El sábado 24 de septiembre la noticia interrumpió la siesta y se esparció rápidamente por los medios de todo el país. Faltaban cuatro días para que se cumplieran 14 años de la desaparición de Sofía Herrera y su mamá, María Elena Delgado, decía algo que pocas veces se le había escuchado decir.
“La veo recontra parecida a mi hija”, repite ahora a Infobae desde Río Grande, Tierra del Fuego, donde desapareció su hija y donde todavía vive. Se refiere a una adolescente de San Juan de 17 años, la misma edad que tendría hoy Sofía, “que en diciembre cumple los 18″, dice ella, sin aclarar “en caso de que esté viva”.
Así como muchas de las pistas que le llegaron a lo largo de estos 14 años fueron fáciles de descartar (alguien que no se parecía a Sofía o tenía claramente otra edad), esta vez había variables diferentes.
No sólo coincidía la edad (las dos tienen 17 años, aunque están anotadas con 4 meses de diferencia) sino que se parecía mucho físicamente. Además, se trataba de una adolescente adoptada.
Tal vez porque no había visto a ninguna niña que realmente la hiciera dudar, María Elena nunca había pedido un ADN a la Justicia. En 2018, de hecho, cuando el país entero creyó que la habían encontrado en San Luis (#SofíaHerrera” y #apareció fueron tendencia en Twitter durante horas) ella dijo a Infobae: “No tengo ninguna esperanza”.
Había una razón: ella misma había visto la foto de la nena de San Luis y la había descartado cuatro años antes. Era una pista vieja. Esta vez, en cambio, recibió las fotos y se llenó de dudas.
“Me escribió una mujer por Facebook en marzo y me dijo que quería hablar conmigo por teléfono. Cuando me llamó, me contó la historia de esta chica adoptada que vivía en el mismo barrio que ella. Me dijo que dudaba desde hacía muchos años pero que no se animaba a hablar porque en su familia le decían ‘te vas a meter en un quilombo’ ‘’, cuenta.
Esta persona, además, le envió fotos de la chica cuando tenía 5 o 6 años, cuando era un poco más grande y actuales, de la adolescencia. María Elena y su marido, Fabián Herrera, también notaron el parecido físico pero, por temor a que sus ganas de encontrar a Sofía los estuvieran traicionando, le pidieron opinión a otras personas.
“La gente misma que investiga en la causa me dice ‘es la nena más parecida que trabajamos hasta ahora’, pidan un ADN”, sigue ella. Si bien la familia, que es querellante en la causa, no había pedido nunca un cotejo, la Justicia sí había ordenado el análisis al menos dos veces.
“Una vez se lo hicieron a una nena de Cura Brochero, en Córdoba. Era una chiquita de 7, 8 años que andaba con una señora grande, como de 60, que decía que era su mamá. Yo no lo pedí porque aunque la historia fuera rara no la veía parecida en nada a mi hija”, recuerda.
“La segunda vez fue en Buenos Aires, a una chica a la que habían dejado abandonada en la clínica Avril. Tampoco se parecía a Sofi. Se hizo por orden de la Justicia, también dio negativo”.
Pasó más de un mes de la noticia que interrumpió la siesta y María Elena no tiene demasiadas respuestas para la pregunta de Infobae. ¿Por qué las noticias también decían que la Justicia de Tierra del Fuego ya había desestimado la posibilidad de hacer el análisis de ADN?
“Me dijeron que los papeles de adopción dicen que no es. ¿Y si son truchos los papeles? Yo voy a seguir insistiendo”.
Quien responde a las preguntas es el juez Daniel Césari Hernández, el encargado de hacer lugar o no al pedido de hacer un ADN que hace pocas semanas ya solicitó la Fiscalía.
ADN, ¿sí o no?
Son las 9 de la noche cuando el doctor Césari contesta el mensaje. Está de turno y en Tierra del Fuego hubo un doble homicidio y un femicidio, dos hechos inusuales para una provincia, por lo general, calma.
“Hasta el momento establecimos que se trata de una chica que fue adoptada dos años y medio antes de la desaparición de Sofía Herrera”, explica. No es que le pidieron la documentación a la familia de la adolescente.
“Tuvimos comunicación directa con la Dirección del Registro Civil de la provincia donde está asentada, no sólo la partida de nacimiento, sino también el acta de adopción plena. La chica atravesó un proceso judicial de adopción y nos han remitido esa sentencia, que se tramitó ante un Juzgado de Familia de San Juan. Hasta el momento nadie planteó que esa documentación podría ser falsa”.
Esos papeles, sigue el juez, debilitaron mucho las sospechas. “Es cierto que hay semejanzas con las fotografías de Sofía cuando era chiquita, sí. Y hay semejanzas con el dibujo, pero uno no puede perder de vista que la imagen que tenemos de cómo sería Sofía hoy es una hipótesis. Científicamente llevada a cabo, pero es una hipótesis gráfica. En el caso de que estuviera con vida, no sabemos cómo es”.
Se refiere a que Sofía Herrera desapareció del camping al que había ido con sus padres y otro matrimonio cuando tenía 3 años y 8 meses, por lo que lo único que hoy tienen es una proyección digital (basada en los rasgos de sus familiares directos) de cómo se vería.
“Comparar a un ser humano real con una proyección gráfica impone cautela”, sigue. “Del otro lado hay una adolescente que es menor de edad, por lo tanto también hay que preservarla. Estamos hablando de una niña en una familia constituida”, explica.
María Elena dice “lo que menos quiero es incomodar a la familia o a esa criatura. Pero un análisis de ADN no tiene por qué ser traumático. Les pido que entiendan que yo no puedo seguir viviendo con esta duda”, sigue.
Como apenas trascendió la noticia también se publicó que la Justicia local ya había descartado la posibilidad de hacer el cotejo, ella llevó su reclamo al ministro de Seguridad, Aníbal Fernández.
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“Dijo que no había ningún problema, que se iba a pedir. Quedamos en contacto”, aseguró la mujer a Radio Fueguina. Unos días después, el ministerio de Seguridad de la Nación anunció que había decidido elevar a 5 millones de pesos la recompensa para quienes aporten datos útiles (antes era de un millón).
La Fiscalía piensa lo mismo que ella por eso hace dos semanas hizo un pedido que ahora debe evaluar el tribunal, es decir, el juez Césari.
— ¿Sabemos si esa familia está de acuerdo en hacerle un ADN a su hija?
— Sería fantástico— responde el juez.
— ¿Pero se niegan?
— No quiero entrar en el campo de intimidad de una familia, sólo le digo que si uno va a una casa y le abren la puerta no tiene que allanar.
— ¿Se puede hacer un ADN compulsivo si se niegan?
—El ADN compulsivo por supuesto que existe pero para que un juez tome una decisión así tiene que tener fundamentos y yo, hasta el momento, lo que tengo es una niña registrada en una adopción dos años y medio antes de que desapareciera Sofía.
La pelota, ahora, está de su lado de la cancha. Es él quien debe decidir si hace lugar al pedido de ADN y, en caso de que considere que tiene fundamentos, debe solicitárselo al juez de San Juan. Es ese otro magistrado quien debe decidir, luego, si le da curso o lo rechaza.
“Yo entiendo todo, pero acá hay una familia que espera a su hija hace 14 años”, se despide María Elena. “A los jueces y a esa otra familia sólo les pido que se pongan en mi lugar, 5 minutos, pero que se pongan en mi lugar”.
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