La actriz de nacionalidad australiana llegó a este mundo gracias a una historia romántica digna de un guión cinematográfico. Su padre Robert, un suboficial texano de la marina estadounidense, en medio de una travesía tuvo un desembarco obligado en Melbourne por un desperfecto en el barco. Para hacer tiempo dio un paseo por los alrededores y en esa caminata a la deriva se topó con una maestra que cruzaba la calle con un grupo de alumnos. El amor, claramente, fue a primera a vista. El marino pidió la baja, dejó ir su barco, y se casó y se estableció con la maestra, llamada June. En su nueva ciudad Robert mutó en un exitoso ejecutivo de publicidad y tuvo tres hijos, entre ellos, la futura actriz.
La vida transcurría en armonía. Lo tenían todo. Trabajo, amor, salud. La felicidad era completa. Una tarde como cualquiera, cuando la niña tenía 10 años, la madre, sumida en una profunda tristeza reunió a sus hijos, para comunicarles que su padre había muerto de un infarto. Esa mañana la niña no se había despedido con un beso de su papá cuando salió a trabajar, pero lo vio irse por la ventana. Ese beso no dado la marcó de por vida.
Como en la película que protagonizó de adulta, Blue Jasmine, había sufrido algo similar en la niñez: de vivir una vida confortable se encontró con grandes limitaciones económicas, sin hablar del dolor de la pérdida de su padre. Su madre, que estaba a cargo de ella y sus hermanos, advirtió que su sueldo de docente no alcanzaría para cubrir las necesidades de la familia y empezó a ganarse la vida como agente inmobiliaria.
Cuando la niña creció pensó en un futuro donde nada le faltara, de manera que se inclinó por una carrera universitaria clásica, como Ciencias económicas. Tras un año de estudios se tomó un año sabático para viajar. En su estancia en El Cairo, Egipto, para renovar un visado un productor la “descubrió”. Le propuso una aparición como extra en una película. Ella aceptó y de inmediato sintió que eso sería lo suyo, ser una actriz.
De regreso a su país, se inscribió en el Instituto Nacional de Arte Dramático de Sídney. Su belleza y elegancia natural no pasaron inadvertidas. La rubia fue convocada para integrar elencos en obras teatrales, como Electra, de Sófocles y Hamlet, la tragedia de Shakespeare. Debutó en el cine con Police Rescue y también dos series de televisión, Hearthland y Parklands. Su salto como estrella internacional fue en la película Camino al Paraíso. Tenía un rol secundario pero fue suficiente para demostrar que podría brillar en las más grandes producciones.
Respuesta: La niña de la foto es Cate Blanchett