La vida de “El gordo” Oliver Hardy: de integrar la dupla más taquillera del cine mudo a morir en la pobreza y el olvido

El actor alcanzó la fama de la mano de Stan Laurel, “El flaco” de forma inesperada. Hasta ese entonces interpretaba papeles menores como villano. Se decidió a ser actor del naciente cine, trabajando en una sala de proyecciones. El exceso de peso lo acomplejó, sin embargo, cuando tuvo que adelgazar se deprimió. La fuerte amistad que lo unió a su dupla actoral y creativa

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Antes de integrar la dupla más famosa con Stan, Hardy interpretaba matones, villanos corpulentos
Antes de integrar la dupla más famosa con Stan, Hardy interpretaba matones, villanos corpulentos

Si Norvell Hardy no se hubiese cruzado en el camino con Stan Laurel, tal vez, no hubiese llegado tan alto en su carrera. Y viceversa. “El gordo y el flaco”, como se los llamaba en español, vs Laurel & Hardy, en sus países de origen (Inglaterra y Estados Unidos) no eran uno sin el otro. Hasta que Hardy, conoció a Stan, no era más que un actor rudo y corpulento. “El flaco”, tampoco había logrado mucho en Inglaterra, su tierra natal y tampoco en su primer viaje laboral a Estados Unidos, siguiendo los pasos del exitoso Charles Chaplin, a quien solía imitar. Después de cruzarse en los sets de dos películas en común, un productor le vio futuro a la dupla y con una sola película se volvió un fenómeno de audiencias a puros golpes, caídas, torpezas e infinidad de historias que terminaban siempre de forma catastrófica.

Norvell Hardy nació en Harlem, Georgia el 18 de enero de 1892. Era el menor de cinco hermanos, hijo de un veterano de guerra del que no le quedó ningún recuerdo, ya que murió antes de que cumpliera un año. Se llamaba Oliver, nombre que más tarde él adoptó para rendirle homenaje. Su padre había peleado y resultado herido en la Batalla de Antietam - el primer enfrentamiento armado de la Guerra Civil de Estados Unidos, el más sangriento de la historia que haya tenido lugar en un día, con 23 mil bajas-. Después fue empleado del ferrocarril de Georgia durante su construcción. Se había casado con su madre, que era viuda, en 1890.

Laurel y Hardy trabajaron juntos a lo largo de 30 años
Laurel y Hardy trabajaron juntos a lo largo de 30 años

El niño que no tenía interés en la escuela y le daba problemas a esa madre que se ganaba la vida administrando hoteles y pensiones, demostró su interés por el mundo de las artes, la música y el teatro a edad temprana, se cree que influenciado por los viajeros que se hospedaban en los hoteles. De manera que un día huyó de su casa para sumarse a un grupo de teatro. Su madre enseguida comprendió que su Hardy tenía talento para cantar y lo acompañó en esa dirección enviándolo a clases de un reconocido profesor de música. Pero el chico era tan rebelde y poco dedicado al estudio, que se escapaba de las clases para cantar en un teatro de variedades, lugares marginales. La dos veces viuda se endureció con él y lo mandó a una escuela militar, donde no obtuvo mejores resultados, y también fue en vano que lo enviara a estudiar Derecho en Giorgia. Hardy continuó su carrera como cantante en cabarets.

La pérdida tan temprana del padre no fue el primer trago amargo de Oliver. Cuando tenía 17 años, su hermano Sam llegó de visita a su casa y decidieron ir a bañarse junto a sus amigos a la antigua presa de un molino en el río Oconee. Su hermano quiso impresionarlo y se tiró desde una rama de un árbol. En pocos segundos, el mal cálculo de la profundidad de las aguas convirtió la diversión en una tragedia. Sam se rompió el cuello contra unas rocas debajo del agua. Oliver y sus amigos corrieron al rescate y lo llevaron de inmediato al hotel que administraba su madre, pero ya era tarde. Estaba muerto. Esa pérdida lo marcó de por vida. Cuando hablaba de Sam se le caían las lágrimas.

En 1910, cuando el cine era toda una novedad, Hardy consiguió un trabajo en una sala de Milledgeville, donde se desempeñó como portero, proyeccionista y taquillero -vendedor de entradas-. Eso le permitió ver todos los films, que desde los inicios del cine hasta 1930 fueron mudos. Estaba en etapa de experimentación y se basaban en gags, situaciones de humor con las que el público -en su mayoría inmigrante y analfabeto-, se revolcaba de la risa. Hardy creía que tenía condiciones para convertirse en uno de esos actores, cuyo trabajo era muy físico y no usaban dobles. Oliver estaba acomplejado por su exceso de peso, y más aún desde que su madre le hizo publicitar las comidas del hotel llevando un cartel por las calles. Peor aún, en 1914, en el inicio de la Primera Guerra Mundial, cuando quiso alistarse al ejército, no sólo fue rechazado por su tamaño, sino también humillado. Pero nada lo hizo claudicar frente a sus aspiraciones. Si el actor obeso, Roscoe Arbuckle alias Fatty había logrado convertirse en una gran estrella. ¿Por qué él no?

Oliver Hardy y Stan Laurel protagonizan la batalla de tortas jamás filmada

En 1914 Hardy vino a probar suerte a la Argentina. Actuó vestido de gaucho en el Pabellón de las Rodas y también en el Jardín Japonés, sin mayor trascendencia. Stan también estuvo de paso por estas tierras probando suerte.

Tres años después se mudó a Jacksonville, por recomendación de un amigo, que le dijo que allí podrían conseguir trabajo como actor de cine. Y lo logró. Durante el día filmaba para los estudios Lubin y por las noches cantaba en un cabaret. Al poco tiempo conoció a la pianista Madelyn Saloshin, quien se convirtió en su primera mujer.

A lo largo de 1920, tanto él como Stan Laurel filmaron varias películas como actores secundarios, sin mayor repercusión. Oliver era llamado Babe Hardy, apodo que le había quedado por un barbero italiano, que de chico mientras le empolvaba las mejillas le decía Nice a baby. Oliver, que medía 1,80 y pesaba 125 kilos era fichado para películas en el rol de matón, pero también como comediante. El género que dominaba el cine mudo era el slapstick, conjunción de palabras que significa golpe o bofetada + palo. El gag no era apreciado como algo violento, sino más bien todo lo contrario. Divertido. Un tortazo en la cara o la rotura de un florero en la cabeza causaba tanta gracia como una caída. El triunvirato de las estrellas del cine mudo estaba conformado por increíbles acróbatas, que vivían al límite, en escenas riesgosas, trepando edificios si era necesario, como Buster Keaton, Harold Lloyd y Charles Chaplin, en menor medida.

Sin ser todavía famoso, Oliver fue reiteradas veces infiel a su primera mujer, por lo que ella le pidió el divorcio. En 1921 se casó con la actriz Myrtle Reeves, pero tampoco pudo ser feliz con ella, que era alcohólica. En 1940 huyó de este matrimonio y se casó con Virginia Jones, quien se mantuvo a su lado hasta su muerte.

Una pata de cordero

En 1927 Oliver tuvo un accidente doméstico, mientras asaba una pata de cordero. Y esa situación, propició el regreso a escena de Stan, que prefería trabajar de guionista y director, y tuvo que reemplazarlo. El destino le tenía reservado algo distinto. Así fue como Laurel y Hardy coincidieron en los rodajes de 45 Minutes from Hollywood y Lucky dog, sin compartir escenas todavía.

El visionario de la dupla fue el productor de Hollywood, fue Hal Roach, quien los unió para filmar The second Hundred years, en junio de 1927, bajo la dirección de Fred Guiol. En ese film, interpretaban a dos presos que en su intento de fuga llegaban por un túnel a la oficina del alcalde. Esa película les garantizó la fama que deseaban, de la mano de Roach, quien hizo muy buenos negocios con ellos, mientras los actores se concentraban en hacer reír, sin hacer números. Sus contratos los dejó en total desventaja, a medida que se hacían cada vez más famosos. Cobraban una suma fija y no un porcentaje sobre las ganancias y el productor también se había asegurado los derechos de autor.

Laurel y Hardy filmaron 105 películas y 300 cortometrajes, y un gran mérito, fueron de los pocos que lograron saltar del cine mudo al cine sonoro sin mayores problemas. En la ficción, ambos tenían la gran habilidad de hacerlo todo mal y empeorar las cosas cuando fuera necesario. Eran distraídos, torpes, tomaban malas decisiones. Los dos llevaban sombrero bombín, uno corbata y el otro moño. Si bien uno parecía más inteligente que el otro era pura ilusión. Eran dos potencias para hacer desastres.

928: Stan Laurel (1890 - 1965) y Oliver Hardy (1892 - 1957) poniéndose las cosas difíciles en una escena de 'El toque final', dirigida por Leo McCarey y Clyde Bruckman  (Photo via John Kobal Foundation/Getty Images)
928: Stan Laurel (1890 - 1965) y Oliver Hardy (1892 - 1957) poniéndose las cosas difíciles en una escena de 'El toque final', dirigida por Leo McCarey y Clyde Bruckman (Photo via John Kobal Foundation/Getty Images)

En 1927 estrenaron la batalla de tortas jamás filmada, The battle of the century. Y con el corto The music box (1932) se ganaron su primer y único Oscar. La mayor parte del corto transcurre en una larga escalera donde el dúo, los nuevos socios de una empresa de mudanzas, sube con mucho esfuerzo una pesada caja que contiene un piano. Las caídas de la caja retumbando por la escalera son espectaculares. Lo más curioso es cuando se les traba el paso con un cochecito de bebé llevado por una empleada doméstica que sale de paseo, y se burla de ellos cuando se les vuelve a caer el piano. Por lo que el flaco Stan, no duda en propinarle una patada en el traste. Ella le devuelve una bofetada y mientras Hardy se ríe de la escena a carcajadas, ella le rompe un jarrón en la cabeza. En esos tiempos, las comedias podían ser muy incorrectas. No había límites para el humor.

El cortometraje sobre el dificultoso traslado de un piano con el que Stan Laurel y Oliver Hardy ganaron un Oscar

En el corto Blotto, la mujer de Stan, es presentada como una malvada que vocifera y no lo deja salir de la casa y cuando logra escurrirse Stan se emborracha con Hardy y ella los persigue con una escopeta. Las mujeres solían tener mal carácter en sus cintas. Las comedias a veces rayan el surrealismo, como en Locos del aire, cuando el dúo se estrella en una avioneta, Stan sobrevive y ve a su amigo camino al cielo con un par de alas para encontrarlo más tarde reencarnado en un caballo.

En los gags había mucha improvisación. Los socios y amigos ya se entendían con solo mirarse y se tenían una confianza ciega en sus roles profesionales. Stan participaba mucho en lo creativo y Oliver aceptaba las ideas.

En 1941 le dieron un portazo a Hal Roach y pusieron fin a sus contratos abusivos. La firma con otras compañías como 20 th Century Fox y la Metro-Goldwyn Mayer no los dejó tampoco conformes porque perdieron el rol creativo al que les daba lugar Roach. Dejaron de tener intervención en los guiones y en la dirección. Pasaron a ser simplemente actores y los resultados no fueron los esperados, sumado a que los gustos del público se iban renovando. Filmaron una película después de 1945 y en 1950 estaban acabados.

Oliver Hardy tuvo que bajar de peso y se deprimió cuando lo hizo
Oliver Hardy tuvo que bajar de peso y se deprimió cuando lo hizo

La vida de este dúo dinámico se había convertido en una de sus historias, que se iba enredando cada vez más. Divorcios, cuentas en rojo, pocas ofertas laborales. En 1950 ambos salieron a recaudar dinero con una gira de un musical, que tuvieron que suspender cuando Hardy cayó enfermo.

Por recomendación médica, en 1956, tuvo que seguir una dieta estricta. Y de los 159 kilos que pesaba bajó a 95 kilos. El corazón ya le había dado un aviso y no tenía salida. Con su nueva imagen, nadie lo reconocía y en lugar de sentirse mejor se deprimió y se encerró en su casa.

Después de la muerte de su amigo Oliver, Stan no quiso volver a trabajar como actor. Se dedico a escribir para otros comediantes. Stan no gozaba de mejor salud. Sufría de diabetes y tenían una afección en la próstata. Luego del descenso de peso Oliver tuvo un ACV masivo que lo dejó paralizado y con afasia, por lo que no podía comunicarse con facilidad. Se enfermó además de cáncer y murió a causa de dos derrames cerebrales más. Sorprendentemente, Oliver Hardy murió en la ruina.

A Stan no le fue mejor. Solo tenía 2000 dólares en su cuenta bancaria y 200 dólares para vivir por mes, datos que reveló el diario New Statesman en 1946. Y la pérdida de su amigo de aventuras, en la vida y la ficción, le generó una profunda tristeza.

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