bar.
Un imponente salón principal
En el salón principal se destaca el gran mural que viste el fondo del salón y la barra, mural punzado en bronce y cobre, realizado por Sebastián, que se identifica normalmente con simbologías y estéticas tanto africanas como de culturas ancestrales.
La barra misma está confeccionada con antiguos durmientes de ferrocarril reciclados y vestida con cerámicos provenientes de la región de País de Calais, Francia. Las mismas que decoran aún los espacios y paredes en Casapueblo, la célebre morada de Páez Vilaró en Punta Ballena.
En este espacio se lucen diversos objetos y antigüedades, desplegados en las paredes, que hacen que culturas de diversos continentes se vean como provenientes de un solo lugar, recurriendo a lo que las enlaza: máscaras africanas, orientales y norteñas, pequeñas esculturas en madera de santos talladas en el Paraguay posicionadas en nichos incrustados en las paredes, bibliotecas llenas de pasado y todo un mundo en detalles para descubrir. Cada vez que se visita el lugar, se pueden descubrir nuevos detalles.
Esa puesta es una obra maestra en sí, lograda por Sebastián a la hora de elegir cómo combinar las piezas y elementos culturales de gran valor histórico en todos los espacios del lugar.
Una terraza de estilo selvático
Es uno de los espacios que se mantiene también en cambio constante: la terraza del bar es un favorito de los visitantes. En ella se encuentran plasmados con la misma estética, aunque en un estilo más selvático, otros objetos y obras del estilo.
Hay estatuas zodiacales de la cultura china, posicionadas en nichos de ambos lados de la barra, que ofrece por cierto la misma carta y diversidad en cócteles y atención.
Los elementos orientales predominan en este sector, destacando las cortinas enhebradas con objetos que hacen referencia al horóscopo chino, simbología y el mismo Kama Sutra retratado en pequeñas piezas.
Un imponente altar al mar creado a partir de un bote que alguna vez fue herramienta de trabajo de familias de pescadores, se transformó en biblioteca y alberga para quienes quieren literatura diversa, símbolos y esculturas que hacen referencia al mar.
Los tablones tallados de Carlos Páez Vilaró ubicados en el fondo de barra de la terraza son reliquias que se mantienen para contar escenas de la vida cotidiana de los pueblos africanos, que bien pudo observar en su larga estadía en el continente.
La ambientación, estética y comodidad en los sectores que propone la terraza hacen de esta un lugar de elección primaria para los meses cálidos, aunque no deja de ser concurrida en invierno gracias a estar bien climatizada.
Patio del Rey
En el renovado patio, sector que se encuentra al ingresar al bar, se pueden observar las imponentes columnas y molduras provenientes de la India.
Manteniendo un espacio más informal y relajado, el patio presenta antiguas mesas de trabajo de carpintería, a modo de barras, que guardan la historia de todos los momentos transcurridos en su superficie.
Se destaca en este sentido también una antigua y majestuosa sierra "sinfín", fabricada en Argentina hace muchos años. Esta mesa se ha convertido en una de las más curiosas y favoritas del sector.
A todo esto acompañan faroles antiguos de plazas regionales -intervenidos por Sebastián-, biombos orientales que visten las paredes del patio y otras curiosidades que la integran con el tono mágico del lugar.
Estos tres espacios conforman la totalidad de un lugar que, al día de hoy, se sostiene en su concepto gastronómico y no deja de fortalecer su estrecha y amplia relación con el arte y la cultura. Pasado, presente y futuro se ven en un mismo plano a la hora de disfrutar este ambiente tan ecléctico, que tiene como principal objeto dar una experiencia diferente y amena a quien lo visita.
También, mantener vivo el legado de un grande como Carlos Páez Vilaro, e ir hacia adelante a partir de lo que se va construyendo de la mano de Sebastian, con el aporte e integración de los nuevos artistas y quienes día a día generan su contribución al crecimiento del espacio.
Rey de Copas está ubicado en Gorriti 5176 -Palermo, CABA- y está abierto de miércoles a domingos desde las 19 horas. Para más información, se pueden visitar sus redes sociales: Twitter e Instagram.