Como siempre, el hilo se corta por lo más delgado. Cuando menos se lo imaginaban, uno de los integrantes de la mesa chica del call center montado hace unos años por el PRO -actualmente al servicio de Cambiemos- pegó el portazo pero dejó una rendija abierta por donde nos colamos y descubrimos un entramado de operaciones políticas de las que todos hablaban pero nadie había confirmado hasta ahora.
"Tarde o temprano iba a pasar. La presión que tenemos 24/7 es tal que tuve que elegir entre dedicarme en cuerpo y alma al proyecto de un país libre de peronismo o tener una vida propia", nos cuenta este personaje apodado "El Mágico", ansioso por exteriorizar lo que le sucedió en estos años, tal vez por necesidad, tal vez por cansancio, o por ambas cosas "Empecé en la campaña del 2015. La verdad es que tengo que reconocer que aprendí una bocha pero, una vez ganada la elección presidencial, la cosa se empezó a enrarecer. De hecho debería haberle prestado atención al caso Campanella".
Intrigados, nos detuvimos en esta última frase. "Y sí… lo de Juan José es un secreto a voces dentro del bunker. Campanella en realidad es un invento de Marcos. Hace mucho años atrás, cuando tomamos conciencia de que podíamos llegar a ocupar el sillón de Rivadavia, se eligieron 15 personas que prometían -entre las cuales estaba él- y se apostó fuerte. ¿Si no cómo te creés que terminó dirigiendo capítulos de House en los EE.UU o consiguió a Darín, a Norma Aleandro y a Héctor Alterio en sus primeras películas? Mérito de este equipo liderado por Marcos cuyos poderosos contactos facilitaron todo. No es que Campanella no tenga talento -que obviamente lo tiene- pero sin ayuda se hubiera quedado haciendo peliculitas tipo Jim Jarmusch. La genialidad no es lo que logró, sino que su carrera fue una estrategia para instalarlo como un influencer que defiende nuestros valores basados en el talento, en el esfuerzo, en la salida al mundo. No te confundas. Campanella no es un Director de Cine: es un tuitero que además hace películas que ganan Oscars".
Nos quedamos shockeados cuando escuchamos semejante confesión de boca de "El Mágico", uno de los fundadores de la militancia de la posverdad. Es difícil salir del asombro cuando uno se entera de cosas que creía reales y forman parte de un entramado maquiavélico. "Como Campanella te puedo nombrar varios casos. Tenemos tuiteros de la talla de Gustavo Beaverhausen, el Coronel Gonorrea, Timbuktú, Beto Hanalfa o la Doctora Pignata, trabajando para el call center". Incluso asegura que reclutaron Susana Giménez cuando -ya siendo estrella de la TV- se enfrentaba con vehemencia al kirchnerismo por el tema de la inseguridad. "Susana es la versión con 30 puntos de rating de Patricia Bullrich" dijo un día Marcos. Y a partir de ese momento, cada tema sensible para las amas de casa los toca ella, con esa conexión única que tiene con la gente. "Lo maravilloso de Susana es que, con la misma espontaneidad que te pregunta si un dinosaurio está vivo, cree que la inseguridad de este país se terminará cuando pongan en el paredón a todos aquellos que se comen las eses"
Por momentos cuesta creer que cada paso que dan esté guionado, sobre todo porque estamos hablando de un Gobierno cuestionado por su comunicación. "Una cosa no tiene que ver con la otra" dice El Mágico, evidentemente molesto. "Es más, te diría que ésa es la clave de todo este entramado de influenciadores. Ya que la bajada de línea es hablar con los hechos: pavimentar calles de tierra, poner cloacas, darle agua corriente a los barrios más postergados, que llegue el gas adonde antes no llegaba. Por eso Cambiemos tiene esa gigantesca masa de votantes en todo el país. Una cosa es la virulencia con la que nos atacan en las redes y, otra muy distinta, es a la hora de votar. Cuando pensaban que nos iban castigar en las urnas por los aumentos de tarifas, ¡pum! el país se pintó de amarillo".
Al igual que muchos jóvenes que dominan el mundo digital, suena un tanto soberbio. Y mientras le da un sorbo a una gaseosa sin azúcar, suelta como al pasar "también están los que juegan a favor de este proyecto sin saberlo. Es más, desde una vereda totalmente opuesta".
Lo de Darío Grandinetti es el mejor ejemplo de la falta de escrúpulos de este call center. "El Mágico", lejos de pisar el freno, acelera a fondo. "Sabemos todo de todos. Conocemos al detalle sus vidas y agendas. Entonces, si Myriam Bregman va a la peluquería antes de ir al piso de Intratables, le sentamos al lado una señora que le habla tan mal de Macri, que entra hecha un demonio y cuando se enciende la cámara, se va a la banquina. Myriam te levanta casi 1 punto la imagen. Hugo Moyano armando una marcha a la que no va ni su hijo Facundo, te suma entre 3 y 4. Pero sin dudas, la reina absoluta, la que trabaja todos los días ad honorem para el proyecto, es Cristina Fernández de Kirchner. Cristina divide a las familias, a los amigos de toda la vida, al peronismo, al Barcelona de Pep Guardiola, lo que sea. Se trata de un fenómeno pocas veces visto. Es más, si no hubiera existido Cristina posiblemente este Gobierno no hubiese llegado al poder, porque se necesita alguien con muchas ganas de destruir todo a su alrededor, más una dosis de delirium tremens, para lograrlo".
Una de cal y una de arena pareciera ser la estrategia de este equipo de cráneos que se la pasa todo el día pensando estrategias para generar "engagement" y "awareness", dos palabras muy utilizadas en el mundo del marketing, que podrían traducirse como "quilombo" y "que se acuerden de vos aunque sea para putearte". Bastante gráfico este exponente de la nueva generación de creativos publicitarios, mezcla de diseñador, productor de TV y editor de un blog. "A veces tenemos que aplicar la contra estrategia, porque los peronistas te la hacen tan fácil con las cagadas que se mandan que necesitamos compensar. Por ejemplo: después de una reunión como la de esta semana, donde dirigentes que responden a Massa, a Randazzo y a Cristina se mostraron unidos, nos obligan a generar acciones para que la gente nos deteste. No ellos -a quienes tenemos ganados en el rubro odio- sino nuestro propio votante, al cual nos conviene desilusionar durante un rato para volver a ganarlo". Se ve que nuestra cara de asombro nos delata, entonces lo explica mejor: "La movida que hicimos con Piter Robledo".
Antes de despedirnos, le agradecemos el tiempo y la valentía para poner al descubierto el famoso call center. "¿Qué call center?", nos pregunta intrigado. "Del que venimos hablando hace rato, el de Marcos Peña, el que genera estas estrategias maquiavélicas con las que el Gobierno llegó a ser lo que es". "El Mágico" llama al mozo, le hace el típico gesto con la mano y contesta "¿Vos también te comiste el verso de que un jefe de Gabinete con un equipo de community managers detrás de unas computadoras pueden cambiar la forma de pensar de un país? ¿Pensás que este Gobierno va a gastar un mango en un movimiento que atrasa 72 años? Olvidate, se entierran solos". Finalmente se levanta, saluda amablemente y pregunta lo que es obvio "Pagan ustedes, ¿no?". Mientras se aleja, retumba la famosa frase de la campaña de Bill Clinton, pero versión criolla: "Es el peronismo, estúpido".