"Argentina vive en estado de conflicto permanente. Los que están a favor y los que están en contra es casi imposible que se pongan de acuerdo en algo, porque se trata de un diálogo de sordos: cada uno se escucha a sí mismo", comienza su alocución uno de los cuatro diputados a quienes les pedimos su opinión luego del discurso del presidente Macri en el Congreso. Los llamamos K, C y P con el objeto de identificar a sus partidos, aunque a último momento tuvimos que agregar a R, quien dice que no es C, si bien acompañó hasta ahora. "Mientras el Presidente de la Nación daba su discurso, el peronismo hizo una desesperada puesta en escena con esos carteles que decían #HayOtroCamino, intentando retomar la iniciativa perdida de cara a las elecciones de octubre porque saben que no vuelven más", dice el Diputado C en clara sintonía con el discurso del Presidente. "Ojo que la crisis es real, no la vamos a negar, pero también es real el cambio estructural, silencioso, concreto, por recuperar las instituciones"
Es el turno del Diputado K, a quien encontramos dentro del recinto rodeado de micrófonos apenas terminó el discurso, con un enorme deseo de canalizar la ira contenida. "Lo que nunca le voy a perdonar al presidente del Cardenal Newman es el desastre económico que vamos a heredar, la miseria que se ve en las calles, el uso de los más humildes duplicando la asistencia social y la cantidad de mentiras que dijo recién. Sólo un tipo sin códigos intenta adueñarse de un discurso de nuestra propiedad, obtenido gracias a la falta de credibilidad que construimos con esfuerzo durante 12 años. No le vamos a permitir a alguien de Barrio Norte que quiera apropiarse de nuestras miserias y encima ataque. Porque el tipo no sólo metió presos a los nuestros, se dio el lujo de no interfir en la Justicia cuando llamó a declarar a su primo, a Paolo Rocca y demás empresarios históricamente intocables. Si a esto le sumamos que en estos 3 años -de manera silenciosa- pavimentó calles adonde no se animaban a entrar ni los barones del conurbano con custodia, les dio luz eléctrica, agua corriente y gas natural, entre otras obras que le devolvieron la poca dignidad que le quitamos nosotros, la ofensa es tal, que deberíamos tomarlo como una declaración de guerra".
Éramos pocos y apareció el Diputado P, quien apuntó de lleno contra el discurso de Macri "en medio de la compleja situación económica que atraviesa el país", como si su partido no hubiera tenido nada que ver durante los 74 años de existencia gobernando el Estado, decenas de provincias, miles de municipios, el 99% de los sindicatos, creando un entramado de corrupción que hizo metástasis en las 24 provincias. "No se le puede seguir pidiendo sacrificios a la gente porque la gente no da más". Si piensa que fue Sergio Massa, porque dijo "la gente" dos veces en una misma frase, le juramos que no. "La gente (va la tercera) siente incertidumbre. Para las amas de casa es un infierno administrar un hogar con esta inflación", mientras dijo estar "muy cerca de la gente (por cuarta vez) y sus problemas". Era inevitable que le preguntáramos por las diferencias dentro del peronismo y la imposibilidad de lograr juntar a dos a tomar un café. "La gente (un genio, cinco veces en minuto) nos pondrá a prueba en octubre para ver si somos capaces de construir una alternativa, por eso a todos ellos les quiero traer un mensaje de esperanza: si los abandonamos durante 74 años, cómo se les ocurre que no vamos a ir por 74 años más. Este país necesita nuestro desprecio y viceversa".
"A mi me gustaría que el próximo presidente sea un radical" acota el auto convocado Diputado R. "Somos un partido centenario cansado de prestarle nuestros votos a quienes luego nos desprecian". No sabemos si es un mea culpa o un sincericidio, pero el hombre sigue. "Nosotros fuimos gobierno y no nos dejaron terminar nunca lo que empezamos, es hora de que el pueblo argentino nos dé una chance para cagarla por completo". Es inevitable unir el tema de la culpa socialdemócrata que acompaña a los dirigentes del radicalismo quienes entienden que gobernar es tomar decisiones pero su talento para pensar todo 20 veces y no terminar haciendo nada es innato.
"Mirá que no tengo nada en contra de ellos, de hecho Alfonsín fue demasiado presidente para este país esquizoide", dice uno de los empleados históricos del Congreso "pero me asombra su falta de timing. Arrancan a toda velocidad con ideas renovadoras y se quedan sin nafta en la recta final como el Lole en el Gran Premio de Fórmula 1 de la Argentina". El Diputado R insiste de todos modos, "no tengo dudas que llegaremos a la presidencia en octubre. Lo que no sé es si llegaremos en taxi para ver como asume Macri y tendremos que aplaudir como si no pasara nada. Pero que vamos a llegar a la Casa Rosada, de eso pueden estar seguros".
Un debate verdaderamente republicano debería incluir a todos los internados en este manicomio. No sólo a los K, los P, los C y los R, también a los I (izquierda), a los L (liberales), a los D (desarrollistas), a los S (socialistas), a los C (comunistas) y así hasta completar el abecedario. Después de todo, hay más partidos que ideas. En el medio del postergado debate republicano, está la urgencia del plato de comida y con eso viene la trampa histórica, ya que si el que gobierna es el del partido C, el resto de las letras se arman y desarman todos los días que dure su mandato para crear palabras de desaprobación, ninguna en plan constructivo. Por algo tan simple como despreciable: "si le va bien a quien gobierna me va mal a mi" es el pensamiento microplacista de nuestra dirigencia.
¿Qué podemos hacer para que las nuevas generaciones salgan de esta trampa mortal? Apostar a la educación, pero no a la de Baradel que espera al inicio de clases para montar su Creamfields del resentimiento, donde miles de personas se dan cita para frenar el progreso. Sino un plan a 20 años donde la escuela pública vuelva a formar políticos, médicos, empresarios, ingenieros y a esta nueva generación de profesiones surgida del cambio de época. Ya lo dijo Domingo F. Sarmiento "Es la educación primaria la que civiliza y desenvuelve la moral de los pueblos. Son las escuelas la base de la civilización". ¿Falta mucho para que se pongan de acuerdo? Avisen porque cansan.