Luka Magnotta se ganaba la vida como actor porno y taxi boy bisexual. Ya había levantado la sospecha de las autoridades de Canadá por sus videos en los que maltrataba animales. El joven se grababa y subía las imágenes a Youtube. Tenía miles de personas que lo reprobaba e insultaba. Pero también, otros que lo veían con cierto placer morboso. Así los views de sus “producciones” iban en ascenso.
Pero eso no le alcanzó al youtuber porno. En mayo de 2012, Luka Magnotta asesinó a un estudiante universitario llamado Jun Lin, cortó su cuerpo y envió sus extremidades por correo a todo Canadá, luego compartió un video en línea de sus crímenes titulado “un lunático, un picahielo”.
Antes de eso, el joven canadiense deambulaba por bares gays en busca de conquistas y trataba de ganarse la vida como actor porno. No era muy convocado en los sets triple X y muchas veces terminaba pidiendo plata por sexo o hasta robando a los hombres que seducía.
Un cuerpo esparcido por Canadá
El hombre que encontró la valija con el torso de la víctima, relató ese momento a la Justicia: “Salía un olor horrible. Llevaba en esa calle sin salida varios días. Lo había notado cada vez que me tocaba barrer la vereda”.
Cada mañana, el conserje del edificio salía a limpiar el frente del edificio. Había visto esa valija negra tirada junto al contenedor de basura en un clásico callejón de Montreal, parecido a los que se ven en las películas de Hollywood y que permiten que algún ladrón se esconda de la policía. El sitio estaba apenas a unas pocas cuadras de la casa del asesino, Luka Magnotta.
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Pero esa mañana fue diferente. Días antes había sentido un desagradable olor, pero lo atribuyó a la falta de recolección de la basura. Dio la vuelta a la esquina para terminar de limpiar y sintió un hedor asfixiante. Vomito a un costado contra una pared.
Juntó fuerzas y fue abrir la valija. El impacto fue total. El portero tardó apenas unos segundos en volver a vomitar. Pero antes pudo llegar a ver el torso cortado de un hombre con las extremidades arrancadas de cuajo.
Con muy pocos días de diferencia, las otras partes de la víctima aparecieron en distintas ciudades canadienses. Pero en este caso, no se hallaron cerca de la casa de Magnotta.
Por ejemplo, su pie izquierdo fue descubierto en un paquete envuelto por el correo, entregado en las oficinas del Primer Ministro de Canadá, fue interceptado por la guardia de la Casa de Gobierno. El paquete que llevaba la mano izquierda, en tanto, fue abierto en una de las sedes de un partido político de ese país.
Pasaban los días y el tema ganaba espacio en la tapa de los diarios y en los noticieros canadienses. Para el pie y la mano derecha de su víctima, Magnotta había elegido un destino mucho más truculento. Estas partes del cuerpo de Jun Lin llegaron a dos escuelas primarias llenas de niños en Vancouver.
Los colegios estaban comenzando el día cuando las directoras de los establecimientos hallaron los paquetes. Habían leído las noticias y visto en la televisión el caso del descuartizador de Montreal. Aún así, jamás imaginaron el horror que iban a vivir. Por suerte los chicos no llegaron a ver los restos de la víctima de Magnotta. Solo sintieron un olor putrefacto y vieron a sus maestras con los ojos rojizos.
Tras el primer impacto, la policía no tardó muchos días en hallar al asesino. Magnotta había filmado todo el crimen y lo había subido a Internet. En las imágenes, de unos 11 minutos, el actor porno se grabó a sí mismo cortando en pedazos a Jun Lin. Era el espanto.
La víctima de Magnotta
Jun Lin, de 33 años, era un joven gay introvertido que le costaba relacionarse y tener una pareja. Había salido del closet hacía poco y solo quería un amigo para poder hablar de su situación.
Lin era chino y estaba por primera vez en Montreal en un intercambio universitario. Se contactaron por una aplicación de citas para la comunidad gay y empezaron a hablar. Tenían muchas cosas en común y en ese primer momento, el joven oriental empezaba a pensar que le gustaba mucho estar en Canadá. Todavía no sabía lo que le esperaba.
Un amigo de Lin habló con la prensa de Montreal desde Pekín y contó cómo era la víctima: “Quería encontrar a alguien con algo en común. Pero él no se merecía esto”, relató entre lágrimas.
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Una vez detenido, Magnotta contó todos los detalles sobre cómo se conoció con su víctima. El actor porno había puesto un aviso en una app de citas para gays en el que describía que buscaba un hombre para una relación sexual casual con tintes sadomasoquistas. Recordó además que se vieron cara a cara, luego de chatear un par de veces, la noche del 24 de mayo del 2012. La misma noche que el actor porno mató y descuartizó a Jun Lin. ¿Cómo habrá sido el primer contacto entre los jóvenes? ¿En qué momento Lin habrá tomado conciencia del horror que le esperaba?
Antes de caer en la emboscada de Magnotta, Lin mandó un último mensaje de texto a las 21 horas. Unos días después, este amigo, horrorizado, volvió a ver a Lin en un video en el que era asesinado con el título: “Un lunático, un picahielos”.
En las imágenes que se mostraron durante el juicio al asesino se ve como Jun Lin fue desnudado y atado a los barrotes de una cama de una habitación que estaba a media luz. Apenas un foco iluminaba el colchón en el que estaba acostada la víctima.
Con Jun Lin atado y amordazado, Magnotta puso un disco de la banda New Order para inspirarse. Luego, miró a Lin a los ojos antes de asesinarlo con un picahielo y un cuchillo de cocina. Acto seguido, lo descuartizó con los mismos elementos.
Su sangriento y atroz raid no se detuvo en ese momento. Magnotta violó el cuerpo de Lin y una versión extendida de las imágenes a la que tuvo acceso la policía reveló que comió partes del cádaver de la víctima.
Asesino de gatitos
Antes del horror que causó el crimen y descuartizamiento de Jun Lin, Magnotta ya estaba en la mira de la policía canadiense. El actor porno se había filmado mientras torturaba y mataba unos gatos para generar contenidos para sus videos de Internet. Era el antecedente más cercano de lo que luego haría con el cuerpo del joven chino.
Menos de dos años antes del crimen de Lin, Magnotta había subido un video a Internet en el que asfixiaba hasta la muerte a dos gatitos atigrados con una aspiradora y una bolsa de plástico. De fondo se escuchaba New Order, igual que la noche que asesinó al estudiante chino.
Tanto fue la repercusión que llegó hasta convertirse en un documental de Netflix. En “No te metas con los gatos” se narra como un grupo de protectores de animales intenta dar con la identidad y el paradero de Magnotta antes de que siga matando gatos.
En el momento del juicio por el crimen de Lin, Magnotta fue evaluado por varios peritos psiquiatras. “Para el acusado, el problema era simplemente que la atención negativa es mejor que ninguna atención”. Había obtenido miles de views con sus imágenes de matanza de gatitos. Con Jun Lin fue por más.
Pese a los intentos de su defensa, el jurado no aceptó el argumento de que estaba loco. Así, en diciembre de 2014 fue condenado a cadena perpetua. Para la familia de Lin, el castigo de Luka Magnotta seguramente nunca será suficiente. “Jamás veré su rostro sonriente -dijo el padre de la víctima tras la sentencia-. No voy a poder escuchar su risa”.
Tras la condena, la vida de Magnotta en la cárcel transcurrió con muy bajo perfil. Pero el escándalo volvió a estallar durante el 2020 con la pandemia de coronavirus. En ese momento, medios canadienses revelaron el modo en que el asesino vivía en la cárcel.
El descuartizador tenía un amigo por correspondencia con el que había planificado una visita íntima en prisión. Para la ocasión, Magnotta alquiló películas y se hizo llevar comida especial por delivery.
Las fotografías tomadas dentro de la unidad de máxima seguridad en Quebec, que Magnotta describe como una universidad ya que las puertas de las celdas están abiertas “el 90 por ciento del tiempo”, lo muestran relajándose con Jonathan Lafrance-Rivard, quien fue encarcelado por tener relaciones sexuales con niños. Encerrado, sigue siendo un monstruo.
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