Burt Reynolds: el galán recio que murió sin hablar con la mujer que amaba y el accidente en el set que casi lo mata

El astro de cine y sex symbol de los años 70 y 80, que murió el 6 de septiembre de 2018, a pesar de haber tenido una brillante carrera, enfrentó problemas personales y financieros, agravados por malas decisiones. Entre ellos, el rechazo de papeles icónicos como James Bond. Las adicciones y relaciones fallidas que oscurecieron su vida

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Burt Reynolds en 1972 (Photo © 2014 Hollywood Archive/The Grosby Group)
Burt Reynolds en 1972 (Photo © 2014 Hollywood Archive/The Grosby Group)

El actor Burt Reynolds deslumbraba con su encantadora sonrisa y su voz profunda. No sólo fue la estrella de cine por excelencia de los años 1970 y 1980, sino que se convirtió en el semental machista y sex symbol de la era. Con su bigote legendario y una arrogancia inigualable, saltó a la fama después de una temporada en el western La ley del revólver (1955), con el papel en el drama Amarga pesadilla (1972), y luego se volvió una superestrella internacional con películas como Dos pícaros con suerte (1977). En su intimidad sufrió desde problemas personales hasta financieros. Falleció el 6 de septiembre del 2018, a los 82 años.

Nace un ícono

Burton Leon Reynolds nació en Lansing, Michigan, el 11 de febrero de 1936. Era hijo de Harriette Fernette Miller y Burton Milo Reynolds, que estaba en el ejército. Después de la Segunda Guerra Mundial, su familia se mudó a Riviera Beach, Florida, donde su padre era jefe de policía y él se destacó como atleta en la Universidad Estatal de Florida. Se convirtió en corredor hasta que una lesión en la rodilla y un accidente automovilístico terminaron con su carrera futbolística. Abandonó los estudios y se dirigió a Nueva York con la aspiración de convertirse en actor. Allí trabajó en restaurantes y clubes mientras hacía algún que otro comercial de televisión o papel en teatro.

Justo antes de que su gran éxito Amarga pesadilla (1972) llegara a los cines, la editora de Cosmopolitan, Helen Gurley Brown, se acercó a Reynolds con una idea revolucionaria para la época: un desnudo masculino en página central. Los 1,6 millones de copias de la primera edición de la revista se agotaron inmediatamente, lo que convirtió a Reynolds y la fotografía en un hito del cual todavía hoy se hacen parodias. Aún así, el actor se arrepintió más tarde, ya que sintió que eclipsaba el trabajo serio que él y sus compañeros de reparto habían hecho en la película. “Creo que a algunos actores de Amarga pesadilla les costó un Premio de la Academia. Creo que le costó a Jon Voight y a Ned Beatty, quien merecía una nominación al Oscar. Y a mí también me dolió”, dijo Reynolds.

Después del éxito de taquilla de Dos pícaros con suerte (1977), Reynolds tuvo una serie de aciertos que lo convirtieron en el actor con mayores ganancias de Hollywood cada año, desde 1978 hasta 1982. Aunque películas como Stroker Ace (1983), La mejor casita del placer (1982) y Carrera de locos (1981) no obtuvieron buenos resultados de los críticos, eso no impidió que los fanáticos acudieran en masa al cine, sólo para ver al actor.

Jan-Michael Vincent y Burt Reynolds sonriendo en una escena de "Hooper", en 1978. (Photo by Warner Brothers/Getty Images)
Jan-Michael Vincent y Burt Reynolds sonriendo en una escena de "Hooper", en 1978. (Photo by Warner Brothers/Getty Images)

Su carrera cinematográfica decayó a mediados de los años 80, pero todavía tenía un refugio seguro para practicar su arte como actor: el Burt Reynolds Dinner Theatre en Júpiter, Florida. Cuando Reynolds abrió sus puertas, en 1978, dijo que quería crear un espacio para personas que no hubieran visto teatro en vivo, a precios accesibles, al mismo tiempo que tener un lugar donde actores y sus amigos desempleados pudieran trabajar. En el transcurso de la siguiente década, el teatro presentó 116 producciones con estrellas como Carol Burnett, Farrah Fawcett, Ned Beatty, Kirstie Alley y Robert Urich, además del propio Reynolds. Cerró sus puertas en 1989, pero luego abrió el Instituto Burt Reynolds de Cine y Teatro, donde continuó formando nuevos actores hasta su fallecimiento.

Malas decisiones

Por muy grande que fuera Burt Reynolds, podría haber sido aún más exitoso si no hubiera rechazado algunos de los papeles más emblemáticos de la historia del cine. Reynolds reveló que desistió del papel de Al Pacino de Michael Corleone en El Padrino (1972), después de que Marlon Brando amenazara con renunciar si Reynolds era elegido. Pero ese fue sólo uno de los muchos papeles icónicos que le ofrecieron. Dejó pasar a Pretty Woman, que finalmente fue para Richard Gere, y también rechazó los papeles principales en Atrapado sin salida (1975) y La fuerza del cariño (1983), cada una de las cuales le valió a Jack Nicholson un Oscar. Pero los mayores fracasos en su carrera fueron los protagónicos de James Bond, que rechazó porque sentía que sólo debería ser interpretado por actores británicos, y el personaje de Star Wars, Han Solo, que desestimó porque no quería hacer ciencia ficción.

La comedia dramática Ciudad caliente (1984) no sólo terminó con su carrera, sino que casi literalmente también mató al propio Reynolds. Después de romperse la mandíbula en cuatro en un accidente durante el rodaje, Reynolds no podía comer y se volvió adicto a los analgésicos. Perdió mucho peso, lo que generó rumores generalizados en los tabloides de que en realidad padecía SIDA. “Fue un momento interesante, ahí es cuando descubrís quiénes son tus amigos”, dijo el actor. Intentó dejar los analgésicos de golpe, pero su debilitado cuerpo no pudo soportarlo y cayó en coma. Los médicos estaban tan seguros de que no sobreviviría que incluso trajeron a su entonces esposa, Loni Anderson, para darle su último adiós. Reynolds finalmente sobrevivió, pero su carrera nunca se recuperó por completo.

Burt Reynolds y Salie Field en Dos pícaros con suerte (Grosby Group)
Burt Reynolds y Salie Field en Dos pícaros con suerte (Grosby Group)

Reynolds protagonizó muchos éxitos, y su filmografía está repleta de actuaciones memorables. Como uno de los principales actores de Hollywood, fue recompensado generosamente por su trabajo con 10 millones de dólares por película en el ápice de su carrera. Pero su riqueza era prácticamente inexistente al momento de su muerte. Múltiples fuentes estimaron su valor neto en sólo 5 millones de dólares y había una buena razón por la que su cuenta se estaba quedando vacía. Burt nunca se recuperó financieramente después de su divorcio de Anderson en el 94. Su serie de TV, Evening Shade, fue cancelada ese mismo año y él afirmó que su matrimonio fallido le hizo perder 3 millones de dólares. En el año 96 se declaró en quiebra, alegando que tenía una deuda de 10 millones de dólares. “He perdido más dinero del que es posible porque no lo he cuidado”, reconoció el actor.

El amor de su vida

Cuando Reynolds protagonizó junto a Dolly Parton La mejor casita del placer (1982), hubo rumores de que los dos estaban saliendo, a pesar de que Parton estaba casada. No fue hasta tres décadas después que la verdad salió a la luz sobre lo que realmente pasaba entre bastidores. “Burt y yo éramos un buen chico y una buena chica y yo quedé muy triste cuando falleció, éramos realmente muy parecidos”, dijo Parton. También dejó en claro que esos rumores de romance no eran ciertos. En lugar de tener una cita ardiente, insistió en que eran más como hermanos. Aunque, fiel a su estilo, la superestrella también bromeó añadiendo: “No podía esperar para ir a la cama con Burt Reynolds. Pero en la película, no en la vida real”.

Reynolds estuvo casado dos veces, primero con la comediante inglesa Judy Carne y luego con la estrella de Sintonía de Locura (1978), Loni Anderson. Ambos matrimonios terminaron en divorcio, y su separación de Anderson llevó a una aparición infame en el Tonight Show con Jay Leno, donde atacó al presentador después de demasiadas bromas sobre el divorcio.

Burt Reynolds y su entonces mujer Loni Anderson, cerca de 1988 (Photo © 2014 Hollywood Archive/The Grosby Group)
Burt Reynolds y su entonces mujer Loni Anderson, cerca de 1988 (Photo © 2014 Hollywood Archive/The Grosby Group)

Sin embargo, en 2016, Reynolds reveló que la mayor decepción de su vida fue el fracaso de su relación de cinco años con su coprotagonista Sally Field. Reynolds comenzó a salir con su co-protagonista de Dos pícaros con suerte (1977), Sally Field, en el 77. Protagonizaron cuatro películas juntos durante su intermitente relación antes que su romance se enfriara en el 82. “Ella era el amor de mi vida y arruiné la relación. Esa sensación de pérdida nunca desaparece. No tengo idea de lo que Sally piensa al respecto”, reveló Reynolds. No fue hasta después de su muerte que ella habló sobre su romance, llamándolo, “una perfecta combinación de defectos”. También detalló su tormentoso romance en sus memorias, escribiendo que Reynolds se volvió abusivo físicamente con ella, y que estaba muy celoso de otros hombres en su vida: “Burt me agarraba la cara y me exigía que le dijera quién era el sujeto y qué clase de relación había tenido con él. No importaba quién fuera o si lo conocía bien, siempre tenía el corazón acelerado como si me hubieran descubierto haciendo algo malo”. Aunque también la actriz hizo una declaración en parte romántica: “Hay momentos en tu vida que son tan imborrables que nunca se desvanecen. Permanecen vivos, incluso cuarenta años después. Mis años con Burt nunca abandonan mi mente. Él estará en mi historia y en mi corazón mientras viva”. Reynolds nunca llegaría a conocer sus verdaderos sentimientos, ya que Field no le habló los últimos 30 años de su vida.

Regreso con gloria

En la década de 1990, Reynolds regresó, primero con la exitosa serie de televisión Evening Shade y luego con su actuación ganadora del Globo de Oro en la película Boogie Nights: juegos de placer (1997). Continuó trabajando hasta el final de su larga vida, apareciendo en docenas de proyectos, quizás el más conmovedor en La última gran estrella (2017), una película sobre una celebridad de cine envejecida que se enfrenta a la realidad. Reynolds había firmado para un papel secundario en la última obra de Quentin Tarantino, Había una vez en Hollywood (2019), pero no llegó a filmar sus escenas ya que murió el 6 de septiembre de 2018, a los 82 años, después de una larga batalla por problemas cardíacos.

Burt Reynolds había firmado un contrato para filmar con Tarantino en un papel secundario en "Había una vez en Hollywood" pero murió antes de empezar a grabar  (Reuters)
Burt Reynolds había firmado un contrato para filmar con Tarantino en un papel secundario en "Había una vez en Hollywood" pero murió antes de empezar a grabar (Reuters)

Después de su muerte, la vida de Reynolds fue honrada por su familia y amigos durante una ceremonia en Florida, seguida por un acto conmemorativo privado coordinado por su ex esposa, Loni Anderson, su hijo adoptivo Quinton y la sobrina de Burt, Nancy Lee Brown Hess. Pero hubo un ausente: el único hermano de Burt, el actor James “Jimmy” Hooks Reynolds. “Está tan triste y enojado que no quiso despedirse de él junto a su familia”, explicó su esposa María. Pero la otra realidad es que según María, Anderson eliminó a Jimmy de la lista de invitados porque estaba peleada con él, ya que su cuñado no había hecho lo suficiente para protegerla del supuesto abuso que sufrió durante su matrimonio con Burt. Aunque también en vida, Burt culpó a María por la dañada relación con su hermano, escribiendo: “Yo no le caía bien a la chica con la que él se casó. Pensaba que debía ser más atento con Jim y ayudarlo más económicamente, pero ya lo había ayudado mucho y llegó un momento en el que pensé que tenía que ser independiente”.

Seis meses después de su muerte, el 15 de marzo de 2019, Jimmy también falleció en Hollywood, Florida, a los 83 años. La causa de su muerte fue un ataque al corazón, el mismo problema de salud al que Burt sucumbió.

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