“El dolor es temporal, el cine es para siempre”, dijo el actor que anunció públicamente su diagnóstico de Parkinson en 1998. Aquel fue un punto de inflexión tanto en su carrera como en su vida personal, y desde entonces ha sido, además de un optimista nato, un defensor destacado de la investigación y la concienciación sobre la enfermedad. Michael J. Fox es más conocido por su papel en la trilogía de Volver al futuro (1985), pero a lo largo de sus 63 años hizo algo más que viajar en el tiempo en su evolución como megaestrella y, más aún, como ser humano.
Infancia de actor
Michael J. Fox nació el 9 de junio de 1961 en Canadá. A pesar de haberse criado principalmente en la capital de Alberta, su infancia estuvo marcada por numerosos cambios de residencia debido al servicio militar de su padre, William, en las Fuerzas Armadas. Él mismo se autopercibe como un “mocoso del ejército”, ya que su familia se trasladó en varias ocasiones durante su juventud. En una entrevista con CBC, Fox recordó, “Crucé Canadá un par de veces antes de cumplir los 10 años”. Después de la jubilación de su padre del ejército en 1971, Michael, junto con sus padres y sus cuatro hermanos, se establecieron en Burnaby, Columbia Británica, donde comenzó el quinto grado en la escuela primaria Morley. A pesar de su ascenso a la fama en Hollywood, el actor siempre mantuvo presente sus orígenes, mencionando cómo su nacionalidad influyó positivamente en su carrera, “Te acercas a las cosas conocidas de una manera diferente; las abordas desde un ángulo distinto. Mi referencia para todo es mi origen canadiense, mi vida en Canadá”.
En sus memorias, Fox describe sus días escolares de esta manera, “Me encontré en la extraña situación de recibir elogios por mi actuación profesional mientras reprobaba la clase de teatro en la escuela debido a demasiadas ausencias”. En una entrevista con Rolling Stone, explicó la razón específica por la que no aprobó el curso, “Un día no asistí para ponerme una bolsa en la cabeza y arrastrarme por la habitación hacia atrás, tarareando”.
Finalmente, optó por dejar la escuela para seguir su carrera en la actuación. Aunque algunos respaldaron su decisión, su profesor de estudios sociales tenía una opinión diferente. Michael recuerda que el profesor le advirtió que estaba cometiendo un gran error y le dijo que no sería “atractivo para siempre”. A pesar de las críticas de su padre sobre su bajo rendimiento académico, lo llevó a Los Ángeles para que pudiera empezar de nuevo. Fox estaba completamente inmerso en la actuación y en mejorar como actor. Parte de la razón por la cual su padre apoyó la elección de su carrera fue porque abandonó la escuela en octavo grado. También entendió que vivir en Hollywood facilitaría que su hijo persiguiera su sueño. La decisión resultó ser acertada, aunque siempre deseó haber cerrado bien su experiencia escolar. Quince años después de dejar los estudios, finalmente se graduó impulsado por su propio hijo de cuatro años.
El papel que lo salvó
Aunque Michael no siguió la trayectoria típica de la escuela seguida por la universidad, equiparó su mudanza a California con la búsqueda de una educación superior. En su biografía, reveló que estableció un plazo de cuatro años para alcanzar el éxito como actor. Fox describió sus primeros años de esta manera, “Los siguientes cuatro años brindaron una experiencia universitaria tan inmersiva como la que se esperaría de cualquier carrera académica, llena de fiestas y una carga de trabajo significativa”.
Además, entabló una estrecha amistad con tres miembros de la fraternidad de UCLA que vivían en el departamento contiguo. Esto le permitió sumergirse en partes de la cultura universitaria que de otra manera habría pasado por alto. Aunque disfrutaba socialmente, enfrentaba dificultades financieras, como señaló en una entrevista con The New York Times, “Estaba recibiendo todas estas amenazas de las agencias de cobranza, con ‘Esta es tu última oportunidad’ escritas en letras rojas grandes”. Afortunadamente, pronto consiguió su gran papel como Alex P. Keaton en la comedia televisiva Lazos de familia. Sobre esta oportunidad trascendental como actor, Fox comentó, “Es curioso, porque en un momento en el que me sentía tan desanimado que habría aceptado cualquier papel, este se presentó”.
Camino al éxito
El gran salto al cine fue gracias a una oportunidad surgida de las circunstancias de otro actor. El papel de Marty McFly en Volver al futuro (1985) originalmente estaba destinado a Eric Stoltz, conocido por su papel en Máscara (1985). Stoltz incluso había comenzado a filmar escenas para lo que se convertiría rápidamente en una icónica aventura de ciencia ficción. Sin embargo, los productores consideraron que Stoltz era “demasiado intenso” para el papel cómico del joven viajero del tiempo. Fox reveló, “Me mostraron las primeras cinco semanas de metraje y me dijeron, ‘No creo que estemos logrando las risas que esperábamos’”. Como resultado, Stoltz fue despedido y los productores recurrieron a Fox.
Este cambio repentino significó que Michael tuvo que comenzar a filmar la película mientras aún estaba ocupado con su trabajo en Lazos de familia. Admitió que equilibrar dos trabajos al mismo tiempo era desafiante, calificando la situación con Stoltz como “la pesadilla del actor”. Sin embargo, al referirse al famoso productor de la película, Steven Spielberg, Fox comentó a The New York Times, “¿Cómo podés decirle que no a Steven Spielberg?” y añadió, “Me rogó de rodillas. Vino a verme, estaba llorando, fue terrible”.
Volver al Futuro se estrenó en Londres. Aunque era su primera incursión en una película importante, Fox aún no estaba seguro de querer ver su trabajo. Según el actor, decidió esperar hasta regresar a Los Ángeles (desde Londres) para verla.
Todo cambió drásticamente
El futuro de Michael J. Fox parecía deslumbrante gracias al enorme éxito de la trilogía Volver al Futuro. Según People, la película original se convirtió en la más taquillera de 1985, con una recaudación total de 300 millones de dólares. Como resultado, el salario del actor se disparó “de 250 mil dólares por la original a 5 millones por cada una de las secuelas”. En 1989, Fox comentó, “Fueron 10 años muy agitados. Parecieron 30″.
Sin embargo, tras concluir la trilogía, Fox recibió una noticia devastadora que arrojó sombras sobre sus próximos años. Según su biografía, en 1991 se le diagnosticó la enfermedad de Parkinson de inicio temprano, cuando tenía sólo 29 años. En una entrevista con The New York Times, admitió, “Estaba muy asustado. No estaba familiarizado con el Parkinson”. Recordando su reacción al diagnóstico, el actor describió la incertidumbre de no saber cuándo la enfermedad empeoraría. Sintiendo lo que él llamó “restricciones de tiempo o presiones financieras”, confesó que buscó la cantidad sobre la calidad al elegir sus próximas películas. Sin embargo, al reflexionar sobre ello, comentó, “No debería haber hecho tantas películas exitosas tan rápido como pude. Debería haber hecho tantas buenas como pudiera”.
El anuncio público sobre su enfermedad
Michael J. Fox continuó actuando mientras su salud se veía afectada por la enfermedad de Parkinson, manteniendo en secreto su condición al público durante años. El actor reveló a la revista The New York Times que podía disimular en cierta medida sus problemas de salud utilizando “unos cuantos trucos”, como poner una expresión de circunstancias o fingir confusión ante ciertas situaciones. Sin embargo, detrás de cámaras, Fox estaba lidiando con su diagnóstico. Según el actor, la conmoción inicial lo dejó confundido sobre cómo equilibrar mejor su salud y su carrera como actor. En una entrevista compartió que pasaron tres años desde que se enteró de su diagnóstico hasta que aceptó plenamente su situación de salud, explicó, “Aceptar no significa resignarse. Significa entenderlo y enfrentarlo con honestidad. Cuando empecé a trabajar en Spin City, fue cuando comencé a hacerlo”.
En 1998, anunció públicamente que estaba viviendo con la enfermedad. Ese mismo año, en marzo, se sometió a una cirugía cerebral con el objetivo de aliviar algunos de sus síntomas, que incluían rigidez y temblores. Una vez revelado su secreto, Fox, que tenía 37 años, se comprometió a seguir trabajando en la industria del entretenimiento. “Los paparazzi y todo eso, se paraban fuera de mi apartamento y me hostigaban, diciéndome ‘¿Qué te pasa? ¿Cuál es tu problema?’, así que al final hablé y fue genial. Fue algo genial. Es una gran oportunidad, incluso ponerse en esta posición”.
Actitud para imitar
Más de una década después de anunciar su diagnóstico de enfermedad de Parkinson, Michael J. Fox seguía demostrando que era uno de los mejores actores del momento. En 2009, hizo una aparición como invitado en el drama de FX Rescue Me. Al año siguiente, se unió al elenco de la serie de televisión The Good Wife. Uno de los aspectos más impresionantes de todo el trabajo de Fox en estos años fue cómo lidió con la imprevisibilidad de su enfermedad. Según The Guardian, nunca sabía cuándo sus medicamentos diarios comenzarían a hacer efecto para ayudar a disminuir sus síntomas. Podía volverse fácilmente “acinético, afectado por temblores y rigidez”. Pero a pesar de los desafíos diarios, Fox siguió manteniendo una actitud positiva. Además, siguió siendo un defensor incansable de la investigación sobre el Parkinson. Incluso compareció ante el Congreso sin medicación en una ocasión, para demostrar los efectos devastadores de la enfermedad.
Aunque tenía éxito en otras comedias, Michael quería crear una serie basada en sus experiencias personales. Así que en 2013, se convirtió en el protagonista de The Michael J. Fox Show, donde interpretaba a un presentador de noticias con Parkinson. Sin embargo, la serie no logró conectar con el público y fue cancelada un año después de su estreno. Reflexionando sobre por qué no funcionó, Fox admitió, “No tenía la energía necesaria para mantener la serie en el camino que había planeado”. Sintió que muchas personas involucradas en la serie no comprendieron que la premisa de la serie y la realidad del Parkinson eran la misma cosa, “Esto es probablemente injusto, pero siento que un día se despertaron y dijeron, ‘Oh, realmente tiene Parkinson’. Como si alguien me viera temblar durante los ensayos y dijera, ‘¿Qué le pasa?’”. A Fox también le resultó difícil representar de manera precisa sus interacciones familiares para que aquellos que no estaban familiarizados con la enfermedad pudieran entenderlo.
La vida lo vuelve a golpear
Como si lidiar con los efectos de la enfermedad de Parkinson no fuera lo suficientemente desafiante, Fox enfrentó otro contratiempo de salud en 2018 cuando tuvo que someterse a una cirugía por un problema recurrente en la médula espinal. “Me dijeron que era benigno, pero que si se quedaba sin tratar, tendría disminución de la sensibilidad en las piernas y dificultad para moverme”, dijo. Sin embargo, las cosas comenzaron a mejorar después de la operación, y el actor completó exitosamente la fisioterapia.
Pero luego volvió el desastre, “Me levanté, fui a la cocina para el desayuno, di un paso en falso y caí. Me fracturé el brazo. Terminaron poniéndome 19 clavos y una placa”. Antes del accidente, Michael había decidido “hacer algo de actuación”, pero admitió que la lesión fue un duro golpe para su progreso.
Un amor que superó todo
A finales de los años 80, Michael J. Fox estaba en la cima de su carrera. Además de protagonizar la exitosa primera entrega de Volver al Futuro, el actor también encabezó Lobo adolescente (1985). Además, continuaba siendo el protagonista de Lazos de familia. Esta serie de televisión no sólo le proporcionó éxito profesional, sino que también le presentó a su futura esposa, la actriz Tracy Pollan. Pollan se unió al elenco de la serie para interpretar a la novia de Fox en la pantalla, en parte gracias a la influencia del propio actor. Michael afirmó a People, “Tracy tenía fuerza pero no era dominante”. A pesar de que ambos actores inicialmente negaron las especulaciones sobre un romance fuera de la pantalla, la relación entre ellos floreció. Pollan residía en la costa este de Estados Unidos con su entonces pareja, Kevin Bacon, con quien planeaba casarse en algún momento. Sin embargo, expresó sobre su relación con Bacon, “Pero me siento como si fuéramos niños todavía, y el matrimonio es algo tan adulto”. En esa misma época, Fox también estaba considerando el matrimonio, en parte debido a las numerosas propuestas que recibía de sus fervientes seguidoras. En una entrevista con The New York Times en 1985, compartió, “Recibí muchas propuestas de matrimonio últimamente. No me quejo”.
“Desde el principio, me encantó su sentido del humor y el cerebro que tiene. Es tan inteligente”, dijo ella. Fox y Pollan se comprometieron solo siete meses después de iniciar su relación. Se casaron el 16 de julio de 1988 en Arlington, Vermont. Luego de cuatro años, a Fox le diagnosticaron la enfermedad de Parkinson, pero Pollan nunca dejó que su enfermedad afectara a su relación, así lo contó el actor, “No sabíamos qué esperar. Una de las cosas por las que siempre amaré a Tracy es que en ese momento no pestañeó”. Y llevan más de 30 años enfrentándose juntos a lo inesperado.
La pareja formó una hermosa familia con sus cuatro hijos: Sam (35), los gemelos Aquinnah y Schuyler (29), y Esme (22). En el 2018, Fox habló con People de su familia, “Familias grandes, hijos medianos. Sentido del humor. Nuestras dos familias tenían eso. Éramos nosotros contra el mundo. Eso es exactamente lo que creamos”. Hoy en día, viven solos desde que su hija menor, Esme, comenzó la universidad pero, sin importar los kilómetros que los separan, están “más cerca que nunca” y se mantienen en contacto con mensajes de texto.
Tracy dijo sobre su matrimonio con Fox, “Solo dense el beneficio de la duda. Él asume que estoy haciendo lo mejor que puedo”. Y él continuó, “Encuentra las mejores cosas de ti y las mejores cosas de la vida y celébralas”. Cuando se le preguntó a Pollan qué aportó Fox a su vida, ella respondió, “Mucho, obviamente. Su visión optimista del mundo sobre todo es tan poderosa. Michael no se preocupa por el futuro. Yo soy todo lo contrario”. Cuando le preguntaron por la clave de un matrimonio fuerte en una entrevista en The Tonight Show Starring Jimmy Fallon, Michael respondió, “Bueno, como diría el más simplista, me hace gracia decirlo porque mi hija está entre el público, pero que el sexo sea sucio y las peleas limpias”.