Paul Newman, la mirada azul de Hollywood: sus inseguridades y el aviso que pagó para pedir perdón por su actuación

El actor norteamericano soñaba con ser corredor de autos y jugador de fútbol americano profesional, pero se dio cuenta de que era malo en todo. La actuación como plan para huir de la tienda deportiva familiar y de la mirada desaprobatoria de su padre. Las inseguridades que lo acompañaron de chico, sus amores y la muerte de su hijo por una sobredosis

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Paul Newman (Photo by ohn Springer Collection/CORBIS/Corbis via Getty Images)
Paul Newman (Photo by ohn Springer Collection/CORBIS/Corbis via Getty Images)

La belleza no lo es todo. Un hombre con confianza en sí mismo podría sentirse más ganador que Paul Newman, uno de los actores más atractivos en la historia de Hollywood, que solía ser por de más autocrítico. El actor de una mirada azul ojos azules, y rasgos de escultura griega, que conquistó al mundo por su belleza y talento, no estaba para nada conforme con sus primeras películas. “Fui un actor pésimo. Y no lo digo por falsa modestia. Recuerdo mis viejas películas y la verdad es que no me gustan para nada. Nunca fui muy bueno ni rápido en nada”, dijo abiertamente en una entrevista de la televisión española. Su aversión a los inicios de su filmografía lo llevaron a pagar un aviso en una revista para que pedir disculpas y pedir que no vieran una película que llegaba del cine a la televisión. A lo largo de su carrera recibió 9 nominaciones al Oscar, 3 estatuillas (2 honoríficas), 42 premios y 52 nominaciones. Se consagró como un gran actor y también se probó detrás de cámara, en la dirección, donde dijo sentirse más cómodo.

Paul Newman nació un 26 de enero de 1925 en Shaker Heights, en las afueras de Cleveland, Ohio. Su padre, Arthur Samuel Newman era un comerciante judío estadounidense, hijo de inmigrantes eslovacos y polacos, propietario de una tienda de artículos deportivos en Cleveland. Su madre Thereza, era una bella inmigrante, nacida en Ptičie, en el Imperio Austrohúngaro, hoy Eslovaquia. Una mujer que guardaba secretos, como el de su edad. Antes de morir confesó a su entorno cercano que no tenía 83, sino 87. Paul siempre se consideró judío, aunque su madre no lo fuera.

El chico creció con muchas inseguridades. Sentía que su madre no era confiable y estaba convencido de que su padre pensaba que él era un perdedor. Un don “nadie”. Entrada la adolescencia advertía que era “un peso ligero”, alguien que no se destacaba absolutamente en nada, ni en los estudios, ni en el deporte, y que tampoco tenía alma de líder. “Yo no era nada por naturaleza”, afirmó en su autobiografía. Asegura que manejaba mal cuando empezó a ser corredor de autos. Y cuando quiso ser jugador de fútbol americano se dio cuenta de que era muy malo. En resumen, como dijo en una entrevista, su ambición era mayor que su talento.

Su hermano mayor, Art tampoco contribuyó mucho para que Paul tuviera algo de confianza en sí mismo. El actor era el blanco de sus burlas. Alguna vez lo definió como un “feroz hijo de puta”, según la obra de Shawn Levy, Paul Newman: la biografía (Lumen)

Paul Newman en 1957 (Crédito: Shutterstock)
Paul Newman en 1957 (Crédito: Shutterstock)

Contrario a lo que cualquiera puede imaginar, las chicas apenas reparaban en él. No era alto, medía 1,65 y era muy delgado. Su objetivo era formar parte del equipo de fútbol americano, pero no lo admitieron por compasión. Por eso, se inscribió en la escuela de teatro. Fue por puro descarte.

En 1942 se inscribió en la Universidad de Kenyon pero sus estudios, de Economía, se vieron interrumpidos porque se enroló en la Marina durante la Segunda Guerra Mundial, con tan solo 18 años. Prestó servicio como telegrafista en las bases de Okinawa y Guam, entre 1943 y 1944. Durante ese período intentó convertirse en piloto de avión, pero sus profundos ojos azules resultaron ser daltónicos y ese fue otro sueño trunco.

De regreso a la universidad, logró recibirse en Economía, al mismo tiempo que se involucró en las clases de teatro que allí se dictaban. Actuaciones a las que no le dio mayor trascendencia ni valor. Tampoco lo disfrutó.

Con una beca del ejército se formó en artes escénicas en Yale, y pudo ingresar como oyente al prestigioso Actor’s Studio, donde conoció a otros actores que llegaron como él a la cima: James Dean, Steve McQueen y Marlon Brando. Con este último se lo confundían y él no los contradecía y firmaba autógrafos en su lugar.

El actor estadounidense Paul Newman durante el rodaje de la película "El golpe", de George Roy Hill, que coprotagoniza con Robert Redford. EFE/Sipa/yv/Archivo
El actor estadounidense Paul Newman durante el rodaje de la película "El golpe", de George Roy Hill, que coprotagoniza con Robert Redford. EFE/Sipa/yv/Archivo

En Nueva York consiguió trabajo en la televisión y en teatro. Mientras hacía la obra Picnic en Broadway lo descubrió un productor de la Warner y lo contrataron por cinco años. Con esta compañía debutó en El cáliz de Plata, que según el actor, fue la peor película rodada la década del cincuenta. En ese filme de época y que con el tiempo se transformó en un clásico de Semana Santa encarnó a Basil, un esclavo que tenía que esculpir la cara de Jesús y los apóstoles en un cáliz. A pesar de haber sido nominado a un Globo de Oro, Newman detestaba esta película. En 1966 cuando fue incluida en la programación de la TV, publicó un aviso en la revista Variety pidiendo disculpas por su horrible actuación y recomendó encarecidamente no verla. Obviamente, el público se interesó más y batió récords de audiencia.

La película en la que debuta Paul Newman y que detestaba tanto que puso un aviso para pedir disculpas

El mismo año de su debut en el cine su padre murió. La frialdad de esa relación le pesaba y no tuvo la oportunidad de compartir sus logros con él. Tras su muerte, el actor siempre atesoró una enseñanza de su padre, que lo marcó para siempre: la humildad. Jamás pavonearse con un éxito. Y de eso tuvo mucho. Una carrera brillante.

Paul Newman nunca soñó con ser una estrella de cine, sino con huir del negocio de su familia en el que trabajaba. “No llevaba el teatro en las venas, sólo intentaba huir del negocio familiar. No quería convertirme en vendedor. Ser actor era una alternativa”, confesó quien en un momento también vendió enciclopedias puerta a puerta. “Estaba huyendo de algo. No corriendo hacia”, explicó.

El actor de El color del dinero consideraba que su éxito en lo actoral había sido cuestión de suerte y también una cuestión de tenacidad. Estaba convencido de que la muerte de James Dean en un accidente automovilístico le había allanado el camino.

Paul Newman con el amor de toda su vida, Joane Woodward (Getty Images)
Paul Newman con el amor de toda su vida, Joane Woodward (Getty Images)

La película que lo elevó a la categoría de estrella mundial fue Marcado por el odio (1956), en la que se puso en la piel del boxeador Rocky Graziano.

En 1958 coprotagonizó con Joane Woodward El largo y cálido verano, a quien había conocido en Picnic. La atracción fue tan poderosa que deshizo su primer matrimonio. Estaba casado con Jackie Witte. La había conocido en una sencilla obra de teatro. Después de un noviazgo corto, se casaron en la primavera de 1949. Tuvieron tres hijos: Scott, Susan y Stephanie y una convivencia marcada por los problemas económicos que los obligaba a cambiar de casa cada tanto. En 1958 logró divorciarse y casarse con Woodward en Las Vegas. Nadie veía mucho futuro en ese matrimonio, nacido de una aventura tórrida. Tuvieron 3 hijas, Eleonor, Melissa y Clea y contra todo pronóstico, conformaron una de las parejas más estables de Hollywood a lo largo de cincuenta años.

Si como hijo no se sentía valorado, tampoco se sintió mejor en el rol de padre. Alguna vez dijo que los tuvo por tenerlos porque todo el mundo se casaba y tenía hijos sin hacerse preguntas. Por su estilo de vida, y por beber demasiado -incluso hasta desvanecerse- pensó que no estaba preparado para la paternidad. La muerte de su hijo Scott, de 28 años, en 1978, por una sobredosis accidental, lo llevó a cuestionarse profundamente acerca del vínculo que lo unía a sus hijos. Sentía remordimientos por no haber logrado conectar con él para salvarlo. Ni tampoco haber dado un buen ejemplo. “¿Había alguna forma en que podría haberle dicho que no tenía que ser como yo?” “¿Que no tenía que hacer cosas de macho y que podía ser él mismo?”, se preguntó. “Muchas veces que me he puesto de rodillas y le he pedido perdón a Scott. Pido perdón por esa parte de mí que proporcionó el ímpetu para su propia destrucción. ¿Qué habría hecho falta para evitar eso? No estoy seguro”, reflexionó el actor, en sus memorias: La extraordinaria vida de un hombre corriente (Libros Cúpula),

Con sentido del humor, dijo que era difícil tomarse en serio cuando su cara estaba en un aderezo de ensaladas. El actor lanzó su marca Newman's Own
Con sentido del humor, dijo que era difícil tomarse en serio cuando su cara estaba en un aderezo de ensaladas. El actor lanzó su marca Newman's Own

Poco antes de morir, Paul Newman le encargó a su gran amigo Stewart Stern, una biografía. Le pidió que entrevistara a toda su familia, primera mujer, a su psiquiatra, a Joanne Woodward y amigos. Después de cinco años de recopilar material, tanto como Newman como Stern se sintieron superados por la cantidad de material y en un día de hartazgo el actor prendió fuego los cassettes que habían grabado. En 2008 muere Newman y en 2015, le sigue Stern. Es Woodward, la viuda del actor que recupera 15 mil hojas con las transcripciones de esas entrevistas. Y su hija Melissa Newman le dio forma a este material que fue la base para las memorias y el documental dirigido por Ethan Hawke Las últimas estrellas de Hollywood.

Sus filmes fueron celebrados a lo largo de seis décadas. También desplegó una actividad comercial, por lo que sus estudios de economía no fueron en vano. Creó su marca alimenticia Newman’s Own, que ofrece un surtido de salsa para ensaladas y pastas. “Cuando viste tu cara en una en una botella de aderezo para ensaladas, es difícil tomarte en serio a vos mismo”, contó en su autobiografía. Los productos con su cara se siguen vendiendo e incorporaron más oferta como pizzas, bebidas orgánicas, hasta comida para perros.

Además, fue un gran filántropo. Cuando Newman’s Own inició sus actividades, el actor de El Golpe declaró que el 100% de los beneficios se destinaría a buenas causas. En 1986 fundó en Ashford, Connecticut Hole in the Wall, un campamento de verano para niños con cáncer, de carácter gratuito, para que se divirtieran. La misión continúa trabajando por medio de la Fundación Newman’s Own, que desde 1982 lleva donados 570 millones de dólares destinados a buenas causas.

El hombre de la mirada azul de Hollywood y un fuerte sentimiento de autocrítica, murió a los 83 años como consecuencia de un cáncer de pulmón. Cerró los ojos en su granja de Connecticut, rodeado de sus seres queridos y no en un hospital. Así lo quiso.

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