Paula Sladewski llevaba una vida de ensueño. La joven había entrado al mundo de las conejitas de Playboy. Hugh Heffner había fijado sus ojos en ella a comienzos de la primera década de los años 2000. La chica solía deambular con el traje característico por las fiestas en la mansión del zar del contenido erótico en Estados Unidos.
Paula además, trataba de llevar una vida normal. Separaba las fotos eróticas para las que posaba o las presencias en las fiestas de Heffner de su vida personal. Tenía un novio Kevin Klym con quien no la estaba pasando bien. La chica vivía envuelta en la violencia que ejercía su pareja. No podía salir de ese círculo. Y cuando lo intentó ya fue demasiado tarde.
Las vacaciones del horror
Era enero del 2010, Paula y Kevin estaban intentando volver de una de las tantas veces que el hombre la golpeaba o insultaba. Ella lo quería intentar de nuevo. Sin embargo, apenas comenzado ese año, hallaron el cuerpo de Sladewski en un contenedor de basura de North Miami.
La chica había visitado Sunshine State durante el fin de semana de Año Nuevo con su novio. La policía determinó que Sladewski había sido asesinada y su cuerpo estaba tan quemado que tuvo que ser identificada por sus registros dentales.
Lo primero que hicieron los investigadores fue ir a buscar al novio de la chica. Los testigos hablaron de la violencia de género que sufría la conejita de Playboy por parte de su pareja. Aunque Klym fue una de las últimas personas que vio a Sladewski con vida, y la pareja supuestamente había tenido una pelea en el Club Space de Miami poco antes de que Sladewski desapareciera, los dos fueron escoltados fuera del club nocturno por la seguidad. Y se fueron en diferentes autos.
Qué pasó la noche del crimen
Esas últimas horas, Paula fue agredida por su novio en el boliche. La seguridad sacó a ambos del lugar. Klym se tomó un taxi solo y regresó al hotel. Todo eso pudo verse en las cámaras de seguridad de las calles de Miami. En tanto, Sladewski salió de la discoteca después que su novio. Al poco tiempo, la atención se centró en los empleados del Club Space que fueron vistos escoltándola afuera y en un hombre que parecía estar siguiendo a Sladewski por detrás.
El crimen empezaba a ser un misterio para la policía de Florida. Los detectives completaban un organigrama con fotos y flechas que relacionaban a la chica con los sospechosos. Aun así, estaban lejos de llegar a la verdad. Quién había matado a Paula y quemado su cuerpo en un contenedor de basura.
Un testigo declaró ante los detectives y dio una pista. “Este hombre salió de un estacionamiento cerca del boliche junto a la víctima, justo antes de la desaparición de la chica”, relató sin titubeos ni contradicciones.
Sin embargo, 14 años después del hallazgo del cuerpo, la identidad de este hombre aún se desconoce y el asesino de Sladewski nunca pudo ser localizado.
Del pueblo al mundo de Playboy
Paula Sladewski había nacido el 15 de noviembre de 1983 en Garden City, Michigan. Un pueblo de menos de 30.000 habitantes. Allí la niña ya sobresalía en los actos escolares. Todo indicaba que iba a pasar poco tiempo en las heladas calles de su ciudad natal.
Su infancia fue conflictiva. Su padre estuvo prácticamente ausente y su madre le permitió “salir” con un hombre de 29 años cuando ella sólo tenía 14. La hermana mayor del adolescente, Kelly, fue quien denunció al hombre a las autoridades en ese momento.
A medida que Paula Sladewski crecía, empezó a soñar con convertirse en modelo y alejarse para siempre de su pueblo. A los 19 años viajó a Los Angeles desde Michigan y quedó en un casting de la revista Playboy. Heffner había posado sus ojos en ella.
Mientras seguía intentando abrirse paso entre las conejitas de Playboy, Paula empezó a salir con Klym. Todas las amigas y familiares de Sladewski advirtieron cuando la chica llegaba a visitarlos con moretones en los brazos o con anteojos negros que tapaban un ojo morado.
El padrastro de la chica, Richard Watkins, habló con ABC News en el momento en que se llevaba a cabo la investigación del crimen de la joven. El hombre le apuntó directamente a Kevin. “Paula me mandó un mensaje en el que me confesaba que su novio estaba tratando de matarla”.
Meses antes de ser asesinada, en agosto de 2009, Sladewski había sido arrestada en California por atacar a Klym. La chica había roto una botella en la cabeza de su novio para defenderse de los golpes. Un mes antes del crimen, Kevin fue arrestado en Michigan por romperle la nariz a su novia.
Espiral de violencia de género
Pese a la violencia, Paula siguió junto a Kevin. Así fue que planearon el viaje para pasar fin de año en Miami. Es más, la conejita de Playboy estaba ilusionada con asistir a un concierto de Lady Gaga.
Incluso durante lo que iba a ser un viaje corto y divertido, la relación de Paula Sladewski y Kevin Klym estaba en crisis. En las primeras horas del 3 de enero de 2010, los dos entraron al Club Space de Miami, pero no salieron juntos.
Esa noche, la pareja tuvo una pelea violenta en una de las mesas del boliche Space de Miami. La seguridad sacó del lugar primero a Kevin, eran alrededor de las 7 de la mañana. Unos veinte minutos más tarde, salía Paula también escoltada por los guardias de la discoteca.
Más tarde ese día, Klym dice que se despertó en su habitación de hotel, con resaca y tratando de ordenar las cosas de la noche anterior. Se alarmó al ver que Sladewski no estaba en la cama junto a él. Incluso cuando la pareja tuvo peleas en el pasado, Sladewski siempre regresaba a casa. Más tarde, Klym le dijo a NBC News que intentó comunicarse con la policía y presentar la denuncia, pero le dijeron que tenía que esperar hasta que pasaran 24 horas.
Un contenedor en llamas
Trágicamente, unas 14 horas después de que Sladewski abandonara el Club Space, la policía recibió una llamada sobre un contenedor de basura en llamas en North Miami en una zona de fábricas en la que por las noches circulaban muy pocas personas. Entonces, en un solitario contenedor de basura la policía halló el cuerpo quemado de Paula Sladewski. Los oficiales llegaron cuando las llamas terminaron de hacer desaparecer todas las evidencias. Solo pudieron reconocer a la víctima por sus piezas dentales.
Todos los policías apuntaron a Klym como primer sospechoso. El sospechoso fue interrogado por la policía de Miami durante 12 horas, apenas un día después del crimen de Paula. Kevin dio detalles muy precisos y hasta pidió que lo sometieran a polígrafo para demostrar que estaba diciendo toda la verdad.
Pero aunque algunos siguen sospechando de él debido a su historial, hace tiempo que la policía lo absolvió como posible sospechoso. Se ve claramente en las imágenes de las cámaras de seguridad que el hombre llega solo al cuarto del hotel y no sale de la habitación hasta el otro día.
La inocencia de Klym se fortaleció aún más después de que un testigo informó haber visto a Sladewski salir de un estacionamiento cerca del lugar con “un hombre negro corpulento o un hombre hispano con barba”. Al poco tiempo, la policía publicó un boceto del hombre basado en la descripción del testigo.
La identidad del posible sospechoso sigue siendo desconocida hasta el día de hoy, pero Klym cree que se trataba de un hombre que ya había estado hablando con Sladewski esa noche, tal vez un cliente del Club Space. No cree que ella se hubiera ido con un extraño que conoció en la calle.
Según CBS News, el comandante de la policía de North Miami. Michael Gaudio cree que el asesino era alguien que conocía muy bien la zona industrial donde fue arrojado el cuerpo de Paula Sladewski e incluso podría haber vivido cerca: “La teoría es que la mataron en otro lugar y la llevaron allí y alguien sabía dónde estaba el contenedor de basura”, afirman el jefe policial.
La autopsia determinó que la chica ya estaba muerta en el momento en que prenden fuego el contenedor. Los indicios indican que murió ahorcada. “Lo poco que se pudo saber es que no había marcas de violentas, ni heridas de balas”, indicaron los peritos en el informe que llegó a la Justicia.
Pasaron 14 años, el crimen de la conejita de Playboy sigue sin culpables. Pese a los intentos por reabrir la causa de sus familiares, la policía parece no encontrar la punta de un hilo para desenredar la madeja. Mientras tanto, un femicida sigue suelto en Estados Unidos.