“Pocos son los artistas que cuando llegan los créditos son capaces de estar “en todas partes, al mismo tiempo” como en el multiverso. En el caso de Jerry Seinfeld, como también lo hizo magistralmente Woody Allen, Clint Eastwood y recientemente Bradley Cooper, acaba de dejar su sello de punta a punta en una nueva película para Netflix, Sin Glasear (Unfrosted:The Pop-Tart Story), en la que debuta como director, además de escribir el guión y protagonizarla.
Sin Glasear, que se estrenará a principios de mayo solo en dicha plataforma, se remonta a los años sesentas cuando dos compañías enemigas acérrimas del sector de cereales compiten por la creación de un nuevo producto que revolucione los desayunos. A raíz del film, Jerry concedió una entrevista a la revista GQ, donde dijo que el negocio del cine tiene los días contados. “La industria está acabada”, afirmó.
El humorista que llegó a cobrar 1 millón de dólares por capítulo en las últimas temporadas de Seinfeld, la comedia de situación acerca de “nada” como él mismo describió, y lo hizo multimillonario en los 90s - se estima que tiene un patrimonio superior a 1000 millones de dólares-, compartió su mirada escéptica sobre el lugar del cine, contrastando con otros tiempos en que cuando se estrenaba una película “si era buena, todos íbamos a verla”.
Jerry Seinfeld que al cumplir 70 podría estar relajado, tomando sol en una isla privada o paseando tranquilo en cualquiera de sus 50 autos de colección, e incluso haciendo entrevistas mientras viaja, como hizo en Comedians in Cars Getting Coffee (Comediantes en autos tomando café) aceptó el desafío de dirigir una película acerca de tortitas dulces, acompañado por un elenco de grandes nombres, como Hugh Grant, Melissa McCarthy, Amy Schumer, Christian Slater, entre otros.
Y le contó a GQ por qué dijo que sí: “Porque no me pondrían en Mad Men. Me encanta ese tipo de comedia. Me encantan las comedias de oficina. Me encanta la gente estúpida con traje. Y fue durante la pandemia. No tenía nada que hacer. Así que me convencieron. No fue idea mía. Seinfeld tampoco fue idea mía. Sigo dejándome arrastrar por las cosas y rodeado de la gente más increíble”.
La sitcom creada junto a Larry David, para la cadena NBC, en los 9 años que estuvo en el aire, no decayó en ningún capítulo y se convirtió en uno de los mejores programas de televisión de todos los tiempos, según medios como Tv Guide, Rolling Stone y Entertainment Weekly. Su público fiel recuerda en redes escenas memorables de este grupo de amigos solteros en Nueva York parecidos a nadie y venerados por generaciones porque los capítulos de Seinfeld no tienen fecha de caducidad. Eso explica que sus derechos globales fueron comprados por Netflix por la abultada suma de 500 millones de dólares, para ser emitidos durante cinco años, desde 2021 hasta 2026 en la mayor parte del mundo.
Jerry Seinfeld, como sí mismo, en el rol de Jerry Seinfeld, junto a Jason Alexander (George Constanza), Julia Louis Dreyfus (Elaine Benes) y Michael Richards (Cosmo Kramer) grabaron juntos 180 episodios, donde no hay buenos ni malos, ni héroes ni villanos y ninguna moraleja. Solo gente plagada de defectos y la búsqueda de desenmascarar la hipocresía en situaciones cotidianas: en el mundo de las citas, en el supermercado, restaurante, en la panadería, una fiesta. En cada emisión los personajes dejan al descubierto actitudes miserables, egoísmo, mezquindades, arribismo, obsesiones y otros defectos. Y virtudes, también claro. La sitcom no hace más que cuestionar algunas convenciones sociales. Seinfeld, que se dedica a la comedia de observación, dijo que el piloto del programa “sobre nada”, en el que los personajes simplemente se burlarían de las cosas, iba a explorar “las lagunas en la sociedad donde no hay reglas”.
La prueba, bajo el nombre Seinfeld Chronicles, trataba sobre las dificultades de Jerry para leer las intenciones de una mujer que había conocido en Michigan, que viajaba a Nueva York y le había preguntado si podría pasar la noche en su departamento. Tema que debate con su vecino y con su amigo y confidente George Constanza, el alter ego de Larry David.
El piloto creado en 1988 fue rechazado. Los gerentes de la NBC no estaban seguros, más allá del carisma de Seinfeld y el mal humor del comediante Larry David. Había sufrido rechazo por parte de los test de audiencias, por lo que no les encargaron una primera temporada. Sin embargo, el piloto vio la luz y el impacto fue positivo. De manera que un ejecutivo de la compañía convenció a sus superiores de encargar 4 capítulos de la primera temporada y el programa fue rebautizado Seinfeld.
Sus inicios
Cuando el actor empezó con la serie ya era una figura del stand up en la noche neoyorquina, pero todavía un total desconocido para las grandes audiencias.
Jerome Allen Seinfeld nació en el barrio de Brooklyn, Nueva York un 29 de abril de 1954. A los 16 años, pasó una temporada como voluntario en el Kibutz Sa’ar, en Israel. Más tarde, estudió en el Queens College City University of New York, donde obtuvo un título en comunicaciones y teatro.
Fue durante la universidad cuando se interesó por el stand-up. Se animó al micrófono abierto del Improv Club, fundado por Budd Friedman, donde se presentaron todos los grandes comediantes de Estados Unidos, como Chevy Chase, Billy Crystal y su amigo Larry David.
Cuando se recibió en 1976, una presentación en el club de comedia neoyorquino Catch a Rising Star le sirvió de plataforma para dar un salto a la televisión. En los 1980 consiguió actuar en una sitcom llamada Benson, donde interpretaba a un repartidor y comediante fracasado. Duró tres capítulos Fue despedido por diferencias creativas, sin aviso. Se enteró cuando fue a buscar la parte del guión que le correspondía. No nada para él, que estaba destinado para algo mucho más grande.
En 1981 hizo una gran aparición en el programa The Tonight Show Starring Johnny Carson, que le aseguró aparecer regularmente, igual que en el Late Night with David Letterman.
Flechazo complicado
Su vida amorosa no tuvo mayores sobresaltos, excepto la forma en que conoció a su actual mujer, Jessica Sklar, una relacionista pública, con quien tuvo un flechazo en 1998, cuando ella volvía de su luna de miel de tres semanas en Italia. Ambos frecuentaban el mismo gimnasio en Manhattan. Quien sabe la hizo reír al bajarse de una cinta para correr o qué, pero el amor no se hizo esperar y ella se divorció para volver a casarse con él al año siguiente, un 25 de diciembre de 1999. Tienen 3 hijos: Sascha, Julian y Shepherd.
Su vida de multimillonario y pasión por los autos antiguos lo llevó a coleccionar unos 150 coches clásicos. Su debilidad son los autos alemanes Porsche y VolksWagen de todas las épocas. Se lo puede ver circular con ellos por Nueva York y Los Ángeles.
Ser coleccionista de autos antiguos tiene sus trastornos. Un sábado por la noche tuvo un accidente en East Hampton mientras viajaba solo con un Fiat BTM de 1967. El humorista se quedó sin frenos. Y al intentar activar el freno de mano, tampoco funcionó. De manera que, rápido de reflejos pegó un giro brusco para evitar una eventual colisión en la intersección de la calle.
Además de gustos materiales, Seinfeld es una persona espiritual. Practica meditación trascendental- una forma de meditación silenciosa con mantra- desde hace varias décadas y cree que ayuda a curar los traumas.