23 de noviembre, un día como hoy, pero 40 años atrás. El por entonces presidente electo Raúl Alfonsín recibía en su búnker de campaña del hotel Panamericano a una delegación de Madres de Plaza de Mayo encabezada por Hebe de Bonafini. El encuentro tuvo un tono cordial, reflejado en fotos y videos de la época, y fue sucedido de declaraciones con buenos augurios de ambas partes.
Sin embargo, el clima positivo de ese primer acercamiento fue mutando con el correr de los días y derivó en una relación difícil, plagada de episodios complicados y duras críticas de Bonafini en los meses siguientes.
No era la primera vez que tras ser electo, el 30 de octubre de 1983, Alfonsín impulsaba contactos con dirigentes vinculados a los derechos humanos. Pocos días antes, había dialogado con integrantes de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos y con el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel.
Al respecto, Pérez Esquivel recordó durante una entrevista que habían surgido algunas dudas entre los organismos de derechos humanos debido a la decisión de Alfonsín de enviar todas las causas a la justicia militar y no a la federal. “Nosotros estábamos en contra de eso y se lo digo a Alfonsín, no se iban a juzgar a sí mismos”, rememoró Pérez Esquivel.
Cabe recordar que el decreto de Alfonsín de diciembre del ‘83 que ordenó juzgar a los comandantes de las juntas militares estableció además que lo actuado por el tribunal militar podía ser apelado ante la Cámara Federal en lo Criminal y Correccional porteña. Y más tarde, en febrero de 1984, el Congreso reformó el Código de Justicia Militar. El juicio a las Juntas sería al año siguiente.
Pero volviendo a aquella primera reunión de Madres con Alfonsín, la organización presidida por Bonafini le pidió al futuro jefe de Estado que resguarde la documentación probatoria vinculada a la violación de los derechos humanos y al terrorismo de Estado. Asimismo, Bonafini le solicitó que en “en las primeras 48 horas” del gobierno constitucional “dejen en libertad a todos los desaparecidos que están en los campos de concentración”. Eran los últimos días de la dictadura militar y se mantenía la esperanza de que muchos de los secuestrados por los grupos de tareas siguieran con vida.
Un video rescatado del archivo da cuenta de la conformidad de Bonafini luego de reunirse con Alfonsín. Se trata de una entrevista para el noticiero “28 millones”, que se emitía por el viejo ATC. “Ha sido importante, es la primera vez que alguien nos recibe”, decía Bonafini. El dato no era menor, se trataba del primer representante del Estado -si bien aún no había asumido- que lo hacía.
“Sabemos que el doctor Alfonsín está decidido a investigar todo lo que ha pasado, le hemos planteado que queremos comisiones bicamerales, pero también queremos los juicios por jurado (...) queremos también que en las primeras 48 horas dejen en libertad a todos los desaparecidos que están en los campos de concentración y que toda la documentación esté en las manos nuestras para poder condenar y castigar”, continuó.
Bonafini contó en el reportaje que el presidente electo “no tomó ninguna determinación” en aquel momento, pero consideró que había mostrado “la mejor voluntad para investigar todo lo que había pasado”. Dijo que acordaron además que Horacio Ravenna sería el funcionario que actuaría como nexo permanente entre el gobierno radical y las Madres.
“Son 30 mil jóvenes que estamos buscando desde hace siete años, que aparezcan con vida, los que estén con vida, y los que han sido salvajemente asesinados queremos saber quién, cuándo, dónde y por qué los asesinaron”, concluyó Bonafini su repaso del encuentro con Alfonsín.
Por su parte, el mandatario electo les aseguró a las Madres de Plaza de Mayo que agotaría los esfuerzos para averiguar lo sucedido con los desaparecidos.
Sin embargo, la relación entre Alfonsín y Bonafini, que había comenzado de la mejor manera, se tensó con el paso del tiempo debido a las críticas de la dirigente de derechos humanos, quien endureció su discurso público por sus diferencias con las decisiones que fue tomando el caudillo nacido en Chascomús.
Entre los cuestionamientos que Bonafini hizo públicos por aquellos días estaban la llamada “periodización” que suponían los decretos firmados por Alfonsín en los que ordenaba juzgar a los militares y a los líderes de la guerrilla (que la acción de estos habría provocado la reacción represiva de los uniformados), y la consecuente “Teoría de los Dos Demonios”.
Además, Bonafini exigía un recambio del Poder Judicial, porque decía que seguían en funciones jueces heredados de la dictadura. También criticaba el ascenso, con acuerdo del Senado, de militares vinculados al Proceso y la represión y decía que no había sido desarmado el aparato represivo en las fuerzas de Seguridad, Armadas y de Inteligencia.
Así se fueron sucediendo situaciones que dejaron atrás la cordialidad de la reunión del 23 de noviembre de 1983. En abril del año siguiente, el ministro del Interior Antonio Tróccoli, recibió a las Madres, pero en mayo se produjo un confuso episodio, cuando tras encabezar una importante movilización en Plaza de Mayo Bonafini intentó entregar una carta en la Casa Rosada junto a miles de firmas que pedían declarar delitos de lesa humanidad a los crímenes de la dictadura. Sin embargo, no logró ser recibida y resolvió dirigirse al Congreso junto a los manifestantes. Allí mantuvo un encuentro con legisladores y fue avisada de que lo ocurrido en la Casa de Gobierno fue un “error burocrático” y que podía regresar. “Se hubieran acordado antes”, replicó Bonafini.
Entrevistada en aquel momento por el diario El País de España, recordó el episodio. “Pedimos antes que nos atendiera alguien responsable, y cuando llegamos a la Casa de Gobierno no había nadie. La secretaria de Alfonsín (Margarita Rouco) me envió luego una carta disculpándose, pero eso no sirve de nada”, lanzó.
Tiempo después, el 20 de septiembre de 1984, cuando una multitud se manifestó en la Casa Rosada para acompañar al Presidente durante la presentación del informe de la CONAPED, las Madres decidieron no concurrir e hicieron una marcha paralela, en Parque Lezama. Allí, Bonafini pronunció un encendido discurso, que puede considerarse un verdadero punto de quiebre en la relación con el gobierno radical. Llegado diciembre, las Madres de Plaza de Mayo lanzaron un periódico cuyo primer número titulaba “A un año de gobierno radical e impunidad militar ¿dónde están los desaparecidos?”
Los juicios de 1985 a las juntas militares que gobernaron a sangre y fuego la Argentina tras asaltar el poder el 24 de marzo de 1976 tampoco fueron acompañados sin cuestionamientos por las Madres de Plaza de Mayo. El año pasado, en ocasión de cumplirse 45 años de la primera marcha de las Madres en la Plaza de Mayo, el sitio oficial de la organización lanzó un apartado llamado 45 años, 45 hechos. Al referirse a los juicios contras los militares del Proceso recordaron su posición de aquel tiempo sobre el tema.
“Los antecedentes no son alentadores: los decretos de juzgamiento para unos y otros; el sesgado informe Nunca Más, sin la lista de asesinos, y la Teoría de los Dos Demonios expresada en el prólogo del libro, anuncian formas vedadas de impunidad, que se confirman en la sentencia, dictada el 9 de diciembre. Las penas aplicadas son leves y 4 de los 9 acusados consiguen el sobreseimiento. El fallo niega la coordinación entre las fuerzas”, sentenció.