“No sé. La gente me dice que me veo triste, dicen, ‘¡Anímate, Dan, no es tan malo!’ A veces, sólo miro al espacio, lo que asusta a los demás. Si alguna vez tuviera que hacer algo más que parecer embrujado, podría hacerlo. Soy una persona feliz aunque no me gusta salpicar mis ‘yoes’ con corazones ni nada, eso sería demasiado feliz”, confiesa Daniel Radcliffe, uno de los jóvenes más reconocidos gracias a su papel como Harry Potter. Desde que tenía 11 años interpretó al protagonista de la icónica saga y una vez que la franquicia de la película terminó, el británico pasó años tratando de forjar un lugar lejos del mundo mágico. A lo largo de su trayectoria, el actor que hoy cumple 34 años demostró ser más que un talentoso actor, sino una gran persona.
Sus fuertes raíces judías
Daniel Jacob Radcliffe nació el 23 de julio de 1989 en Fulham, Londres, Inglaterra, hijo de la agente de casting Marcia Gresham y el agente literario Alan Radcliffe. Su padre es de origen protestante de Irlanda del Norte, mientras que su madre nació en Sudáfrica, en una familia judía proveniente de Lituania, Polonia, Rusia y Alemania. Si bien creció en una casa que no ponía énfasis en la fe religiosa, Daniel siempre se sintió judío. “Estoy orgulloso de ser judío”, le dijo al Jewish Journal. Según un informe de The Sun, se vio a la estrella abrumada por la emoción al rodar ¿Quién crees que eres? -la serie de la BBC que sigue los viajes de personalidades conocidas mientras exploran sus árboles genealógicos, descubriendo datos conmovedores sobre sus antepasados-, sollozando mientras leía en voz alta la nota de suicidio de su bisabuelo Samuel Gershon, un hombre de negocios judío de 42 años, que pasó años construyendo la joyería familiar en Londres sólo para perderlo todo en 1936, a causa de un robo antisemita. “Es muy chocante ver que ser judío se tome como una prueba en sí mismo”, dijo Radcliffe al Jerusalem Post, y continuó: “Sólo quieres llegar al pasado y simplemente decir, ‘Pase lo que pase, tienes mucho que ofrecer a las personas que te rodean todavía... tienes mucho que darles. Y, aún así, todos te habrían amado’”.
Te puede interesar: Daniel Radcliffe se convirtió en padre por primera vez
Radcliffe tuvo una relación estrecha con su abuela materna. En una entrevista de 2016, le dijo a Jewish Telegraphic Agency (Agencia Telegráfica Judía) que su abuela “fue una evacuada durante la guerra” y llevada al campo lejos de los bombardeos nazis en Londres. Recordó sus historias “sobre cómo nuestra familia llegó al Reino Unido y de dónde venimos... Nos originamos en Rusia y nos fuimos debido a los pogromos. No sé si la historia es cierta, pero supuestamente mi tatarabuelo estaba en un barco de Rusia con destino a América. Se detuvo en Londres, y él pensó, ‘Oh, eso fue rápido’ y se bajó. Fue a trabajar a una fábrica textil y se casó con la hija del dueño”, explica el actor en referencia a su nacionalidad inglesa.
Trastorno del desarrollo y TOC
Mientras Harry Potter vivía en un mundo de fantasía, no había hechizos que ayudaran a la vida real de Radcliffe. A finales de los ‘90, Daniel era un estudiante que luchaba con sus clases, en una época en la que había menos diálogo y comprensión respecto a los problemas de aprendizaje. Según dijo a Daily Mail, padece dispraxia, un trastorno neurológico común que puede dificultar la realización de ciertas actividades cotidianas, como cambiarse de ropa, caminar y atarse los cordones. Según su vocero, el actor se encuentra en el extremo leve de este espectro.
Aunque ser neurodiverso no tiene nada de trágico, Radcliffe afirmó que su condición hizo que sus años de juventud fueran más difíciles de lo necesario: “Lo pasaba mal en el colegio [...] en todo, sin ningún talento discernible”. Su descubrimiento de la interpretación le dio el impulso que necesitaba para creer en sí mismo. Respondiendo a The Wall Street Journal, Radcliffe dio un consejo a una joven a la que se le diagnosticó dispraxia, “No dejes que te detenga. A mí nunca me frenó [...]. El hecho de que algunas cosas te cuesten más sólo te hará más trabajadora y más imaginativa en las soluciones que encuentres a los problemas”.
Además, “el niño mago” se sinceró con sus fans sobre su experiencia lidiando con un caso grave de trastorno obsesivo-compulsivo en sus años de formación. Empezó cuando tenía 5 años y progresó hasta que interfirió tanto que tuvo que buscar ayuda. En declaraciones a The Sun, compartió algunas de sus experiencias con esta enfermedad, “Tenía que repetir cada frase que decía en voz baja”. En su experiencia personal, Radcliffe afirmó que la terapia le ayudó.
Sus padres no querían que fuera Harry
Tenía 5 años cuando decidió que actuar era su verdadera pasión en la vida. A los 10 estaba representando escenas de las películas de James Bond en su casa del sur de Londres. A esa misma edad hizo su debut como actor en David Copperfield, la adaptación de la BBC de la novela de Charles Dickens, interpretando al personaje principal cuando era chico. Cuando el director Christopher Columbus -el mismo que ya había hecho famoso a Macaulay Culkin en Mi pobre angelito (1990)-, vio la actuación de Radcliffe, y lo quiso para el papel de Harry Potter. Sin embargo los padres de Daniel inicialmente no permitieron que formara parte del proyecto, hasta que los productores lograron convencerlos de que su hijo estaría protegido de la frustración de los medios, y aceptaron.
Mucha gente sueña con ser famosa; Daniel Radcliffe sabe que la falta de privacidad que conlleva el trabajo es un reto, especialmente para los más chicos. Pasar de una vida en el anonimato a ser uno de los niños más famosos del planeta supuso un gran esfuerzo para el actor. Uno de los momentos más dolorosos de su vida pública fue cuando tuvo que enfrentarse a adultos que se burlaban de él. Explicó a The Off Camera Show, “De niño, lo que más me fastidiaba y lo que más me desagradaba era que me abuchearan”. Radcliffe añadió que las personas eran cazadoras de autógrafos profesionales en uno de los estrenos de Harry Potter. En el 2022, dijo a Newsweek que esperaba que sus futuros hijos nunca se volvieran famosos, “El lado de la fama de la industria debería evitarse a toda costa”.
Refugio en el alcohol
Radcliffe fue abierto sobre su adicción al alcohol, que desarrolló para hacer frente a su precipitada fama de Harry Potter. En el programa The Off Camera Show, dijo que sentía una paranoia por su estatus de estrella de cine y se sentía incómodo. Al finalizar el rodaje, Daniel experimentó ansiedad con respecto a su futuro. Tras pasar toda su vida siendo Harry Potter, pensaba, “¿qué se suponía que haría luego?” Estos pensamientos hicieron que el actor intente adormecerse con grandes cantidades de licor. “Puedo señalar muchas escenas (de Harry Potter) en las que simplemente estoy ido. Muerto detrás de los ojos”, reconoció. Con el tiempo, la dependencia de Radcliffe al alcohol le pasó factura, tanto en su bienestar físico como en su estado mental. Le dijo a Shortlist, “En los últimos tres años de alcohol, me desmayaba casi siempre. El desmayo era lo mío”.
Agregó que su dependencia al alcohol lo convirtió en un prisionero. “A los 20 años era un recluso. Era patético. Soy una persona divertida y educada pero la adicción me hacía un pesado maleducado. Por mucho tiempo, la gente me decía, ‘Creemos que tienes un problema’, pero al final tuve que darme cuenta yo mismo”. Consiguió mantenerse sobrio, y anima a otros con problemas de adicción a buscar ayuda. “Me había vuelto tan dependiente (del alcohol) que no disfrutaba de las cosas. Hubo algunos años en los que estaba tan enamorado de la idea de vivir el estilo de vida de una persona famosa que realmente no se adapta a mí. Por mucho que me encantaría ser alguien que va a fiestas, toma un par de tragos y se divierte, eso no funciona conmigo. Prefiero sentarme en casa y leer, o salir a cenar con alguien, o hablar con alguien que amo, o hablar con alguien que me haga reír”.
Amor en el trabajo
Radcliffe siempre se manejó de una manera muy privada en cuanto a sus relaciones amorosas. Tuvo romances con Rosie Coker -una asistente de producción-, Olive Uniacke -hija de un productor de Harry Potter- y la actriz Laura O’Toole. Hasta que finalmente encontró el amor verdadero: en 2012 estaba filmando Kill Your Darlings (2013) donde conoció a la actriz estadounidense Erin Darke cinco años mayor que Radcliffe, mejor recordada por su papel en Good Girls Revolt de Amazon.
Abrió su corazón a la revista People sobre su primer encuentro con Erin, diciendo que sería una historia para contar a sus hijos “por lo que nuestros personajes hacen entre sí”, haciendo referencia a una escena explícita que la pareja tiene en la película. Según Radcliffe, el enamoramiento ocurrió mientras filmaban; “Realmente está preservado en la película, nuestros personajes se conocen y coquetean, así que hay un tierno registro nuestro conociéndonos por primera vez y coqueteando”. La estrella de ¿Sólo amigos? (2013) compartió que tuvo una conexión inmediata con Erin durante su primera escena juntos; “No hubo actuación, al menos no de mi parte”, compartió Daniel, y explicó que esa primera toma tuvo un momento en el que su ahora novia lo hizo reír, “Me reí como yo mismo, no como mi personaje. Ella era increíblemente divertida e inteligente. Sabía que estaba en problemas”.
Aunque la relación comenzó poco después de conectarse en el set, se mantuvieron en secreto en las primeras etapas del romance. Radcliffe lo confirmó recién al año en el programa de entrevistas Watch What Happens Life With Andy Cohen. En ese momento fue muy vago acerca de la identidad de alguien especial, “Sí, estoy saliendo con alguien... del tipo que mantengo en privado, reveló, agregando, “mi tipo es inteligente”. La pareja siguió manteniendo un perfil bajo después del anuncio de Daniel. Los medios estaban ansiosos por obtener información sobre quién era la candidata del actor. Hasta que finalmente, en 2014, el público se enteró de que Erin Darke era la novia de Radcliffe, cuando hicieron su debut como dúo consolidado en la alfombra roja de los Premios Tony. Ese mismo año, Daniel describió a su amante como su mejor amiga; “Ese es el estilo de vínculo que siempre aspiro a tener con alguien con quien estoy en una relación. Quieres que esa persona sea tu mejor amiga”, y añadió: “En el caso de Erin, definitivamente lo somos”. Ella mencionó que una de las primeras cosas con las que se conectaron fue por la mutua pasión que tiene por lo que hacen; “Hay algo realmente hermoso en estar con alguien que simplemente entiende eso sobre vos de manera innata”. Cuando Darke no está actuando, uno de sus hobbies es el deporte. En su biografía de Twitter se describe como una “entusiasta del fútbol fantasy” y “devota fan de los Red Wings”, el conocido equipo de hockey sobre hielo de Detroit.
Al igual que sucede con tantas parejas de jóvenes famosos, cada día el periodismo quiere casar a Radcliffe y Darke. La actriz bromeó diciendo que llegó un punto en el que había visto su propia boda reportada varias veces; “Una vez, pasé una semana entera enviando mensajes de texto a todos mis familiares, ‘Prometo que si me caso, lo sabrás por mí y no por Us Weekly’”. A veces, incluso los compañeros de reparto de Harry Potter de Daniel son arrastrados a los supuestos enlaces nupciales ficticios. “Al menos tres veces diferentes, alguien escribió que nos vamos a casar, que Emma Watson va a ser la dama de honor y Rupert Grint el padrino de mi boda”, compartió Radcliffe.
Daniel habló en el pasado de su esperanza de convertirse en padre, confesándole a la revista Time Out, “Definitivamente quiero tener hijos”, y explicó que creció rodeado de muchas personas que estaban teniendo hijos, y vio un cambio maravilloso en ellos. “Veo que te da un sentido de propósito que hasta ahora sólo obtengo realmente del trabajo. Quiero eso”, dijo Radcliffe. Aunque todavía no dieron el “Sí, quiero”, luego de una década de amor, su sueño se cumplió el pasado abril cuando, junto a Erin, se convirtieron en padres por primera vez.
En una entrevista publicada por Extra, Radcliffe dijo que el nacimiento de su hijo y experimentar la paternidad por primera vez ha sido “lo mejor que me pasó”. Y contó sobre el recién nacido: “Es muy lindo”, cuyo nombre todavía no fue anunciado públicamente. “Pasamos a una fase de menos gritos y ahora nos da pequeñas sonrisas y risas. Fueron unos meses locos, como lo podría atestiguar cualquiera que haya pasado por la paternidad”, continuó Radcliffe. “Pero también es, literalmente, lo mejor que me pasó, así que es genial. Me siento muy afortunado de poder pasar este tiempo con él. Es increíble”. Probablemente hoy cuando sople las velitas en su primer cumpleaños como papá sus deseos tengan un dueño.
Seguir leyendo: