Desde todos los tiempos hubo celebridades con fobias de lo más extrañas y otras comunes, totalmente fuera de control. Por ejemplo, Alfred Hitchcock, el maestro del terror, veía un huevo y se volvía literalmente loco. Era un ovofóbico. En una ocasión dijo, “tengo miedo de los huevos, me repugnan”. Y eso no era todo. También le tenía miedo miedo a la policía.
El 9 por ciento de la población mundial padece fobias, un miedo excesivo e irracional a objetos o situaciones, que pueden ser de lo más variadas y las celebrities no escapan de esa cifra. Quienes tienen fobias tratan de evitar lo que les genera miedo y si no hay más remedio, lo más probable es que entren en pánico, sientan falta de aire, les genere temblores y deseos de huir. El gran problema se da cuando estas fobias interfieren en las actividades de los artistas, como le sucedió a Aretha Franklin, la diva del soul que tenía terror a volar y limitó su brillante carrera. Recorría miles de kilómetros por tierra con tal de no pasar por el mal momento de subir a un avión. Lo hacía cuando no había más remedio, hasta que en 1983 una turbulencia puso fin al sufrimiento. No subió más.
Uma Thurman enterrada viva
La actriz que saltó a la fama de la mano de Tarantino en Pulp Fiction, vivió un calvario durante las grabaciones de Kill Bill: La venganza Vol. 2. No fue por los casi 2000 litros de sangre de utilería que fueron derramados entre las dos películas, ni tampoco por una escena en la que pierde el control de un auto y termina estrellada contra un árbol, con una conmoción cerebral y las rodillas lastimadas- situación por la que terminó acusando a Quentin Tarantino de querer matarla-. Esta vez fue por algo más difícil de atravesar. Uma Thurman es claustrofóbica, es decir, siente miedo a estar en espacios cerrados y el guión de Kill Bill incluyó algo que sería una verdadera pesadilla para cualquiera que padezca esta fobia. Tuvo que grabar varias tomas encerrada dentro de un ataúd. Su personaje era enterrado vivo. Tuvo que soportar estar ahí dentro, mientras le echaban tierra encima. En una entrevista con Daily Mail reveló que a Tarantino no le interesó en lo más mínimo su fobia.
Adele, entre el pánico escénico y la ornitofobia
La cantante británica tiene dos fobias. Una especialmente complica su profesión. Sufre de pánico escénico, trastorno que le provoca vómitos antes de subir al escenario. Para afrontar la presentación de los Oscar en 2013 recurrió a la hipnosis. Esa no es el único miedo con el que convive. Adele, además, tiene ornitofobia (miedo a los pájaros), aunque el problema en particular lo tiene con las gaviotas, desde que una la atacó. En una entrevista compartió su mala experiencia: “Estaba caminando por el paseo marítimo de Tenby (en Gales), comiendo un 99 (así llaman al cono de helado) cuando una enorme gaviota bajó y me lo arrebató. Todavía tengo una cicatriz de su garra en mi hombro”, precisó.
Salma Hayek sin palabras
La mexicana Salma Hayek descubrió su pánico escénico a los 18 años en una obra de teatro cuando se ponía en la piel de Jasmine, del cuento de Aladino. Al abrir el telón pasó un momento terrorífico. Se quedó muda, con la mente en blanco. “Estaba tan asustada, que se me habían borrado de mi mente todas las frases con las que arrancaba el espectáculo, y tras quedarme unos minutos petrificada, mi reacción fue la de abandonar el escenario y salir a correr’, dijo en una entrevista quien decidió no regresar a las tablas.
Woody Allen y el miedo al cáncer
El director de cine y actor norteamericano suele ser visto como el rey de las fobias, a juzgar también por los personajes de sus películas, que siempre reflejan rasgos de su personalidad. Son atormentados, maniáticos, pesimistas, hipocondríacos. Por uno de estos personajes se le han atribuido muchos miedos, entre ellos a los insectos, a las arañas en especial, al sol, a las alturas, a los perros, a las multitudes, al cáncer, a la muerte y más. En una entrevista con El País, respondió una pregunta sobre este tema y reveló que sí, tiene fobias pero hasta cierto punto. “No voy por túneles, soy claustrofóbico. No soy un hipocondríaco, más bien un alarmista: no imagino que estoy enfermo, pero si veo una cosa pequeñita aquí, una picadura de mosquito, pienso que es un tumor cerebral”, explicó.
Robert Smith y las giras en barco
El líder de la banda británica The Cure, Robert Smith padeció aerofobia, miedo a viajar en avión. Cuando la banda new romantic empezó a tener éxito y comenzaron las giras, el vocalista evaluaba la forma de llegar vía terrestre y si eso era imposible, salía días antes que la banda en barco. Esto duró de 1989 a 1992 hasta que se dio cuenta de que podía controlarlo. Durante esos años recorrió Europa en tren y si no tenía otra opción, se empastillaba antes de tomar un vuelo. Este mal afecta a muchas celebridades y lo normal es que la situación empeore por la cantidad de vuelos que deben tomar. David Bowie también odiaba volar y durante muchos años hacía sus giras conectando barcos y trenes. Hizo de esa forma hasta conciertos en Japón.
Johnny Depp sufre con los payasos
“No se si por la cara pintada o por la falsa sonrisa. Son espeluznantes. Siempre parecen estar al acecho, como si debajo de esa apariencia se escondiera un demonio”, dijo el actor de El joven manos de tijera, que sufre de coulrofobia. El actor norteamericano nunca pudo ver American Horror Story: Freak show y una vez quedó expuesto sin querer frente al televisor durante una escena con el payaso asesino Twisty, porque la estaba mirando su ex Amber Heard y quedó traumado. Parece exagerado, pero ya no se ven payasos en las habitaciones de chicos.
Rihana y el miedo a los peces
Rihanna no puede bañarse en el mar por su miedo excesivo a los peces o ichthyofobia. La cantante contó que una vez sufrió un ataque de pánico en el agua porque vio peces nadando a su alrededor. La cantante debe pasar los veranos en piscinas por su extraño temor.
Los miedos de Marilyn Manson
El cantante Brian Hugh Warne, más conocido como Marilyn Manson podrá tener aspecto de persona dura. sin embargo, le contó a la revista Rolling Stone que vive con dos miedos fuera de control. “Tengo una fobia con que la casa se incendie y no quiero estar desnudo”. Lo que sucede, es que dice ser tímido. Cuando tiene sexo, no se quita la ropa interior -por si tiene que huir - y apaga la luz. Tampoco comparte la ducha con sus parejas. “Creo que dos veces en mi vida me tomé una ducha con una chica y fue en la oscuridad. Soy muy tímido”.