Casi una década antes de la desaparición de Madeleine McCann, la nena inglesa que se esfumó en un pueblo de playa de Portugal, ese país tuvo otro caso que tampoco tuvo una resolución.
Un nene anda en bicicleta en un pequeño pueblo portugués. Es primavera, la tibieza del sol le da en la cara y las calles están solitarias, sin los turistas clásicos del verano europeo.
Se trata de Rui Pedro Teixeira Mendonça, hijo de Filomena Teixeira. El chico que tenía 11 años cuando desapareció en Lousada, Portugal. El 4 de marzo de 1998, alrededor de las 14 horas, pedaleaba hacia la oficina de su madre para visitarla por sorpresa, ya que estaba cerca de su casa.
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La angustia de una madre
La mujer llamó a su hogar y desde allí, otro familiar le dijo que el chico había salido hacia su oficina. Eran unas pocas cuadras, no más de 10 o 15 minutos de bicicleta. Empieza a impacientarse. Camina de un lado a otro de su oficina. Mirá por la ventana varias veces a la calle solitaria de Lousada. Aún no sabe que nunca más volverá a ver con vida a su hijo.
Después con el tiempo, con la herida aún en carne en viva, Filomena recordará cada minuto que esperó a su hijo Rui Pedro en la oficina. Como las paredes que se le venían encima y cómo le costaba respirar. Ya imaginaba lo peor.
También recordará la última vez que escuchó su voz. Rui Pedro le preguntó si podía pasar la tarde con Alfonso Dias, su amigo, que tiene 21 años. Filomena se lo negó y dijo que si el niño quería, podía jugar en un campo cercano a la oficina.
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Esas palabras le retumbarán en la cabeza el resto de sus días. Muchas veces se preguntará ¿por qué no lo dejó jugar con su amigo? ¿Qué peligro sentía como madre?
La búsqueda de Rui Pedro
La pesquisa comenzó unas horas después de que Filomena se cansara de esperarlo en la oficina. Volvió corriendo a su casa. Hizo varias veces el mismo camino que el chico hacía con la bicicleta. Preguntó a los vecinos. Nadie había visto nada. Entonces intervino la policía y Filomena les habló de la solicitud que había hecho Rui de pasar el día con su amigo. Ese chico mayor del que tanto desconfiaba.
Alfonso fue interrogado y dijo que no sabía de la desaparición de Rui, pero sugirió que la policía “cerrara las fronteras”, porque quien estuviera con Rui podría salir del estado o incluso del país. Estos datos tan precisos hicieron sospechar a los efectivos. El joven quedó demorado un par de horas en la comisaría.
Los oficiales siguieron tirando del hilo del círculo cercano al joven amigo de Rui Pedro, el chico desaparecido. João Mendonça, primo del nene, informó a la policía de la implicación de Alcina Dias, una prostituta conocida por todos en el pueblo.
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Alfonso los había invitado a João y a Rui Pedro a conocerla. A que tengan un primer contacto sexual, algo muy común en los pueblos en la década del 90.
La mujer fue llevada a la comisaría de mala gana. Estuvo un par de horas dando vueltas hasta que confesó el hecho. “Me pagaron para tener sexo con Rui Pedro –reveló Alina, mientras mascaba chicle y se acomodaba la pollera diminuta-. El chico estaba muy asustado y llorando cuando salió del coche de Alfonso”.
Alina continuó con el relato ante la policía. “Intenté calmar al nene. Le pregunté si su mamá sabía que estaba conmigo y lo que estaba haciendo. Rui decía que no con la cabeza mientras lloraba. Después volvió al coche corriendo y nunca más lo volví a ver”.
El caso tuvo repercusión mediática. En todo Portugal se hablaba del chico que se lo había tragado la tierra en un pequeño pueblo de playa. Un mes después de su desaparición, en abril de 1998, el comentarista político Nuno Rogério viajó a Disney París con su familia.
La foto de Rui Pedro
Durante el viaje, la familia de Rogério tomó varias fotografías mientras paseaban; en una de ellas aparece un niño sentado detrás de la familia que se parecía mucho a Rui Pedro.
En la imagen se ve a un nene con cara seria, sentado al lado de un hombre de unos 40 años que lleva una campera roja. La policía portuguesa confiscó las fotos para su posterior análisis, pero no ha habido ningún avance al respecto.
Filomena dudaba. Había días que miraba la foto y veía a su hijo, y otras era un nene desconocido quien estaba con el hombre en un juego de Disney París. Rui Pedro siempre le había pedido conocer ese lugar. ¿Lo habrán llevado engañado? Volvía a repasar la última charla telefónica con su hijo, pero ya empezaba a olvidar su voz. ¿Cuánto tiempo una persona recuerda la voz de un ser querido?
El 1 de septiembre del mismo año, se llevó a cabo una operación internacional contra la pornografía infantil. El grupo era conocido como “The Wonderland Club”. Rui se encontraba entre los 1.263 niños que aparecían en los más de 750.000 videos e imágenes que la policía consiguió comprobar que pertenecían a la red.
Según algunas fuentes citadas por los medios portugueses de le época, había un pedófilo de The Wonderland Club que vivía en ese país en esa época, pero la policía portuguesa desestimó estas pruebas. Nunca avanzó con esa pata de la investigación. No tiro de ese hilo, quizás por temor a toparse con alguien muy poderoso.
Apenas desapareció, el nene portugués, sus amigos denunciaron ante la policía que Alfonso estaba obsesionado con Rui. Conocía todo sobre su vida. Dónde y con quién estaba. Casi todos los días aparecía muy cerca de Rui Pedro.
Era una amistad rara al menos, debido a la diferencia de edad. Alfonso tenía 21 años y Rui Pedro 11. Por eso, la tarde de su desaparición, Filomena le había prohibido a su hijo que viera a ese hombre que estaba tan interesado en ser su amigo.
En ese primer momento, la policía portuguesa descartó estos indicios. Jamás se preguntó por qué un hombre mayor estaba interesado en mantener una amistad con un nene. Recién en 2011, casi 15 años después, consideró a estos niños como testigos fiables.
La prostituta intentó hacer una declaración a la policía, pero como no identificó a Alfonso Dias por su nombre, nunca fue escuchada. En 2012, Afonso fue absuelto por falta de pruebas.
En 2014, Alfonso fue juzgado de nuevo y condenado a tres años de prisión por obligar a Rui a mantener una relación sexual con Alcina, pero nunca como responsable de la desaparición del niño. Alfonso fue encarcelado durante dos años, quedando en libertad tras cumplir dos tercios de la condena por buena conducta. También se declara inocente sobre la desaparición del niño.
Filomena, la madre de Rui, habló de cómo las autoridades ignoraron varias pistas, sin hacer nada. Entonces, la mujer empezó a actuar por su cuenta para encontrar a su hijo, incluso saliendo del país.
Filomena sigue esperando a Rui Pedro
El 28 de enero de 2020, Rui Pedro hubiera cumplido 33 años y su madre, una vez más, lo recordó. La mujer escribió una carta en las redes sociales. “Y ahora, a los 33 años, ¿cómo te ves? ¡Felicidades, hijo mío! Estés donde estés, recibe este fuerte abrazo de nuestra parte… y muchos besos”.
Filomena contó que el abuelo de Rui Pedro se gastó todo el dinero que pudo en buscar a su nieto, para aliviar el dolor de la familia. Junto al hombre, Filomena vio videos de pedofilia a ver si podía reconocer a su hijo.
“Me mostraban niños siendo violados y ellos deleitándose con el llanto. Se masturbarían a costa de eso. Estuve observando las imágenes, para ver si alguna era mía, y llegué a un punto en el que ya no podía hacerlo”, recordó Filomena sobre la odisea que vivió junto al abuelo del nene.
La policía ya no lo busca, pasaron casi 25 años. Los oficiales creen que después de ser secuestrado y forzado a participar en escenas de pornografía infantil, Rui Pedro fue asesinado. Su mamá Filomena, en tanto, no pierde las esperanzas de saber lo que pasó con su hijo. Todavía, a veces mira por la ventana de su casa y se sobresalta cuando ve pasar a un nene en bicicleta.
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