El joven que asesinó a una pareja en la calle al azar, les comió la cara y no irá preso

Austin Harrouff atacó a Michelle y John Stevens en la puerta de su casa de Miami. Los golpeó con un machete y los apuñaló con un cuchillo en 2016. Ahora, un juez decidió que deberá ser internado en un psiquiátrico

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Austin Harrouff es transportado por detectives a la cárcel del condado de Martin desde el Hospital St. Mary's en Stuart, Florida. (Richard Graulich/Palm Beach Post via AP)
Austin Harrouff es transportado por detectives a la cárcel del condado de Martin desde el Hospital St. Mary's en Stuart, Florida. (Richard Graulich/Palm Beach Post via AP)

Una pareja caminaba por las calles de Miami, Florida, una tarde caribeña de sol sin saber qué le deparaba su futuro cercano. No tenían ni idea lo cerca que estaban de su cruento final. Se cruzaron con un joven de 23 años que deambulaba en sentido contrario por la vereda. Sin mediar palabra Austin Harouff los atacó, los mató a golpes en muy pocos minutos y hasta le dio varios mordiscones en la cara.

Harrouff era un fornido adolescente que jugaba al fútbol americano en su preparatoria. Hasta ese momento llevaba una vida normal de un chico de Miami, o al menos eso aparentaba. Detrás de esa melena rubia y ese cuerpo inflado para jugar de defensa de su equipo, se escondía una persona desequilibrada que escuchaba voces, se creía perro o que tenía superpoderes.

Un ataque de locura y al azar

El psiquiatra de la fiscalía, el perito Gregory C. Landrum, afirmó tras hacerle varias entrevistas que el estudiante universitario de Florida estaba legalmente loco cuando atacó fatalmente a Michelle y John Stevens frente a su casa en agosto de 2016.

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Tras cometer los dos crímenes, Austin le rogó a los agentes que lo mataran después de que lo sacaron a la fuerza de arriba de los cuerpos de la pareja: “Comí algo malo”. Le había mordido la cara y masticado la carne de la cara de John Stevens.

Michelle y John Stevens fueron asesinados por Austin en la puerta de su casa en Miami
Michelle y John Stevens fueron asesinados por Austin en la puerta de su casa en Miami

Los hallazgos muestran que Harrouff, que entonces tenía 19 años, creía que Dios y los demonios le estaban hablando y tenía una paranoia creciente y otras alucinaciones en el período previo a los asesinatos.

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La noche que eligió al azar a Michelle y John Stevens, su madre lo había encontrado en su casa bebiendo aceite de cocina mezclado con queso parmesano. En el juicio que el extraño brebaje estaba enriquecido con hongos alucinógenos que le hicieron detonar su brote psicótico. Antes de eso, había discutido con su padre en un restaurante cercano y había vuelto corriendo a su casa.

Mientras se vestía para la cena con su padre, se puso una camiseta de Michael Vick, el mariscal de campo de Philadelphia Eagles, porque los “espíritus de los perros” le dijeron que lo hiciera y dijo que lo hacía sentir invencible, relata el informe de la pericia psiquiátrica presentado ante el juez. Incluso mientras estaba con su padre, Harrouff afirmó sentir que él era la “muerte” y que “el tiempo se detuvo”. También afirma haber escuchado voces en su cabeza que decían repetidamente “Soy pecado y tengo el control”.

Austin no escuchó los pedidos de su mamá que intentó cerrarle la puerta de la casa y el chico salió a la vereda a caminar sin rumbo fijo con un cuchillo y un sacacorchos en sus bolsillos. Con los ojos desorbitados, Harrouff movía los pies en forma mecánica hasta que se cruzó con los Stevens.

Un vecino de las víctimas, Jeffrey Fisher, de 47 años, que fue el que llamó a la línea de emergencia 911 para alertar a la Policía, fue también apuñalado en varias ocasiones por el joven al tratar de defender al matrimonio (Foto cortesía de la Oficina del Sheriff del Condado de Martin)
Un vecino de las víctimas, Jeffrey Fisher, de 47 años, que fue el que llamó a la línea de emergencia 911 para alertar a la Policía, fue también apuñalado en varias ocasiones por el joven al tratar de defender al matrimonio (Foto cortesía de la Oficina del Sheriff del Condado de Martin)

Qué dijeron los peritos

La conclusión de Landrum fue que Harrouff fue “incapaz de distinguir el bien del mal” cuando mató a la pareja, el estándar legal en Florida para ser declarado no culpable por demencia.

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Un vecino de las víctimas, Jeffrey Fisher, de 47 años, que fue el que llamó a la línea de emergencia 911 para alertar a la Policía, fue también apuñalado en varias ocasiones por el joven al tratar de defender al matrimonio.

Harrouff “tiene una enfermedad mental y, debido a eso, es manifiestamente peligroso para sí mismo y para los demás”, escribió Landrum. La abogada defensora Nellie L. King recibió con satisfacción el hallazgo de Landrum, aunque entendió que “puede brindar poco consuelo a las familias de las víctimas”.

Cuando los agentes del alguacil del condado de Martin llegaron a la puerta casa de los Stevens al norte de Palm Beach la noche del 15 de agosto de 2016, encontraron una escena horrible, según muestran documentos judiciales, grabaciones y fotografías.

Durante el juicio se reveló que Harrouff tiene un historial de abuso de alcohol y drogas, que incluyen una larga lista de sustancias que van desde la cocaína, metanfetamina y otros estimulantes y alucinógenos como los hongos
Durante el juicio se reveló que Harrouff tiene un historial de abuso de alcohol y drogas, que incluyen una larga lista de sustancias que van desde la cocaína, metanfetamina y otros estimulantes y alucinógenos como los hongos

Una escena de terror

Michelle Stevens, de 53 años, yacía destrozada y muerta en el garaje y Harrouff, entonces estudiante de ciencias del ejercicio muscular en la Universidad Estatal de Florida, estaba atacando y mordiendo a su esposo de 59 años en el camino de entrada.

Un agente lo apuntó con un arma y le ordenó a Austin que se alejara del cuerpo de John, pero el joven seguía aferrado con sus dientes a la cara del hombre. Entonces, el policía lo atacó con una pistola paralizante eléctrica. Aun así, Harrouff seguía con la boca sobre la cara de su víctima.

Finalmente, llegó un oficial con un perro y sus mordeduras permitieron a los oficiales someter a Harrouff, quien no tenía antecedentes de arresto anteriores. Apenas soltó el cuerpo de Stevens, Austin dijo: “Ayúdenme, comí algo malo” y luego admitió que eran “humanos” mientras escupía un trozo de carne empapado en sangre.

Durante el juicio se reveló que Harrouff tiene un historial de abuso de alcohol y drogas, que incluyen una larga lista de sustancias que van desde la cocaína, metanfetamina y otros estimulantes y alucinógenos como los hongos. Sin embargo, los análisis de sangre posteriores a su brote psicótico y su ataque solo encontraron marihuana en sus venas.

Los médicos que testificaron antes de la fase oral del juicio en favor del joven dijeron que estaba en medio de un episodio psicótico “agudo” y se creía “mitad hombre, mitad perro” cuando atacó al matrimonio.

El perito psiquiatra escribió que Harrouff en una entrevista le dijo que en las semanas previas a los asesinatos había comenzado a experimentar delirios de grandeza durante el día y paranoia por la noche
El perito psiquiatra escribió que Harrouff en una entrevista le dijo que en las semanas previas a los asesinatos había comenzado a experimentar delirios de grandeza durante el día y paranoia por la noche

El perito psiquiatra escribió que Harrouff en una entrevista le dijo que en las semanas previas a los asesinatos había comenzado a experimentar delirios de grandeza durante el día y paranoia por la noche. Además, confesó que sentía que tenía las ‘habilidades especiales’ de Jesús mientras trabajaba como asistente dental y que bendijo los instrumentos dentales echándoles agua.

Harrouff le dijo a Landrum que el día anterior a los asesinatos sintió que los “espíritus de los perros” se habían convertido en parte de él y que tenía nueva fuerza y agilidad. También, le explicó que “el problema era que estaba huyendo de un demonio al que llamó ‘Daniel’.

Sobre los atroces crímenes de los Stevens sostuvo que recuerda tener un machete en la mano y apuñalar a una mujer: “era como si estuviera cubierta por la oscuridad”.

Sobre John, Austin resaltó que estaba ‘blanco brillante’ y comenzó a apuñalarlo y morderlo. Recuerda que bebió un líquido, clamó a Dios para que lo salvara y se sintió como un perro antes de perder el conocimiento.

De la cárcel a un psiquiátrico

Un juez aceptó el lunes un acuerdo de culpabilidad para enviar a un hospital psiquiátrico a un hombre que mató al azar a una pareja en Florida en su garaje hace seis años para luego morder el rostro de una de las víctimas. Es decir que ya no volverá a la cárcel.

Austin Harrouff, de 19 años,  asesinó a John Stevens y a su esposa
Austin Harrouff, de 19 años, asesinó a John Stevens y a su esposa

Austin Harrouff, 25, se declaró inocente por razones de demencia de dos cargos de asesinato en primer grado y otros cargos por las muertes de la pareja Stevens, ocurridas en 2016. También hirió gravemente a un vecino que trató de ayudar a la pareja.

Harrouff, exalumno de la Universidad Estatal de Florida, será internado en un hospital psiquiátrico hasta que los médicos y un juez determinen que ya no es peligroso. En caso de que el juicio hubiese continuado, Harrouff habría enfrentado cadena perpetua.

El juez dijo que Harrouff permanecerá en la cárcel del condado Martin hasta que sea trasladado a un centro de salud mental supervisado por el Departamento de Niños y Familias de Florida. Bauer agregó que no podrá salir de las instalaciones sin una orden judicial.

Dos expertos en salud mental, uno contratado por la defensa y otro por los fiscales, examinaron a Harrouff y hallaron que sufrió un episodio psicótico agudo durante el ataque y que no pudo distinguir entre lo que está bien y lo que está mal.

El juicio se había postergado debido a la pandemia, las disputas legales y el proceso de recuperación de Harrouff de las lesiones graves que sufrió por beber una sustancia química durante el ataque.

Bajo la ley de Florida, se presume que los acusados están cuerdos, por lo que Harrouff debía presentar pruebas “claras y convincentes” para demostrar que tuvo un colapso mental severo que le impidió comprender las acciones que cometía o que estas no eran correctas.

Harrouff ha dicho que huía de un demonio cuando cometió el ataque. Los padres de Harrouff, que están divorciados, y otras personas afirman que el acusado mostró una conducta extraña por semanas. Antes del ataque, sus padres habían sacado una cita para que fuera evaluado.

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