Mientras el Gobierno Nacional anunciaba un paquete de medidas con el objetivo de intentar calmar la crisis económica y la inflación, nos encontrábamos camino al Congreso Mundial de e-commerce que se realiza este año en Italia y comienza mañana lunes en la ciudad de Roma. Obviamente, el paso obligado previo fue la visita al Vaticano, donde el Santo Padre preside hoy la misa de Resurrección en la Basílica de San Pedro y al final de la celebración impartirá la bendición "Urbi et Orbi", para la ciudad y el mundo entero, desde el balcón central de la Basílica. Enriqueta Dominicci, una de las tantas laicas consagradas que trabaja en el Vaticano y muy cercana al Papa Francisco, confiesa que "si a lo horrible que está jugando San Lorenzo le sumamos lo que sucede en la Argentina, el Santo Padre no puede estar más de peor humor. Nunca lo vi tan conectado con su país, al cual ama profundamente y lo hace sufrir de manera desconsolada".
Para intentar revertir este duro momento económico, el Gobierno de Macri lanzó un paquete de medidas obviamente criticado por los candidatos de la oposición, quienes prefieren que Macri se caiga al precipicio antes de ver si la gente puede comer o no. Las medidas se enmarcan en la "lealtad comercial" y está claro que dichos anuncios apuntan a mostrar que se está haciendo algo por frenar precios y tarifas. Aunque tampoco caben dudas de que en un país de traidores como el nuestro, con la buena voluntad se logra poco y nada. "Pensar en la palabra lealtad en un lugar donde los supermercados publican ofertas europeas para un mercado subsahariano, es utópico y naif. Si son los mismos que te cobran un huevo de pascua más caro que en las tiendas de Pierre Marcolini en Bélgica o Paris", deslizó un conocido economista, con lógica. "Un congelamiento anunciado con 15 días de anticipación en Argentina implica un reacomodamiento de precios para después bajarlos un poco en función de lo que ya subieron". No podemos estar más de acuerdo. "Es como ir a la guerra y mandarle un audio de WhatsApp al General enemigo avisándole que en un par de días vamos a estar atacando".
Corría el año 1989 y, en un diario argentino de gran tirada, publicaba un aviso a doble página que cambiaría la forma de comunicar ofertas de un supermercado. Exactamente 30 años atrás, la agencia Savaglio inauguraba una forma de hacer publicidad mucho más en sintonía con lo que le sucedía a la gente. Apenas llegó a los hogares, generó un escándalo que sacudió a la sociedad argentina. "Tenemos los huevos por el piso", era una crítica a la galopante hiperinflación. La excusa era la oferta comercial, la ironía era otra. Los huevos los tuvo la cadena internacional que decidió tomar una postura firme frente a la situación política y social. ¿Y los empresarios locales? Miraron para otro lado, al igual que hoy, que prefieren remarcar los precios antes de la comunicación de las medidas, como si eso los ayudara a vender más. "Si me acordaré del aviso", dicen que repite el Papa Francisco. "Me nombran Carrefour y pienso en el antiguo Gasómetro".
La resurrección de Jesucristo es uno de los grandes pilares de la fe cristiana. Quien no tiene fe en este hecho, no puede ser considerado cristiano. Por lo tanto, cualquier predicador, teólogo, escribano, o el llamado profeta que no sostenga sin dudar a la resurrección física de Jesús no tiene nada que decir a la Iglesia. Puede sonar radical, pero las religiones no son amigas de lo ambiguo. Algo en lo que coincide la laica consagrada, cercana en el día a día al Sumo Pontífice. "Si algún creyente tiene dudas, lo invito amablemente a que revise el capítulo 15 de la primera carta de Pablo a los Corintios, donde podrá ver el enorme significado que tiene la resurrección de Cristo para nosotros. Por eso me apena tanto escuchar a su Santidad repetir que es más factible que resucite nuestro señor a que los supermercadistas de su país dejen de remarcar precios". Testigo de su dolor, confiesa algo que pocos saben. "Francisco aseguró que sólo volverá a la Argentina cuando baje el precio del postre vigilante. El toma el valor del queso fresco y el dulce de batata como los economistas al índice Big Mac".
Luego de que Mauricio Macri llamara a Emmanuel Macrón, solidario con la catástrofe sucedida esta semana por el incendio de la Catedral de Notre Dame, su par francés entendió la suspensión del viaje y tuvo palabras que pueden ser interpretadas como de aliento, aunque un tanto duras.
"Mauricio, no te disculpes más. Si no te prenden fuego los piqueteros los accesos a la Capital, te tira nafta alguna de las 200 ramas del peronismo. Si no intentan incendiarte el país los sindicatos con alguna extorsión, arde el fuego amigo de quienes dicen estar a tu lado, pero complotan a toda hora por la espalda. Un párrafo aparte para los empresarios que vivieron toda la vida del Estado y, si no logran lo que quieren, se ponen a remarcar precios". Macri lo escuchó asombrado por el amplio conocimiento de la realidad local, mientras Macrón volvía a la carga con una sospecha que ya forma parte del radio pasillo mundial "Nos preocupa que vuelva Cristina, pero muchísimo más esa nueva camada de intelectuales dispuestos a cambiar el orden mundial como Luis D'Elía, Gabriela Cerutti y Martin Sabbatella".
Reflexión final: ¿era necesario exponer al presidente frente a una familia del barrio de Colegiales en un fallido video que de espontáneo tiene poco? No se sorprenden las vecinas del edificio al verlo entrar y, cuando golpea la puerta del departamento en cuestión, entra como si los conociera de toda la vida. Por las dudas, consultamos al reconocido publicista Carlos Baccetti. "El sonido es un desastre, cuando la clave es que se entiendan las nuevas medidas. La luz y el manejo de la cámara, peor aún, cuando lo que se busca es dar una imagen cuidada del presidente. Lo que sí logró el video fue un consenso generalizado en las redes sociales y en los medios: todos coincidieron en que fue vergonzoso. Un spot digno de un grupo de estudiantes de publicidad decididos a reprobar la tesis porque saben que se equivocaron de carrera y prefieren volcarse a la industria de los videojuegos o de un equipo de comunicación que intenta resucitar el tiempo perdido". Amén.