Nació en Halifax, Canadá, el 21 de febrero de 1987, y se hizo mundialmente célebre como uno de los talentos más jóvenes de Hollywood a los 18 años en Hard Candy (2005), el inquietante thriller psicológico de David Slade en el que encarnó a una adolescente que se vengaba de un abusador. Dos años después, conmovió a la crítica y al público con su papel de Juno, la chica que afrontaba un embarazo no deseado y se obligaba de golpe a la madurez de la que carecía su entorno. Esa actuación le valió nominaciones a los premios Oscar, BAFTA, Globo de Oro y SAG como Mejor Actriz, así como el reconocimiento en los MTV Movie y Teens Choice Awards. Su Kitty Pride/Shadowcat en la saga de X-Men terminó de consolidar su popularidad.
Pero el mundo que reconocía su virtuosismo ante las cámaras y aplaudía sus trabajos en películas como An american crime (2007), Inception (2010) y más tarde como Vanya en la serie de Netflix The Umbrella Academy (2019) todavía no conocía su verdadera esencia. Cuando el 1 de diciembre de 2020 compartió en un posteo de Instagram que era trans, sus pronombres eran masculinos y su nombre desde entonces sería Elliot Page, se convirtió en la persona transgénero masculina más reconocible del planeta. Con un detalle que predisponía a empatizar con él de un modo inédito: los espectadores habíamos visto su transición en vivo junto con su paso a la adultez. Lo habíamos visto crecer hasta llegar –como él mismo escribía– a amar lo suficiente quién era como para perseguir su identidad.
Para entonces, la homofobia y las microviolencias que sufrió desde los comienzos de su carrera ya lo habían transformado en uno de los activistas más influyentes por los derechos LGTBIQ+. En 2017, cuando el #MeToo empujó a las mujeres y diversidades a denunciar masivamente las situaciones abusivas que habían vivido en silencio durante años, Page –que ya había anunciado públicamente que era homosexual en un encuentro de jóvenes lesbianas y gays en Las Vegas, en 2014–, contó que el director de X-Men: The Last Stand (2006), Brett Ratner, la forzó a salir compulsivamente del clóset a los 18 años y frente a sus compañeros de trabajo, con un comentario agresivo dirigido a otra mujer del equipo: “Deberías cogértela para que ya se dé cuenta de que es gay”. Page no había asumido aún su homosexualidad, ni en privado ni en público.
Ese mismo año hizo pública su relación sentimental con la bailarina Emma Portner, con quien se casó en 2018. Se divorciarían en 2021, poco después del posteo en que Page le dijo al mundo que era trans y queer y pidió paciencia y amor para acompañar su alegría. “Sé que como trans soy un privilegiado, pero las estadísticas son dramáticas: la discriminación y el odio tienen consecuencias horribles, y tengo miedo”, escribió.
Encontró, sin embargo, el apoyo de todos sus compañeros de The Umbrella Academy, cuyo guión se adaptó para que su personaje transicionara con él. Fue en la tercera temporada de la serie, donde quien hasta entonces era Vanya, pasó gradualmente a ser Viktor con un corte de pelo que fue parte de la historia. La potente frase que pronunció en la ficción fue un mensaje valiente para todos los espectadores: “Soy quien siempre fui”.
En noviembre pasado, Page confirmó su noviazgo con Mae Martin, el comediante no binario de la brillante serie Feel Good cuando caminaron juntos la alfombra roja de la Gala de Arte y Cine del LACMA. Martin también es canadiense y talentosísimo y blanqueó la relación con una foto en Instagram donde lo llamó “mi rey”. Nacido como él en 1987, juntos son parte de la generación que le está enseñando al mundo el no binarismo de la mano del hashtag #TxT (una contracción de “Trans por Trans”, que se refiere a las personas transgénero que prefieren salir con otras personas trans).
El compromiso de Page hizo que ya no sólo ocupe las portadas de revistas como Time o Vanity Fair por sus actuaciones, sino como una voz activa frente al avance de las campañas anti-derechos en los Estados Unidos y en todo el mundo. También grabó una histórica entrevista con Oprah Winfrey con el propósito deliberado de combatir la desinformación y las mentiras de los impulsores de leyes transfóbicas.
Entonces dejó en claro que para ella, al igual que para muchas personas trans, asumir abiertamente su identidad fue decisivo: “Me salvó la vida”. También insistió en la importancia de que los recursos y la atención médica estén disponibles para hacer menos difícil un momento de por sí crítico –aunque feliz– en la vida de cualquiera que deba enfrentarlo. Hizo pública, por lo mismo, la cirugía de adecuación de género por la que borró las características femeninas de su torso. “Cuando me veo al espejo ahora lloro de alegría”, le dijo a Oprah.
“Es salir de la ducha con la toalla envuelta alrededor de la cintura, mirarte en el espejo y poder decir, ‘Ahí estoy, soy ese’. No tener más todos esos momentos (a veces por cosas pequeñas, casi mínimas) que me dejaban en pánico. Es ya no tener que pasar por eso –le confió a la conductora–. Poder estar apenas en remera y tocarme el echo y sentirme a gusto con mi cuerpo probablemente por primera vez en la vida”. Es como si estuviera lleno de energía, “una energía nueva y liberadora”.
Es la misma fuerza –hoy renovada– con la que ya antes de los 30 se plantó ante el ultraderechista ex presidente brasileño Jair Bolsonaro y lo entrevistó para uno de los capítulos del documental Gaycation (2016) cuando aún era diputado por Río de Janeiro. El político, que había llegado a decir que prefería que su hijo muriese antes de que fuera gay, le dijo entonces a Page que para él no era gay, porque se veía demasiado bien para eso.
Pero no siempre tuvo que lidiar con la ignorancia y el odio de quienes desprecian lo distinto. Aquel posteo de Instagram en 2020 marcó un hito precisamente por el apoyo que recibió de personalidades de relevancia internacional, colegas como Anna Kendrick, Mia Farrow, Patricia Arquette y Alyssa Milano la felicitaron por su valor y le mandaron mensajes de cariño en las redes. “Elliot manda”, escribió Miley Cyrus. El primer ministro canadiense Justin Trudeau y la ex secretaria de Estado norteamericana Hillary Clinton también sumaron sus voces. “Gracias, Elliot. Te amamos”, dijo su compatriota.
Como contó entonces, el recorrido había comenzado cuando pudo amarse él mismo y abrazar a quién realmente era. Y junto con eso el compromiso para abrazar a otras personas para que se sintieran menos solas en su transición: “Sepan que los veo, los amo y voy a hacer todo lo que esté a mi alcance para que este mundo sea un lugar mejor”.
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