Le dijo: “Te amo”. Y, después de eso, Patrick Swayze cerró sus ojos definitivamente. Era la mañana del 14 de septiembre de 2009. Y, en ese momento, la esposa del actor, Lisa Niemi, le sostenía la mano. No quería moverse de la habitación del hospital donde estaba internado Buddy, como le decía cariñosamente, para que él no tuviera miedo. Así que, después de escuchar sus palabras, se recostó junto a él. Le tomó el pulso. Y supo que nunca más volvería a oír esa declaración del hombre de su vida. Ese al que había acompañado desde la adolescencia. El que le había confiado hasta los más tristes de sus secretos. Y el que, con apenas 57 años de edad, había partido para siempre de su lado.
El galán que deslumbró al mundo entero protagonizando éxitos de taquilla memorables, había conocido a quien fuera su esposa en 1970, cuando él tenía 18 años y ella apenas 14, ya que ella tomaba clases de baile con la madre de Patrick, Patsy Karnes Swayze. Y, tal como reconocieron, Cupido fue implacable con ellos desde la primera vez que se miraron a los ojos. Así que, en 1975, se casaron prometiendo mantenerse unidos “hasta que la muerte los separe”. Cosa que ocurrió demasiado pronto, a pesar de las casi cuatro décadas que compartieron juntos.
Lo cierto es que fue recién después de la triste partida del actor, que Lisa se animó a compartir todo el sufrimiento que había atravesado Swayze a lo largo de su vida y que incluía desde la violencia que había padecido en su infancia y el alcoholismo contra el que había tenido que combatir en su época de gloria, hasta la lucha contra el cáncer de páncreas que le habían detectado en marzo de 2008 y que convirtió en una tortura su etapa final. Lo hizo primero en el libro Worth Fighting For, publicado en 2011, en el que contó cómo lo había cuidado durante su enfermedad. Y, después, dando su testimonio en primera persona para el documental de Paramount Network I Am Patrick Swayze que se estrenó en 2019, en el que reveló los secretos mejor guardados de su esposo.
Nacido el 18 de agosto de 1952 en el seno de una familia de Texas, Estados Unidos, Patrick pasó sus primeros años en Houston. Su padre, Jesse Wayne Swayze, era un ingeniero mecánico. Pero él, al igual que sus cuatro hermanos, estudió actuación y danza en la academia de arte su madre, La Houston Ballet Dance Company donde también conoció a su esposa. Sin embargo, según contó ésta última, el actor le había confesado que en esos tiempos su progenitora había ejercido violencia física y psicológica contra él. Y que esto había afectado a Swayze de por vida, aunque casi nadie lo sabía.
Patrick comenzó su carrera a finales de los ‘70 y principios de los ‘80 con algunas obras musicales y papeles secundarios en series de televisión, hasta que Francis Ford Coppola lo hizo desembarcar en la pantalla grande seleccionándolo para el reparto de la película Rebeldes. Y, a partir de ese momento, no dejó de trabajar. Pero, sin lugar a dudas, fue Dirty Dancing, el film dirigido por Emile Ardolino de 1987 que protagonizó junto a Jennifer Grey y en el que su propia madre lo ayudó a preparar los cuadros de baile, el que lo consagró internacionalmente. Y el que también le permitió mostrar su faceta de cantante y compositor con el tema She’s Like the Wind, que se mantuvo durante varias semanas en el top de los hits más escuchados de Estados Unidos y vendió miles de copias en todo el mundo.
Sin perder su continuidad laboral, Swayze volvió a estar en la cresta de la ola en 1990, cuando se estrenó Ghost, la sombra del amor. En el film de Jerry Zucker, encarnaba al enamorado de Demi Moore, quien aún desde otro plano se hacía presente para acompañarla y contenerla en los momentos más difíciles. Tras el furor por esa película en la que también participaba Whoopi Goldberg, el éxito fue rotundo. Y las críticas estuvieron de su lado. Sin embargo, al mismo tiempo aparecieron las adicciones y todo se convirtió en un tormento para el actor.
El problema fundamental de El hombre más sexy del mundo, como había sido elegido por la revista People en 1991, era el alcohol. “Tenía una personalidad diferente cuando bebía mucho. Era el mejor hombre sobre el planeta, a menos que se tomara una copa”, había explicado Lisa. Y la realidad es que, durante muchos años, trató de ayudarlo a salir de esa situación. Sin embargo, fue recién en 2005 cuando ella decidió irse de su casa para darle un ultimátum, que Patrick se comprometió con un tratamiento que le permitió superar su adicción en una clínica de desintoxicación. Porque, más allá de los altibajos de su carrera, si había algo que él no estaba dispuesto a poner en riesgo era su matrimonio.
Nunca tuvo hijos, ya que Niemi había perdido una gestación y no pudo volver a quedar embarazada. Pero siempre se mantuvo unido a ella. Y se aferró más fuerte aún después de que le diagnosticaron su enfermedad. “Estoy pasando por un infierno. Estoy asustado, enfadado y me pregunto: ‘¿Por qué a mí?’”, había contado en una entrevista. En los últimos meses, Swayze había perdido mucho peso y se lo veía demasiado abatido. Sin embargo, se esforzó por cumplir con su trabajo en la serie The Beast, donde había asumido un compromiso laboral, hasta que el cuerpo le dijo basta.
Tres años después de haber enviudado, Lisa conoció al joyero Albert DePrisco, con quien se casó en 2014. Y los fanáticos de Swayze la criticaron asegurando que no estaba respetando su memoria. Sin embargo, ella confesó que fue él quien le dio el visto bueno desde el más allá. “Patrick me dio su bendición cuando apareció en uno de mis sueños. Cuando le veía, él no podía hablarme. Pero yo podía entender qué decía, porque he tenido muchos sueños sobre él”, reveló en una entrevista con el podcast Amy & T.J a 15 años de la muerte del actor.