Los Beach Boys, la banda que rivalizó con Los Beatles: un padre abusivo, un genio perdido y contactos con el clan Manson

Un documental hace resurgir la historia de los Beach Boys. El papel de Brian Wilson, su genio y sus problemas mentales. Las tragedias personales. Y la creación de decenas de canciones perfectas

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Beach Boys - Good Vibrations

Desde hace más de seis décadas que los Beach Boys cantan sus canciones alegres, soleadas, perfectas, jovialmente hipnóticas.

Su historia es tumultuosa, mucho más oscura que las canciones. Vivieron momentos de gloria profesional y tragedias descorazonadoras. Un padre abusivo física y psicológicamente con una ineptitud infalible para los negocios, un líder que se fue desconectando de la realidad de a poco pero nunca perdió su don como alquimista de la canción, un integrante que se asoció con Charles Manson y murió ahogado en el oceáno y el alcohol, las armonías más precisas y sofisticadas del pop, celos, egos colisionando, miles de giras, separaciones varias, tutores intrusivos y muchísimos hits invencibles.

Los Beach Boys fueron, en su momento de esplendor, dos bandas diferentes. Pero no sólo porque tuvieran facetas diferentes, sino porque sus integrantes casi nunca coincidían. Los Beach Boys que se presentaban en vivo eran Dennis y Carl Wilson, Mike Love y Al Jardine. Mientras ellos recorrían escenarios por todo Estados Unidos, daban entrevistas, se acostaban con las chicas más hermosas y se drogaban con quién se encontraran, mientras tanto Brian Wilson componía a ritmo febril en el estudio junto a los mejores sesionistas del momento (y tal vez de toda la historia del rock): los Wrecking Crew.

En el centro de la banda (y de la tragedia), Brian Wilson. Fue el alma, el cerebro musical y el impulsor de los Beach Boys. Fue el primero en la industria del pop en reunir las figuras de intérprete, productor y compositor. Extendió los límites de la música moderna y de los estudios de grabación. Del éxito absoluto a la reclusión, se fue perdiendo entre las drogas, los problemas mentales y la búsqueda desesperada y perpetua de la canción perfecta. Su apogeo fue breve. Apenas un lustro que alcanzó para que dejara grandes clásicos y para que su influencia fuera indeleble.

Después de la puja con los Beatles y de una obra maestra como Pet Sounds, todo cambió. Grandes proyectos truncos, peleas internas, el público que se fue alejando de sus discos pese a que estaban repletos de grandes canciones, modeladas como un orfebre por Brian en muchísimas horas de estudio. Después hubo renaceres y nuevas caídas, muertes prematuras, más malos negocios del padre, el derrumbe alienado de Brian, reencuentros, colecciones de Greatest Hits, giras inanes y una leyenda sostenida a través de canciones como Good Vibrations o God Only Knows.

Beach Boys - God Only Knows

Murry Wilson tenía una empresa metalúrgica, una frustrada carrera musical y tres hijos varones. Había sido el compositor de una decena de canciones que no habían tenido el menor éxito.

Mientras tanto a Brian, Carl y Dennis, sus tres hijos, les gustaba mucho la música, aunque en el mayor ese gusto se transformara en pasión. Los tres hermanos Wilson se unieron a su primo Mike Love y a un vecino, Al Jardine y formaron los Beach Boys. Brian era el que lideraba artísticamente a los demás. Los hermanos le dijeron que compusiera sobre las temáticas que les interesaban a sus amigos, a los jóvenes californianos de la época: surf, autos y chicas. Carl y Dennis le pasaron información y jerga sobre ese mundo del que él conocía poco. Compuso Surfin’.

Los padres de los hermanos Wilson se fueron de viaje y les dejaron 200 dólares para que compraran comida y pudieran afrontar algún gasto inesperado. Los chicos corrieron a alquilar equipos musicales para grabar el tema de Brian. Registraron un demo casero, precario pero que permitía que se apreciara lo buena que era la canción.

Al regreso, Murry se enojó mucho al enterarse el destino que le habían dado al dinero. No era algo nuevo: Murry siempre encontraba algún motivo para descargar su ira sobre sus hijos. Brian era su blanco preferido. Pero todo cambió cuando escuchó Surfin’. Se dio cuenta que sus hijos y su sobrino tenían talento.

Se convirtió en el manager y productor de la banda. Fue con la cinta por distintos lugares hasta que logró que alguien financiara la grabación. La canción fue un módico hit local. Las radios de Los Ángeles lo pasaban con frecuencia. Capitol les ofreció grabar un simple.

Brian entregó, muy rápidamente, las dos canciones que integrarían el primer single profesional de los Beach Boys: Surfin’ Safari y 409. El sencillo escaló en los rankings y se convirtió en un éxito en todos Estados Unidos.

La discográfica se apuró en proponer un contrato de largo plazo. Murry, en la primera de sus muchas pésimas gestiones profesionales, los hizo quedar atados a Capitol por siete años y por cifras muy bajas.

A Brian no le importó. Él quería grabar. A los otros tampoco. Eran muy jóvenes y convertirse en músicos era un sueño que se estaba concretando.

Sacaron un disco tras otro y se convirtieron en un fenómeno de popularidad.

Los Beach Boys arrasaban en los charts.

Irrumpieron con su música alegre y la temática surf. Los hermanos Wilson, su primo Mike Love y su amigo Al Jardine conquistaron los charts velozmente  (Photo by Michael Ochs Archives/Getty Images)
Irrumpieron con su música alegre y la temática surf. Los hermanos Wilson, su primo Mike Love y su amigo Al Jardine conquistaron los charts velozmente (Photo by Michael Ochs Archives/Getty Images)

Pese a que Brian apenas pisó la playa en su vida (el único realmente surfer era Dennis) si uno compraba un disco de los Beach Boys sentía que caía arena de su sobre interno. Cada acorde remitía al sol rebotando en la playa, al ulular de las olas, al aroma dulzón y dorado del verano.

Brian Wilson, sin experiencia alguna, tomó el control creativo (pese a las frecuentes intromisiones del padre) y logró imponer condiciones. No aceptó el tradicional estudio de Capitol porque era demasiado grande –estaba pensado para las big bands de jazz- y pidió músicos de sesión. Allí entra la Wecking Crew, el batallón de músicos profesionales que aportaron la calidad de ejecución que él (y otros hit- makers) necesitaban: Glen Campbell, Carol Kaye, Hal Blaine, Steve Douglas y varios más. Sus hermanos y primos no podían plasmar todas sus ideas. Necesitaba de los mejores.

Quería ser Phil Spector, quería ser Burt Bacharach, quería ser Paul McCartney. Pero todos ellos a la vez. Brian Wilson fue el primer creador del mundo pop en reunir todos los roles posibles en una persona.

Entre 1963 y 1964, Brian Wilson compuso, produjo y grabó 6 discos con los Beach Boys y más de 70 canciones de otros artistas. Su capacidad de trabajo era infernal. Se había obsesionado en busca del sonido perfecto. Sólo salía del estudio para presentarse con los Beach Boys cuando no le quedaba más remedio: los shows más importantes, los de los programas de TV y cuando defeccionaba alguno de los que lo reemplazaba. Eso produjo un nivel de sofisticación de su arte y de sus habilidades como alquimista de la canción, pero también un progresivo embotamiento y un sendero hacia el inevitable colapso nervioso. No hay que olvidar, tampoco, el consumo de drogas.

A principios de 1964 hubo otro episodio que amenazó con desequilibrarlo: la Beatlemania. Sentía que la llegada de los ingleses tapaba todo lo que él había estado construyendo laboriosamente en esos años. Ellos eran el principal grupo vocal del momento pero ahora eran eclipsados por la avalancha venida de Liverpool. La respuesta fue con más música. Los Beach Boys sacaron I Get Around y, en el lado B, Don´t Worry Baby. Dos canciones que los llevaron por primera vez al número 1 del ranking.

Si Brian se debatía con su pulsión por las canciones y vivía con drama, en su paranoia creciente, el surgimiento de otras bandas y la necesidad de plasmar cada idea en un tema musical, los otros miembros de la banda vivían el éxito con más desenfado. Disfrutaban de los beneficios: fama, mujeres, aplauso de multitudes, drogas. Mike Love, gran cantante y hábil letrista, se convirtió en el líder en la ruta. Un frontman carismático y arrollador, que en poco tiempo exigió su cuota de reconocimiento mayor.

A Brian le molestaba también ser identificado nada más como quien impuso el sonido y la temática surf. Debía responder cada vez más a las preguntas de los periodistas sobre la cuestión. Él insistía que no entendían nada. Que el sol, el surf, los autos y las chicas eran excusas para hablar de cosas que les interesaban a los jóvenes de su tiempo. Sin embargo, molesto con el encasillamiento, el surf ya no volvió a aparecer en sus temas. Sus composiciones se hicieron más complejas y los álbumes se volvieron conceptuales. Los directivos de la discográfica no estaban tan contentos: ellos quería hits y un producto que el público pudiera reconocer fácilmente.

La gran obra maestra de Brian Wilson: Pet Sounds, considerado por los especialistas como uno de los grandes discos de la historia
La gran obra maestra de Brian Wilson: Pet Sounds, considerado por los especialistas como uno de los grandes discos de la historia

Quienes lo conocían desde chico sostenían que la misantropía de Brian venía desde hacía tiempo. Pero también hablaban del papel de Murry Wilson, el dictatorial padre que vio en el éxito de sus hijos la posibilidad del éxito que a él siempre se le negó, la revancha contra sus frustraciones de décadas. Murry manejaba a sus hijos con mano dura y quería imponer sus condiciones. Firmaba contratos en nombre de la banda, les fijaba un exigente cronograma de presentaciones y de grabaciones. Además, en el estudio, el lugar sagrado de Brian, opinaba y se oponía a cada decisión artística de su hijo mayor.

Mientras el grupo registraba Summer days (Summer Nights), en 1965, el padre llegó al estudio mientras grababan unas voces, en uno de esos juegos complejos que Brian creaba. Desde el control, Murry intervino varias veces oponiéndose a lo que proponía Brian. El resto se empezó a poner nervioso y la sesión se estancó. Hasta que Brian explotó y le gritó al padre que no se metiera. Y le dijo que no podía escuchar nada con sus intervenciones “con el único oído bueno que tengo”. La frase hacía referencia a la pérdida de audición de Brian que algunos atribuyen a una golpiza que le dio Murry cuando su hijo tenía pocos años; la leyenda sostiene que le pegó con una plancha en la cabeza.

Murry quiso continuar con su legado violento. Creyó que podía seguir manejando a sus hijos a su antojo. Pero esa fue la última vez que Wilson padre ingresó al estudio de los Beach Boys. Después de muchas peleas, sus hijos y su sobrino lograron echarlo. Ya no sería el productor, ya no entraría en el estudio. Sin embargo mantuvo el rol de manager durante muchos años más.

En 1969, en su acto final como manager, Murry malvendió el catálogo de canciones de Brian. Obtuvo 700.000 dólares por algo que en la actualidad tiene una valuación de más de 100 millones. Murry murió de un ataque al corazón a mediados de los setenta cuando sólo tenía 55 años; a Brian lo ganó la culpa y ese sentimiento lo hundió todavía más en sus adicciones.

El primer gran colapso llegó en 1964. Brian tenía 22 años y en un intento de fuga hacia adelante se casó con Marilyn Rovell. Fue en la primera semana de diciembre de 1964. Para terminar el año, luego de una exitosa pero agotadora gira por Europa, debían hacer dos semanas de presentaciones por Estados Unidos para promocionar su reciente álbum navideño, casi una nota al pie en la discografía de la banda. El día antes de Navidad en un avión que se dirigía a Houston, Brian tuvo su primer colapso nervioso. Nadie sabía cómo reaccionar. Sus hermanos nuca habían visto algo igual. Todo empezó con una especie de monólogo interior, un susurro inaudible que fue creciendo hasta convertirse en una crisis de llanto y gritos acerca del error de haberse casado, los problemas que le traían las giras, la sombra de los Beatles y su encono con Phil Spector. (Casi) Todos sus temores juntos. Lo tranquilizaron cómo pudieron y al día siguiente se subió al escenario. La maquinaria se negaba a detenerse. Pero era evidente que no podía continuar y fue reemplazado por un miembro de la Wrecking Crew que se convertiría en una celebridad por derecho propio, Glen Campbell. Desde ese momento, Brian ya no integraría la banda como miembro estable para las presentaciones en vivo. Sus presentaciones ante el público serían esporádicas. La división estaba clara: en el estudio lideraba Brian y en el escenario Mike Love.

Esta semana los hijos de Brian Wilson pidieron una tutela judicial para su padre (Créditos: REUTERS/Fred Prouser)
Esta semana los hijos de Brian Wilson pidieron una tutela judicial para su padre (Créditos: REUTERS/Fred Prouser)

Brian había sido durante los primeros años de los Beach Boys un férreo opositor al uso de drogas. Pero cuando probó la marihuana por primera vez sintió que su mente se expandía y que escuchaba mejor en su cabeza, que su creatividad no conocía límites. Al poco tiempo experimentó con el LSD. Otra vez afirmó que fue un episodio revolucionario para él, que a partir de ese momento podía “pensar en colores”. Muchos atribuyen al LSD los problemas mentales posteriores de Brian. Él afirmó que no experimentó con las drogas lisérgicas más de tres veces. Su esposa dijo que durante años lo hizo innumerables veces. Lo cierto, lo que muchos atestiguan, es que Brian Wilson comenzó a abusar de las drogas. Marihuana, anfetaminas, cocaína y ya en los setenta heroína. Su mente se fue perdiendo.

Muchos afirman que con Party! los Beach Boys fueron pioneros del formato Unplugged. El rey del estudio hizo un disco desnudo, festivo y acústico. Pero el siguiente es considerado su obra maestra, Pet Sounds. En esos años, Brian competía mano a mano con los Beatles. Pet Sounds fue la respuesta a Rubber Soul y Sgt Pepper la respuesta a la obra magna de Brian. Dialogaban, discutían, en público a través de discos que superaban al anterior: la batalla de egos más productiva de la historia. Brian se asoció con Tony Asher y compuso gemas como God Only Knows, Wouldn´t It Be Nice, Sloop John B. y Caroline, No. Una revolución en la música pop que los otros cuatro más algún invitado defendían en vivo convirtiendo cada show en una fiesta.

Pero pese a llegar al número 2 en Inglaterra y al 10 de las listas en Estados Unidos, el disco no fue el éxito que Brian esperaba. Así que decidió radicalizar su propuesta, subir la apuesta. Eso era Smile, su siguiente proyecto. Pero ya no estaba en condiciones de terminar una obra. La discográfica y sus compañeros volvieron a tomar el control y el disco se convirtió en Smiley Smile que contenía Heroins and Villains.

Y también: Good Vibrations, la tan ansiada canción perfecta.

El documental recientemente estrenado por Disney + hace un repaso por los primeros años de los Beach Boys
El documental recientemente estrenado por Disney + hace un repaso por los primeros años de los Beach Boys

Brian no era el único hermano Wilson con problemas. Una tarde a fines de los sesenta, Dennis manejaba por una ruta cuando levantó en su auto a dos chicas que hacían dedo. Ellas, integrantes de La Familia, le hablaron de El Mago. Se referían a Manson. Wilson quedó intrigado pero a los pocos minutos se olvidó del episodio. Vivía muy rápido.

A la noche siguiente, luego de una larga jornada de grabación, cuando Dennis regresó a su hogar a las 3 de la mañana, mientras intentaba abrir la puerta, surgió de la oscuridad un hombre bajo (medía 1m 57 cms), barba profusa, ojos firmes y algo desorbitados. “¿Me vas a lastimar?”, preguntó Dennis Wilson. El hombre, Charles Manson, le dijo que nada de eso iba a suceder. Que quería conocerlo y transmitirle un mensaje.

Se arrodilló y besó sus pies: un rito que ponía en práctica cada vez que quería agradarle a alguien. Wilson lo invitó a pasar a su casa. Al entrar, el Beach Boys, se sorprendió al ver en su living, a una decena de los acólitos de Manson. En el grupo la mayoría eran mujeres así que todo recelo de Wilson quedó postergado. Manson conocía su fama de depredador.

Dennis Wilson y Charles Manson comenzaron esa noche una relación de amistad y cercanía que finalizaría con una disputa y tal vez con el germen de la masacre de Cielo Drive. Manson utilizaba al baterista de muchas maneras. Era un camino veloz para conseguir drogas de buena calidad, tenía mucho dinero y era generoso, podían utilizar su casa como base y sus autos de alta gama. Pero principalmente, Wilson significaba la puerta de entrada en el mundo de la música. Así según Manson una canción del disco 20/20 de los Beach Boys le pertenecía, aunque en los créditos sólo figurara el baterista como autor. Never learn not to love es la canción en cuestión que escrita por Manson y con otra letra se llamaba Cease to exist. Lo que más molestó a Manson fue la alteración de la letra. Sin embargo gracias a la amistad con Wilson entró en contacto con Terry Melcher, productor musical. Luego vendrían los crímenes atroces del Clan Manson.

Dennis entró en una pendiente de drogas y alcohol. Un oasis fue su disco solista. Para 1983 sus compañeros de banda le dieron un ultimátum: si no iba a rehabilitación lo echarían y buscarían otro baterista. Una tarde Dennis tomó muchísimo, como casi siempre. Y luego se tiró al agua a intentar, en su obnubilación, recuperar pertenencias que su esposa le había tirado por la borda de su barco tres años antes. Nunca salió del agua. Se ahogó a los pocos minutos.

El tercer hermano, Carl Wilson murió de cáncer de pulmón en 1998.

El primer gran resurgimiento que tuvieron los Beach Boys fue con un álbum recopilatorio que editaron en 1976. Al éxito de ventas (bastante previsible: un hit tras otro) se sumó un gran atractivo para el público en las presentaciones en vivo: el regreso de Brian. Pero las imágenes de esas actuaciones muestran que el genio musical no estaba en condiciones de afrontar ese compromiso. Se lo ve incómodo, ido, estático, una sombra de lo que fue.

Sus álbumes siguieron saliendo pero ya sin mucha repercusión. Cada tanto alguna gira consiguió el fervor de la audiencia.

Brian sacó discos solistas y fue cooptado por el Doctor Landy, médico personal que con polémicos métodos y dudosas terapias, logró hacerse de buena parte de la fortuna de Brian, de consumir su voluntad y hasta de firmar canciones en co-autoría.

Los Beach Boys consiguieron su último gran éxito con Kokomo. Fue sin Brian porque en esos años Landy había convertido a Brian en una especie de rehén.

Brian Wilson, ya sin Landy sojuzgándolo, en los últimos años, aletargado, se presentó varias veces en vivo, editó esas actuaciones como álbumes, publicó un álbum en colaboración con Van Dyke Parks y dio a conocer, finalmente, las canciones de Smile, su faraónico proyecto de los sesenta, la sinfonía adolescente de Dios tal como lo llamó en su momento.

Los Beach Boys y sus decenas de canciones perfectas vuelven a ser noticia gracias al documental que estrenó pocos días atrás Disney+ dirigido por Frank Marshall y Thom Zimny. El documental llega hasta el comeback del año 1976 y se centra en sus canciones y unos pocos de sus problemas. Como gran novedad está la aparición de Brian Wilson después de años de ostracismo.

Como una fatídica coincidencia, esta semana, también se dio a conocer la noticia de que tras la muerte de su esposa, Brian, de 88 años, no puede valerse por sí mismo y los hijos pidieron a la justicia que fije una tutela oficial sobre su persona.

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