Adam Brody es un nombre que probablemente evocará en la mente de muchos la imagen del encantador y sarcástico Seth Cohen de The O.C., un papel que lo catapultó a la fama a principios de los 2000. Sin embargo, a medida que el actor maduró y pasó de ser un joven galán de series adolescentes a un adulto con una impresionante carrera, su vida dio giros sorprendentes, tanto en lo profesional como en lo personal. En el mundo del entretenimiento su historia de amor con Leighton Meester fue una de las más reseñada. Además, su reciente resurgimiento con la serie Nobody Wants This (Netflix) generó un renovado furor por su trabajo.
Adam Jared Brody nació el 15 de diciembre de 1979 en San Diego, California, Estados Unidos, en el seno de una familia judía, hijo de Valerie Jill Siefman, una artista gráfica, y Mark Alan Brody, abogado. Criaron a Adam junto a sus tres hermanos en un hogar que valoraba el arte y la cultura, pero sin el brillo mediático de otras estrellas de Hollywood. Pasó gran parte de su adolescencia divirtiéndose y surfeando con amigos. Al graduarse, convenció a sus padres para que le permitieran asistir a la universidad en Los Ángeles.
Sin embargo, en lugar de inscribirse en la escuela, contrató a un profesor de interpretación, firmó con un representante de talentos y pronto consiguió el papel principal en la película Growing Up Brady (2000), interpretando a Barry Williams. Poco después, Brody fue elegido para interpretar el papel principal, Zack Altman, en la serie de MTV, Much Ado About Whatever (2001). Tuvo otros roles modestos, como en Gilmore Girls, donde interpretó a Dave Rygalski, el novio de Lane Kim. Si bien su aparición fue breve, fue suficiente para que lo recordaran como el chico “swexy”, una mezcla de dulce (sweet en inglés) y sexy, como lo apodaron. Tanto era el escándalo que generaba entre las adolescentes que bastó para convertirse en el primer actor en posar para la portada de la revista Elle Girl, y la marca de moda de lujo Dolce & Gabbana bautizó un par de botas con su nombre: las “Adam Brody Lace Up Boots”. Pero lo que realmente lo catapultó al estrellato fue su papel de Seth Cohen en The O.C. (2003-2007), la serie que marcó una era de dramas juveniles en televisión.
Seth Cohen, el nerd encantador, amante de los cómics y de Death Cab For Cutie, fue el personaje que le permitió a Brody conectar con una generación entera. La química que compartía con sus compañeros, especialmente con Rachel Bilson, quien interpretaba a Summer, lo convirtió en uno de los actores más queridos de la televisión. Sin embargo, a pesar del éxito, Brody no quería quedarse encasillado en el personaje de chico de buenas intenciones y fue progresivamente eligiendo roles más variados, lo que para su sorpresa lo mantuvo alejado del radar. En 2007, Adam iba a interpretar el papel de Ned en Pushing Daisies (2007). Sin embargo, después de terminar The O.C. (2003), no quiso aventurarse en otro programa tan pronto y rechazó el papel. Se rumoreaba que le ofrecieron un salario de 300 mil dólares por episodio. Eso lo habría convertido en uno de los actores de televisión mejor pagados de ese momento.
A lo largo de su carrera, Brody mantuvo su imagen de chico relajado y “cool”, de hecho, fue nombrado uno de los “hombres más sexys del mundo” por la revista People en 2004. Pero, como cualquier estrella, también tuvo que lidiar con rumores y escándalos. En los primeros años, se lo asoció con un estilo de vida desmedido y fiestero, algo común en los jóvenes que alcanzan la fama a una edad temprana. Sin embargo, a diferencia de otros en la industria, Brody evitó caer en excesos mediáticos, manteniendo un perfil bajo.
Secretos de una historia de amor
Aunque Adam Brody estuvo durante un tiempo vinculado a otras celebridades, como la actriz Rachel Bilson, fue en 2014 cuando encontró a su compañera de vida: Leighton Meester, la estrella de Gossip Girl. Se conocieron en 2011 durante el rodaje de la película The Oranges, pero no fue hasta unos años después que comenzaron a salir oficialmente. La conexión entre ellos fue instantánea, y no pasó mucho tiempo antes de que se convirtieran en una de las parejas más mediáticas y adoradas de Hollywood.
En 2014, Adam y Leighton sorprendieron al mundo cuando anunciaron su compromiso, y poco después, se casaron en una ceremonia íntima. Desde entonces, mantuvieron un perfil bajo en lo personal, eludiendo la atención de los paparazzi y siendo muy reservados sobre su relación. Sin embargo, a pesar de la discreción que ambos prefieren, dieron algunas entrevistas en las que compartieron las claves de su relación.
Adam contó el secreto de un matrimonio exitoso: “Hay que elegir a alguien bueno. Tener suerte y enamrarte de alguien maravilloso, y luego, solo escuchar”. Para el actor el hecho de estar con una persona tan “increíble” como Leighton lo coloca “en tercera base”, es decir - en términos de beisbol- en una posición favorable, pero también “se requiere sacrificio, humildad y el deseo de evolucionar como pareja”, dijo. Meester habló de cómo su relación con Brody le permitió crecer tanto profesional como personalmente: “Adam me mostró el verdadero significado del compromiso y la dedicación. Nos entendemos de una forma tan profunda y esa es la base de todo”. Los dos fueron compañeros en los sets y en lo son en la vida, y su colaboración en la película River Wild (2023) mostró cómo logran equilibrar su trabajo con su intimidad.
Se convirtió en padre por primera vez a los 35 años cuando Leighton dio a luz a su hija Arlo Day, el 4 de agosto de 2015. Luego tuvieron un segundo hijo, un niño cuyo nombre aún no fue revelado. Contaron que el trabajo en equipo es clave, tanto en la crianza de sus dos hijos como en su carrera compartida. Brody confesó que él y Meester tienen un enfoque abierto y honesto sobre todo lo que sucede en sus vidas: “Todo lo que hacemos pasa por el otro. Somos nuestros propios gerentes y hasta compartimos los mismos agentes”, dijeron. Además, explicaron que tienen espacios individuales donde pueden crecer y desarrollarse por separado, lo que les permite mantener su independencia dentro de la relación. Brody dijo que su mujer es una persona con una perspectiva única, “encantadoramente alejada” de los aspectos más superficiales de la industria del show business, lo que le permite seguir siendo auténtica y conectada con su arte.
El rabino más sexy
Después de varios años sin aciertos, Adam resurgió gracias a su papel en Nobody Wants This (Netflix). La serie lo muestra en un papel que recuerda mucho a sus inolvidables personajes del pasado: un hombre dulce, encantador y un poco torpe, pero con una gran dosis de madurez. Su personaje, el rabino Noah, trata de equilibrar su vida personal y profesional mientras lidia con las complicaciones de las relaciones y la cotidianidad.
Su vuelta no sólo ha sido un éxito de audiencia, sino que también reavivó el interés por el actor y, a pesar de haber mantenido una carrera sólida, logró encarnar nuevamente en ese “chico encantador” que enamoró a los fans en The O.C.. En Nobody Wants This, su presencia es fresca, con una gran química con la protagonista Kristen Bell, que generó más admiradores para el actor. La forma en que Brody -que hoy cumple 45 años- pudo evolucionar desde sus primeros papeles demuestra que su talento y carisma siguen intactos, y que tiene mucho futuro en la industria.