John Francis Bongiovi, más conocido como Jon Bon Jovi podría decirse que nació con una guitarra entre sus manos. Tuvo el privilegio de crecer en una familia que además de estimular su lado musical, lo acompañó en el camino de sus sueños. Cuando tenía siete años, recibió su primera guitarra de regalo. Fue idea de su madre, Carol Sharkey una fanática de Los Beatles, que tenía conexión con el mundo del espectáculo. Fue una de las primeras conejitas de Playboy. Su padre era un barbero, pero cuando conoció a Carol era un soldado de la Marina. John es el primogénito de la pareja. Más tarde nacieron sus hermanos Matthew y Anthony.
“Voy a ser una estrella de rock”, anunció un día a su familia, mientras cursaba la secundaria en su ciudad natal Perth Amboy, en Nueva Jersey. No era un buen estudiante. Tampoco tenía demasiado interés en estudiar música. Contó que una vez frustrado, lanzó su guitarra por las escaleras de su casa y abandonó las clases. Cuando se reconcilió con ella, tomó impulso y retomó sus estudios con seriedad. Sumó lecciones de piano, violín y trompeta. Junto a su amigo David Bryan fundó su primera banda llamada Atlantic City Expressway.
En 1978 este amigo logró ingresar al Julliard School of Music de Nueva York. John acompañó a su amigo, con el apoyo de su familia. Allí consiguió un trabajo como personal de limpieza de unos estudios de grabación. Y fue en ese mismo lugar, a escondidas, grabó en un cassette su primera canción, Runaway, que no le había insumido más de una semana escribirla. Lo hizo para mandarlo a un concurso de una radio, donde despegó su carrera musical. Por este tema que funcionó y se escuchó en todo Estados Unidos, logró su primer contrato discográfico en 1983 con Polygram. Al mismo tiempo que elegía su nombre artístico, Jon Bon Jovi, tuvo que fichar a sus compañeros de banda también por exigencias del contrato. Eligió a David Bryan, Richie Sambora, Tico Torres y Alec Such.
En los conciertos, el público que dominaba era el femenino. Eran los ochentas, la época de las bandas de pelilargos con calzas o pantalones ajustados. Y Bon Jovi arrasaba. Su atractiva imagen no siempre le jugó a favor. Quien en el año 2000 fue nombrado como la estrella de rock más sexy por la revista People, dijo en una oportunidad: “Soy compositor, escribo canciones y me dedico al entretenimiento. No puedo hacer nada si dicen que soy un chico lindo, simplemente intento no prestar atención a eso”, manifestó en una entrevista que dio en 1987.
En sus inicios con la banda se vio obligado a cortar la relación amorosa con su compañera de la secundaria, Dorothea Hurley, quien hoy es su mujer de toda la vida. En esos tiempos, mostrar una “disponibilidad” frente a los fans era algo requerido para los cantantes. Ni hablar de los gays que debían mostrarse heterosexuales y sin novia. Dorothea era la chica cool y rebelde de la escuela que amó Jon desde el primer instante. “Nos enamoramos y no nos separamos, ni siquiera fuimos a la graduación o al baile. Esa noche nos escapamos a la playa a escuchar música y a dar paseos en su auto”, recordó el músico.
Como todas las estrellas, terminan saliendo con otras estrellas. Así Jon tuvo un apasionado romance con la actriz Diane Lane, que estaba en un gran momento de su carrera, protagonizando películas bajo la dirección de Francis Ford Coppola (La ley de la calle, Cotton Club). El músico también estaba en la cresta de la ola ochentosa. La relación de esta pareja, que tenía mucha química, duró solo cinco meses. Ella, que disfrutaba de perder el control en las fiestas, terminó en los brazos de su compañero de banda, el guitarrista Richie Sambora, una pieza fundamental de la banda, con sus solos extensos y arreglos.
Slippery When Wet- con 14 millones de copias fue uno de los 100 discos más vendidos del mundo- y tiene varias canciones que fueron hit, como Never say Goodbye, Wanted Dead or Alive, Livin’On a Prayer y You give a love a bad name (”Le das al amor un mal nombre”), esta última se cree que está dedicada a Diane Lane. Tras este éxito rotundo a nivel mundial, Jon tuvo necesidad de volver con Dorothea. “Me enamoré de ella en cuanto la vi por primera vez. Nunca pude olvidarla.”, dijo en una entrevista el rockero.
La boda fue un secreto en Las Vegas. Incluso para ella. La subió a un helicóptero y le pidió que se casara con él. “Nuestro último álbum había llegado al número uno. Estaba contento, así que miré a Dorothea y le dije ‘tengo una idea, ¡casémonos ahora!’. Ella me preguntó si estaba loco, pero le dije que ese era el instante perfecto... ¡Así que corrimos a Nevada!”, contó a la revista Men’s Health en 2010. Y desde ese momento, están juntos. Jon Bon Jovi debe ser de los pocos rockeros con una vida sentimental estable. Con ella tuvo 4 hijos: Stephanie Rose (1993) Jesse James Louis (1995), Jacob Hurley (2002) y Romeo Jon (2004).
Antes de que naciera su primera hija, el artista atravesó una depresión aguda. Fue durante una gira que lo tuvo tocando durante 16 meses sin pausa. Corría 1991 y el ritmo frenético que le impuso la fama a escala mundial fue una presión que no pudo soportar. El colapso fue físico y mental. “Mi mujer me pedía que parara y sabía que tenía que hacerlo. Un día, yendo a ver a mi psiquiatra, pensé en saltar del coche en movimiento”, confesó al Sunday Mail. No es que se haya curado definitivamente, pero logró superarlo y su familia posteriormente fue clave para lograr el equilibrio. Para Jon, Dorothea es su cable a tierra.
La pareja es muy valorada por su altruismo. Sin ir más lejos, este año Jon Bon Jovi fue reconocido como persona del año en la gala MusicCares, tanto por su aporte a la música como sus tareas filantrópicas. En el encuentro, presentó un nuevo tema, Legendary, para luego cantar sobre el escenario con otra personalidad oriunda de Nueva Jersey, su amigo Bruce Springsteen.
Sobre su relación con las drogas dijo que las había probado y que pronto supo lo que eran y sabía que si le daba rienda suelta no podría manejarlas. Por lo que decidió dejarlas a un lado, reveló el cantante, que a pesar de que nunca dio que hablar a los medios, tampoco se considera un santo. Admitió ser un padre de esos que no están en los cumpleaños ni en los actos escolares por su carrera, sus giras. Pero es no quita que siempre haya sido y continúe siendo un hombre de familia.
La pareja, que siente amor por sus orígenes, y que se siente satisfecha por haber construido una familia con valores, ayuda de diferentes formas a la comunidad. Desde 2006 tienen un restaurante llamado Soul Kitchen, en Red Bank, Nueva Jersey. No es un restaurante de lujo, tampoco está atendido por camareros profesionales. La carta se presenta sin precios, solo se sugiere una donación de 10 dólares por cubierto. Y quien quiera llenar su estómago sin tener con qué pagar, es posible retribuir con trabajo voluntario.
Esta acción que desarrollan es una de las tantas que despliegan. Construyen hogares para personas que no tienen techo y también un centro para madres adolescentes y sus hijos, entre otros.
En 2020 puso en venta su mansión de estilo francés de Nueva Jersey, situada en Rumson, a orillas del río Navesink, sobre la calle del mismo nombre, dentro de la parte más exclusiva del condado de Monmouth. El valor de venta ascendía a unos 20 millones de dólares. La propiedad fue construida a su gusto en 1999 y fue el lugar donde sus hijos crecieron. Ahora el músico, de cabellera plateada, se lo puede ver por Palm Beach, en el estado de la Florida, disfrutando de un clima mucho más benigno que los crueles inviernos de Nueva Jersey. Primero compró una casa en Miami y a finales del 2020 se mudó a una exclusiva mansión de Palm Beach.