Hasta los 19 años, Kerstin Fritzl vivió bajo tierra. Nunca vio el sol, no sintió el aire fresco ni tocó el césped con sus dedos. Kerstin no tuvo amigas, ni supo lo que es jugar con otras nenas en la plaza del barrio. Mucho menos tuvo novio o se dio el primer beso detrás de un árbol del parque. La chica fue prisionera de Josef Fritzl, su padre y abuelo, quien había encarcelado a su madre Elisabeth en 1984 para usarla como esclava sexual.
Kerstin pasó todos esos años, casi dos décadas, en la prisión que Josef construyó bajo la casa familiar en Ybbsstrasse 40, en Amstetten, Austria. Ella fue la primera hija de Elisabeth y Josef, producto de la violación e incesto, y estuvo presente en los nacimientos de los seis niños que siguieron. Fue gracias a Kerstin que, en 2008, la familia finalmente escapó de Josef.
Nacida en la casa del horror
Cuando Kerstin Fritzl nació el 30 de agosto de 1988, su madre Elisabeth Fritzl ya llevaba cuatro años como prisionera de Josef Fritzl. El encierro de Elisabeth comenzó en 1984, cuando su padre la atrajo a un sótano que había armado en la década del 70. En ese momento, Josef la dejó inconsciente con éter y la ató a una cama. Josef había violado a Elisabeth por primera vez cuando tenía 11 años, y la privacidad del sótano le permitió escalar su abuso.
Elisabeth soportó palizas, tormento psicológico y la obligación de recrear escenas de películas pornográficas violentas. Mientras tanto, el mundo exterior creía la mentira de Josef de que Elisabeth había huido y se había unido a una secta religiosa. El hombre caminaba por el barrio de Amstetten sin levantar sospechas. De hecho. recibía la solidaridad de los vecinos ante la “huida” de su hija. Entonces, en uno de las tantas violaciones a la que la sometió su padre, Elisabeth quedó embarazada.
El primer embarazo de Elisabeth en 1986 terminó en un aborto espontáneo. Pero en 1987, ocurrió otra vez y luego de 9 meses nació Kerstin. Según informes del diario inglés The Telegraph en 2009, Josef le dio a Elisabeth un libro sobre embarazo, unas tijeras, una manta y algunos pañales. La joven tuvo que dar a luz a su hija sola y sin ningún tipo de anestesia. Recién, luego de 10 días, el monstruo austríaco entró al sótano a ver como estaba la situación de sus rehenes.
La Vida de Kerstin Fritzl en el sótano
Tras el nacimiento de Kerstin, Elisabeth tuvo otros seis hijos. Uno de ellos murió en la infancia, pero los demás nacieron sanos. Josef se llevó a algunos de los niños (Lisa, Monika y Alexander) arriba, convenciendo a su esposa y a las autoridades austriacas de que Elisabeth los había dejado en la puerta. Los otros tres niños (Kerstin, Stefan y Felix) quedaron bajo el cuidado de su madre en el sótano.
A pesar de las circunstancias horribles, Elisabeth intentó hacer la vida más agradable para sus hijos. Decoró las paredes con imágenes de flores, estrellas, el sol y animales como caracoles y pulpos. Pero no podía protegerlos de la ira de Josef. Cuando se enfadaba, cortaba la electricidad o les negaba comida. Cuando él y su familia “de arriba” se iban de vacaciones, a menudo dejaba a Elisabeth, Kerstin y los otros niños “de abajo” solos hasta por 10 días. Además, el monstruo de Amstetten continuó violando a Elisabeth.
Un fiscal preguntó a los jurados en el juicio de Josef Fritzl en 2009: “¿Alguna vez se han preguntado cómo era en el sótano? Luz apagada. Violación. Luz encendida. Paredes mohosas. Violación. Luz apagada.”
A pesar de los esfuerzos de su madre, la vida en el sótano afectó a Kerstin. Según un artículo de 2010 del Independent, ella reaccionaba al cautiverio con ataques en los que destrozaba su ropa y la tiraba por el inodoro. Parecía que la vida continuaría así indefinidamente. Pero entonces, en 2008, Kerstin se enfermó y esa fue su pasaje de salida del infierno.
“Por favor, ayúdenla”
Kerstin Fritzl nunca había visto el sol ni respirado aire fresco. Como resultado, siempre estuvo débil y había sufrido ataques epilépticos desde que nació. Pero en abril de 2008, su salud empeoró. Cuando su hija parecía estar al borde de la muerte, Elisabeth Fritzl le rogó a Josef para que llevara a la joven de 19 años al hospital. El 19 de abril, Josef aceptó. Pero antes de sacar a Kerstin del sótano, Elisabeth deslizó una nota en el bolsillo de su hija.
“Por favor, por favor ayúdenla”, escribió Elisabeth según un artículo de 2008 del diario inglés The Guardian.
En el hospital, los médicos diagnosticaron a Kerstin con insuficiencia renal, pulmonar y hepática, y la pusieron en coma inducido. Pero su salud precaria —y la falta de registros médicos— también despertaron sospechas. Exigieron hablar con su madre. Increíblemente, Josef accedió.
Inventó una historia sobre cómo Elisabeth había decidido regresar a casa con Stefan y Felix. Pero una vez que Elisabeth estuvo sola con la policía, hizo un trato: si le prometían que nunca tendría que volver a ver a su padre, ella contaría toda la historia.
La nueva vida’ de Kerstin Fritzl
Albert Reiter, el anestesista principal donde Kerstin Fritzl estaba siendo tratada, dijo al Guardian en 2008 que despertar a Kerstin fue un momento conmovedor.
“Dije, ‘Kerstin, hola Kerstin,’ y ella me respondió ‘Hola’ y le dije: ‘Ha comenzado una nueva vida.’”
A pesar de sus décadas de aislamiento, la joven se adaptó a su “nueva vida” bastante rápido. Los trabajadores del hospital estaban complacidos al verla “moverse” en la cama al ritmo de la música de Robbie Williams, a quien había visto por primera vez en la televisión del sótano. Kerstin también expresó su deseo de ver al cantante en concierto y de ir a esquiar algún día.
Había estado en coma durante unas siete semanas, pero pronto Kerstin pudo hablar, ponerse de pie y caminar con asistencia. Los médicos dijeron que no estaban completamente seguros de qué había causado su falla orgánica, pero especularon que podría haber estado relacionado con la epilepsia.
“Hasta ahora no hemos podido determinar la causa definitiva de la falla orgánica, pero es probable que una pequeña inflamación desencadenara la falla de uno de sus órganos principales -explicó uno de los doctores-. Los pulmones parecen haber fallado después de que ella se mordió la lengua durante un ataque epiléptico y recibió sangre en su aparato respiratorio.”
Cualquiera que fuera la causa de su enfermedad, el viaje de Kerstin al hospital resultó en la fuga de su familia del sótano. Y sus vidas nunca serían las mismas.
Dónde están Elisabeth Fritzl y sus hijos hoy
Tras la declaración de Elisabetha a la policía, Josef fue arrestado y llevado a juicio. Poco después, las pruebas de ADN confirmaron que Josef era el padre de los hijos de su hija.
En 2009, fue declarado culpable de esclavitud, incesto, violación, coacción y encarcelamiento falso. Josef también se declaró culpable de homicidio negligente relacionado con la muerte del hijo de Elisabeth, Michael. Fue sentenciado a cadena perpetua.
Mientras tanto, Elisabeth, Kerstin y el resto de su familia comenzaron una nueva vida en un lugar no revelado en Austria, conocido solo como Village X.
No se sabe mucho sobre sus vidas ahora. El Independent informó que Kerstin y sus hermanos “de abajo” inicialmente tuvieron problemas para relacionarse con los niños “de arriba”, pero que su relación había mejorado con el tiempo.
Elisabeth, por su parte, ha desarrollado un amor por los jeans “brillantes”, pasó su examen de conducir e incluso encontró el amor. En 2019, se casó con su guardaespaldas, Thomas Wagner.
Se sabe menos sobre la vida actual de Kerstin Fritzl en Village X. Pero una cosa es segura. Después de pasar las dos primeras décadas de su vida encarcelada en un sótano, el futuro de Kerstin será muy diferente. Lo que es seguro que ya nunca podrá recuperar los años de su infancia y adolescencia pasados en el oscuro sótano de Amstetten y con la sombra de Josef sobre su cabeza de niña.