"Duhalde ya no ejerce más. Se quedó con un cargo honorífico como presidente del Club del Helicóptero que pidió mantener de manera vitalicia luego de liberar las puertas del Conurbano aquel fatídico 19 de diciembre de 2001 donde murieron 33 personas", se despacha un arbolito de los que abundan en la City porteña gritando en voz baja "Cambio dólar, cambio euros" como si no supiéramos que los cuatro policías de la cuadra se reúnen con él a tomar café al final del día. "El morbo que vi con la corrida bancaria del jueves fue inédito. Gente de carne y hueso disfrutando de la subida de una moneda extranjera como si fuera un juego que nunca va a impactar en su vida cotidiana" acota mientras se enciende el tercer cigarrillo en lo que va de esta corta charla "Volví a fumar. Ya sé que soy un boludo, pero es esto o una jarra de Rivotril por día".
Nos impactó tanto la frase "gente de carne y hueso disfrutando de la subida de una moneda extranjera como si fuera un juego que nunca va a impactar en su vida cotidiana" que nos atrevimos a pedirle si era capaz de hacer doble click para entender por qué el morbo es uno de los hilos conductores de nuestra sociedad. "Muy simple. En un país normal, si alguien se cae lo ayudan a levantarse. No se le ríen en la cara o lo patean en el piso. Acá sí. El nivel de agresión es tan grande, las diferencias son tan irreconciliables, las discusiones tan virulentas, las peleas entre amigos y familiares llegaron a un absurdo tal, que me atrevo a decir una cosa: la corrupción obscena es el mal menor del kirchnerismo. Lo que sembraron fue odio y con eso no se puede armar un plan económico, ni de gobierno; sino un plan de lucha. Este es un enfrentamiento entre dos bandos que imaginan el futuro de manera diametralmente opuesta. La pregunta es si se impondrá la lógica o el caos". El diagnóstico es tan claro y contundente, que quedamos extenuados.
El ex Secretario de Comercio del kirchnerismo puso a trabajar a toda marcha las dos neuronas que le quedan y armó una frase genial, por lo grotesca. "El mercado le dijo a Macri que se terminó el juego. Como le dijo George Bush hijo a Saddam Hussein: Game Over". Fantino lo miró fijo, sin intención de usar la muletilla "pará, pará, pará", seguramente porque se debatía para sus adentros: "Ok, estoy en un canal que apuesta a otro presidente para seguir de joda, pero qué complicado es comerse estos sapos en vivo. Porque los archivos quedan para siempre y seré recordado como aquel entrevistador que le permitía a Jorge Asís jugar al Nostradamus de la medianoche o quien ponía cara de circunstancia cuando estos impresentables que se llegaron a robar una carta del Gral. San Martín dirigida O'Higgins, seguían dando cátedra como si nada". El arbolito nos mira y lanza otra de sus sentencias "Que se joda. Le puso Animales Sueltos y se le transformó en un zoológico".
"Todavía trato de entender si Javier Milei es un genio incomprendido por la mayoría de la gente o un loco de atar que se escapó del Borda y un día se puso hablar de economía en todos los medios convencido de que tiene la fórmula para sacar al país adelante. Viste que en este país todo es posible. Acá, de la noche a la mañana aparece uno y se transforma en una eminencia. No te sorprendas si un día lo nominan a Milei para el premio Nobel de Economía y al otro aparece un psiquiatra que exige devolverlo a la clínica de donde se escapó", comenta este filósofo de la City, quien desarrolló un sexto sentido en la calle. "El mantra de bajar el gasto público lo repiten todos. El tema es que a Milei lo veo pontificando con esa peluca y me dan ganas de tirarle del pelo a ver si es natural o sintético", agrega acerca del fenómeno mediático surgido en la era Cambiemos.
"Entre los tres delincuentes que manejan la CGT no armás uno. Si no fíjate lo que hicieron en una semana donde se incendiaban las pocas esperanzas que le quedan a la gente, después de comprobar que se robaron el país. Entre tanta evidencia de corrupción y malas noticias para su bolsillo, a estos impresentables no se les ocurre una mejor idea que montar una conferencia de prensa para anunciar que habían decidido tirarle kerosene al fuego".
Seguramente se refiere al paro general previsto para el próximo 24 y 25 de septiembre, en reclamo de ya no se sabe qué. "Creo que está muy claro. El paro no viene con movilización porque les cuesta muy caro eso de los bondis en la 9 de Julio, el palco para gritarle a la nada, los 2500 pesitos por cabeza y la tonelada de choris al final del acto de mentira. La gente lo quiere matar a Macri porque no los termina de meter presos a todos, más que por lo mal que le va a la economía".
"El peronismo es uno de los movimientos políticos más flexibles que se conozcan en el mundo. Dentro de esa bolsa de gatos entra desde un zurdo que añora a Carl Marx hasta un fascista como su propio fundador. Sin ir más lejos, mientras a Macri le explotaba la realidad en la cara, los gobernadores crocantes del PJ se reunían con Sergio Massa y Miguel Ángel Pichetto. Como no podía ser de otra forma, la cúpula de la CGT formó parte del encuentro en solidaridad con la lucha del fondo sojero (¿WTF?). "Entramos a la reunión con el dólar a 32 y cuando salimos estaba a 34", fue el comentario generalizado en el Consejo Federal de Inversiones (CFI). "Interesante ¿no? Nosotros podríamos decir que entramos a un país destruido en el 2003 y salimos con uno que había desaparecido de la faz de la tierra en el 2015" remata el arbolito más ácido del microcentro.
"¿Ese que está sentado en primera fila es Eduardo Duhalde? Pero mirá vos. ¿No es el mismo que llegó a la presidencia sin ser electo y en su afán por lograr lo que la gente no le permitió en las urnas se llevó puesta a la democracia aquel fatídico diciembre del 2001? Asentimos con la cabeza como quien sabe lo que sigue. "Miralo al caradura de Duhalde. No sólo es el socio fundador del Club del Helicóptero, sino que nos hizo fumar a cinco presidentes en una semana, para asumir y mentirnos en la cara con aquella frase que quedara para la posteridad Quien depositó pesos, recibirá pesos y quien depositó dólares, recibirá dólares. Si todo hubiera terminado ahí, tal vez hoy sería recordado como un estadista que agarró un fierro caliente. Pero la política argentina permite volver del cinismo como si nada. Y así fue que nos dejó 12 años a los Kirchner -que entre los dos no juntaban 3 votos- y esta semana salió del sarcófago para explicarnos el sentido de la vida. Cada día estoy más convencido de que este país no desapareció de milagro. Todavía estamos a tiempo de que un presidente no peronista termine su mandato y se corte el maleficio". Suena dramático, pero es real.