No era el mismo. Pero no solo por el paso del tiempo. Cuando llegó a la Argentina en abril de 1973, Henry Calvin pesaba 80 kilos menos de su peso habitual y lucía visiblemente desmejorado. Y a la enorme cantidad de público que había ido a recibirlo a Ezeiza, le costaba reconocer en él al Sargento García, personaje que había encarnado en El Zorro, la serie de Disney grabada en dos temporadas entre los años 1957 y 1959 cuyas repeticiones estaban haciendo furor en el país. Estaba claro que algo le pasaba. Pero la realidad es que, para entonces, ni él mismo lo sabía.
El actor oriundo de Texas había sido invitado por su compañero de aventuras, Guy Williams, quien había desembarcado en Buenos Aires por segunda vez en el mismo año debido al éxito de la ficción del enmascarado que protagonizaba. Y tenía por delante una serie de actividades promocionales que incluían el infaltable paso por la mesa de Mirtha Legrand, que había sido promocionado en todos los diarios de la época. Sin embargo, aunque su sonrisa bonachona se mantenía intacta, se lo notaba cansado y con poca paciencia para atender a los miles de fanáticos que se agolpaban tanto en la puerta del hotel en el que se alojaba como en los pasillos de los canales que visitó.
Participó de Porcelandia, Capitán Piluso, fue entrevistado por Víctor Sueiro para Teleshow y engalanó el clásico Almorzando con Mirtha Legrand, logrando mediciones que superaban los 40 puntos de rating. También encabezó varias actividades solidarias, visitando a niños enfermos en los hospitales a los que les dieron un verdadera alegría. Y firmó una incontable cantidad de autógrafos. Sin embargo, ya no era el hombre de más de 150 kilos que aparecía en la serie. Y la leyenda asegura que, para intentar disimular este abismal cambio de imagen, los productores le habían sugerido que utilizara un relleno de goma espuma en la barriga.
Cuando le consultaban por su descenso de peso, Henry confesaba que había logrado adelgazar sin hacer dieta y que se sentía feliz con su contextura actual, ya que estaba claro que la obesidad que había acarreado toda su vida no era saludable. Sin embargo, ya de regreso a los Estados Unidos, recibió la noticia menos esperada. Tenía un avanzado cáncer de garganta. Y el 6 de octubre de 1975, con apenas 57 años de edad, murió en su tierra natal sin poder cumplir su promesa de regresar a la Argentina.
Calvin había nacido el 25 de mayo de 1918 en Dallas, bajo el nombre de Wimberly Calvin Goodman. Dueño de una voz privilegiada, desde muy chico se dedicó al canto, destacándose en el coro de niños de la Iglesia Bautista a la que acudía junto con sus padres. Y, después de su paso por la escuela pública, fue a la Universidad Metodista del Sur, para luego comenzar a estudiar teatro en Nueva York.
Sin embargo, con apenas 21 años y cuando había comenzado a trabajar en el Radio City Music Hall, en 1939 Henry tuvo que abandonar su carrera, ya que el ejército de los Estados Unidos había comenzado a reclutar soldados para mandar a Europa, donde se estaba iniciando la Segunda Guerra Mundial. Llegó a ascender a Primer Teniente en el frente de Artillería de Campaña que sirvió en el Océano Pacífico en la lucha contra los japoneses en 1945. Y fue recordado con honores por eso.
Lo cierto es que, una vez terminado el conflicto bélico, Calvin retomó su camino artístico. Y, a fines de los ‘40 y principios de los ‘50, comenzó a triunfar en Broadway con obras como The Chocolate Soldier, Sally, Happy as Larry, Howdy Doody y Kismet, entre otras. También tuvo un programa de radio en la NBC. Y, tras firmar contrato con United Artist Studios, se trasladó a Los Ángeles para desembarcar en la pantalla grande con dos películas: Crime Against Joe y The Broken Star.
Entonces llegó la propuesta que cambiaría su vida para siempre. Dada su fisonomía, Henry era el actor ideal para encarnar a Demetrio López García, el querible sargento que nunca llegaría a atrapar a El Zorro. Y él no dudó en sumarse a Disney para formar parte del proyecto que lo catapultó a la fama a nivel mundial como el antagonista del apuesto Williams. Claro que, tras las dos temporadas y una serie de especiales que se grabó en 1960, la ficción se terminó. Y empezó para él la difícil tarea de seguir adelante lejos del personaje.
Tras un conflicto legal por los derechos del entrañable oficial al que le había puesto su impronta, Calvin participó de producciones como Diez semanas en el circo y Babes in Toyland. Trabajó en el film La Nave del Mal. Y estuvo como actor invitado en programas de televisión como The Dick Van Dyke Show, Petticoat Junction, El agente de C.I.P.O.L. y La chica de C.I.P.O.L. Pero, inevitablemente, la gente seguía viendo en él a García.
Es por eso que aceptó el convite de Guy, con quien tenía una excelente relación, para viajar a la Argentina. Y, de no haber sido por su enfermedad, lo más probable era que siguiera los pasos de su amigo y volviera al país para recrear las aventuras del enmascarado en los circos y teatros locales. Sin embargo, el destino no se lo permitió. Hoy, los restos de Henry descansan en el Grove Hill Memorial Park de Dallas. Y su recuerdo sigue presente cada día en la pantalla de ElTrece, donde a más de seis décadas de su estreno se sigue repitiendo con éxito El Zorro.