Hace 20 años, un hombre paseaba por un mercado de pulgas. No tenía pensado comprar nada especial. Sólo caminaba por el lugar. Miraba las antigüedades y los muebles viejos que le recordaban la casa de su abuela. Entonces, vio una caja con películas en 8 milímetros. Las cintas viejas le llamaron la atención. Buscó en sus bolsillos y tenía los 11 dólares necesarios para comprarla. Todavía no sabía que estaba por descubrir uno de los tesoros perdidos más importante de la historia de Los Beatles. El hombre se quedó con imágenes exclusivas y nunca antes vista de la visita de la banda inglesa a oceanía. El hecho había sucedido en 1964, hace ya 80 años.
El protagonista de esta historia es el también músico Greg Perano. Fue el curioso que paseaba por el mercado de pulgas de Sidney, cuando se topó con la misteriosa caja de películas. Después de pagar 11 dólares, descubrió que uno de los rollos estaba inscrito con el nombre de la banda.
Perano fue percusionista de la banda australiana Hunters & Collectors. El joven baterista revisó la caja de 14 rollos de película de ocho milímetros y encontró un tesoro inesperado: imágenes de Ringo Starr, Paul McCartney, George Harrison y John Lennon en 1964. “Era como ver magia, pura magia, ver a esa banda y siendo una banda que amaba”, dijo Perano, al recordar el momento del hallazgo.
El impacto del hallazgo
Perano llegó a su casa y enseguida comenzó a reproducir las cintas. Allí, se encontró con clips en primer plano de Los Beatles tocando en vivo en el Sydney Stadium en 1964. “Me senté y pensé, ‘el tipo está en el escenario. Está filmando al lado, muy cerca de los músicos”, comentó el hombre A Current Affair, un programa de noticias australiano, cuando se conoció el hallazgo. “Es realmente bueno, una calidad hermosa en blanco y negro, de 8 mm. Me trajo todos esos recuerdos porque no es como una gran banda ahora tocando para las cámaras”, añadió Perano en la misma entrevista.
No solo fue emocionante para Perano ver a la banda en acción, sino que fue especial porque capturaba a Los Beatles en su apogeo. Mucho antes de las peleas entre John Lennon y Paul McCartney. “Es una banda que parece estar en un bar pequeño. Se ve a los músicos en su etapa formativa donde eran realmente buenos en vivo”, afirmó.
Poco tiempo después del hallazgo del tesoro Beatle, se comenzó a reconstruir parte de la historia. La cinta fue filmada por Gil Wahlquist, periodista musical del Sydney Morning Herald que falleció en 2012. La familia de Wahlquist, igual le dio su visto bueno a Perano para que conserve la película. Así, el ojo del periodista se puede apreciar en los detalles que toma con su cámara.
Aunque el metraje es silencioso, Perano explicó que es fácil identificar algunas de las canciones que tocaron esa noche de 1964. Incluye un clip de la banda mientras interpretan Love Me Do. En las entrevistas posteriores, Perano identifica un momento revelador. “Hubo ese momento donde George y Paul, como todos los que lo ven, hacen ‘woooooooo’, así que sabes exactamente cuál es la canción”, dijo.
El metraje tiene 60 años. Los Beatles realizaron su primera y única gira por Australia en 1964, como parte de sus shows a nivel mundial que causaron la Beatlemanía a nivel global.
El fan de Los Beatles
La compra de Perano también tiene una conexión profundamente personal, ya que intentó desesperadamente asistir al concierto de la banda cuando era niño. A los 11 años, la banda tocó en su país natal, Nueva Zelanda, durante esa misma gira. Solo para tratar de escuchar aunque sea un fragmento del concierto, Perano subió una colina en Picton, en el extremo norte de la Isla Sur, con la esperanza de oír el espectáculo en Wellington, a 100 kilómetros de distancia en el extremo sur de la Isla Norte.
“Por supuesto, no pudimos oírlos, pero sabíamos que estaban a 100 kilómetros de distancia haciendo nuestro show”, recordó. Sin embargo, en un giro inesperado de los acontecimientos, ahora posee una pieza especial de esa gira, gracias a una compra aleatoria en un mercado de pulgas.
Los Beatles en Australia
A principios de la década del 60, Australia seguía enamorada del rock’n’roll estadounidense de los años 50 y de la música surf. Los jóvenes se movían frenéticamente por las pistas de baile del país y disfrutaban de artistas como Jerry Lee Lewis, Ricky Nelson y Bobby Rydell. Sin embargo, el panorama musical mundial estaba cambiando, gracias a cuatro jóvenes de Liverpool.
Kenn Brodziak apenas había oído hablar de The Beatles cuando se sentó con los representantes de la banda para discutir su posible llegada a Australia. Este promotor de conciertos australiano, que había comenzado en el teatro antes de organizar giras para figuras como Dave Brubeck, Gene Krupa y Lonnie Donnegan, se había asociado con Dick Lean de Stadiums Limited, que poseía la mayoría de los grandes recintos de las capitales del país de Oceanía.
“Fue por insistencia de Dick Lean que Kenn buscara algo para los chicos,” dice Greg Armstrong, coautor del nuevo libro When We Was Fab: Inside the Beatles Australasian Tour 1964. “Cuando Kenn fue al extranjero en busca de actos, no buscaba a Los Beatles. No sabía de ellos. Pero un agente en Londres, Cyril Berlin, le había informado de su existencia. Le escribió a Ken proponiendo nuevas ideas de diferentes artistas que estaban surgiendo en el Reino Unido, y mencionó a la banda inglesa. Esa fue la primera vez que Kenn Brodziak oyó hablar de ellos.”
Cuando Kenn llegó a Londres, no le habría llevado mucho tiempo, si abría los periódicos o escuchaba la radio, darse cuenta de que Los Beatles eran un gran negocio en el Reino Unido.
Esto significa que los Beatles que Brodziak acordó llevar de gira en julio de 1963 eran una propuesta muy diferente para cuando se resolvió el papeleo para su gira australiana casi seis meses después. No solo eran un poco más grandes, estaban convirtiéndose en una fuerza cultural. Y valían mucho más dinero.
“El honorario inicial fue puesto sobre la mesa por Arthur Howes por 1.000 libras esterlinas, además de los pasajes aéreos y alojamiento y quizás una parte de la taquilla,” dice Armstrong. “Mil libras era bastante dinero para cualquier banda en ese entonces. Pero, por supuesto, para cuando la tinta llegó al contrato, los Beatles habían despegado absolutamente y más que se duplicó.”
Aun así, era un gran trato, incluso al doble del precio. La banda y su manager Brian Epstein podrían haber renegado muy fácilmente y enfocado su atención en mercados más grandes y lucrativos.
No solo los Beatles terminaron visitando Adelaide, sino que allí enfrentaron a su mayor multitud. Más de 200.000 personas se alinearon en las calles para ver a la banda conducir desde el aeropuerto hasta la ciudad.
La gira de la banda es considerada ampliamente uno de los momentos cruciales en la historia de la música australiana. Esto fue más que una oportunidad para que los niños vieran actuar a su banda favorita, fue una indicación de que los jóvenes tenían una cultura propia y cualquiera podía participar.
No es sorprendente que Australia se enamorara de la banda. Sí, sus canciones eran perfectas, pero había un atractivo mayor. “Los Beatles se mostraban como personas comunes y corrientes,” dice Armstrong. “No eran chicos pomposos de universidad ni nada de eso. Se mostraban como despreocupados. Eran contundentes, un poco descarados, y muy divertidos. Y creo que mucha gente notó eso y pensó ‘Podemos hacer eso’ o intentarlo.”