Recibir el nombre de una ciudad o un pueblo, como en este caso, no es una moda actual. Winona Laura Horowitz, conocida artísticamente como Winona Ryder, lleva el nombre de un encantador pueblo vecino a su Olmsted County natal, en el estado de Minnesota. Winona es un lugar muy animado por su actividad cultural, a orillas del largo río Misisipi. Ella nació a pocos kilómetros de ese lugar un 29 de octubre de 1971. Sus padres que eran escritores y editores, llevaban una vida de estilo hippie. En su casa no había televisión y ella era una voraz lectora. A los 10, Noni, como la llamaban, ya leía a Salinger.
Según la estrella de Stranger Things sus padres aún continúan “locamente enamorados” y son un ejemplo de pareja tan idílico que le puso la vara alta a lo que ella entiende por amor. Su madre Cindy, de ascendencia rumana, es budista de religión. Su padre Michael Horowitz, que además de escritor, es publicista y librero anticuario, es ateo. Como sus abuelos era inmigrantes judíos de Rusia y parte de su familia murió en el Holocausto, Winona decidió adoptar el judaísmo. En ese contexto, la infancia de Winona estuvo marcada por un ambiente libre, de artistas y poetas que frecuentaban su casa, donde era común que se juntaran a experimentar drogas. La actriz tiene un medio hermano mayor, llamado Jubal, una medio hermana pequeña, de nombre Sunyata y un hermano menor, Yuri.
De chica, según una anécdota que compartió en Twitter, sufrió de bullying y por esa razón, terminó sus estudios en su casa. Lo que le sucedió fue bastante grave. Un grupo de adolescentes le dio una paliza, pero antes se burlaron por cómo vestía y su pelo cortito. “Yo llevaba una camiseta masculina del Salvation Army. Mientras iba al baño, oí a alguien decir ‘eh, lesbiana’. Me golpearon la cabeza. Caí al suelo y empezaron a pegarme. Tuvieron que darme puntos”, reveló.
El viral que se dio en la red social se debió a que contó que volvió a toparse con una de las chicas de la escuela que había participado de la golpiza. Quien pudiera haber estado ahí para verlo.
Así lo contó: “Me encontré con una de las que me había pegado y me dijo: ‘Winona, Winona, ¿me firmás un autógrafo?’ Y le dije, ‘¿Te acordás de mí? ¿Te acordás cuando en la escuela le pegaste a una nena?’, y respondió, ‘Más o menos’. Así que le dije: ‘Esa era yo. Andate a la mierda’”.
A los 12 años casi se ahoga. De ahí que arrastre otro trauma. Salió a la luz cuando se le complicó repetir unas tomas de Alien: Resurreción en una escena bajo el agua.
Su cleptomanía no se sabe desde cuándo empezó a padecerla. Era un 12 de diciembre de 2001 cuando la pescaron en la tienda Sack Fifth Avenue de Beverly Hills intentando llevarse ropa y accesorios por un total de 4700 dólares, sin pasar por la caja. Las cámaras la captaron cargadísima, lidiando con el tamaño de grandes fundas, que volvía a acomodar una y otra vez sobre una cartera. Cuando cruza la puerta de la tienda, dos hombres de seguridad salen para retenerla. Venían casi pisándole los talones. Unos empleados de Sacks aseguraban haberla visto arrancar alarmas, cortar etiquetas con una tijera y meter las prendas en una cartera.
Si ya era una mega estrella, con esa exposición mediática, porque el video de las cámaras dio la vuelta al mundo, su fama llegó a otro nivel. Winona Ryder, en lo más alto de su carrera artística, cuando era millonaria, estaba robando en una tienda lujosa. Ninguno de la Generación X podrá olvidarlo. Fue condenada a tres años de libertad condicional, 10 mil dólares de multa, 480 horas de servicio comunitario y terapia psicológica.
En una entrevista que dio a la revista Net-A-Porter dijo que fue demasiado el ruido que había generado el incidente, totalmente exagerado, en proporción. “Tampoco fue el crimen del siglo”, lanzó. Ese día marcó un antes y un después en su vida. Su regreso a a la industria, que ya no la miraba con buenos ojos, porque le desconfiaba, fue por un largo y sinuoso camino, y nunca volvió a ocupar ese lugar tan relevante que se había ganado a fuerza de talento.
También manifestó que esa situación le sirvió para ordenarse en lo personal. Fue una tocada de fondo que le permitió reflexionar sobre sus malos hábitos. Vivía tomando tranquilizantes y analgésicos, a partir de una fractura que tuvo en un brazo, que le generaron adicción. Estaba embotada ese día, explicó. “Mucha gente tenía la percepción de que simplemente desaparecí en la década de 2000. Y lo hice, pero solo de ese mundo. Aparecí en otro lado. Me transformé para hacer cosas que realmente quería hacer. Fue un gran despertar”, dijo en esa entrevista.
El cine era su hábitat natural ya que su debut fue a los 12. Su primera película importante la rodó a los 17 años bajo la dirección de Tim Burton, en Beetlejuice (1988) y después, con el mismo director hizo El joven manos de tijeras, junto a Johnny Depp, con quien conformó la pareja más cool del planeta. Ya lo conocía de antes. Habían coincidido en la premiere de Bolas de Fuego (1989), la película sobre la vida del músico Jerry Lee Lewis, quien murió ayer, a los 87 años. En esa biopic, Winona interpretaba a la prima y esposa de 13 años del músico que marcó la década del 50 como un pionero del rock puro. En ese estreno tuvieron un amor a primera vista. Al año siguiente se comprometieron, él se tatuó en su brazo Winona Forever y estuvieron juntos durante cuatro años. El tatuaje de Depp, después de la ruptura quedó en Wino Forever (borracho por siempre).
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La cantante Courtney Love solía decir que para ser alguien en el mundo del rock en los noventas había que hacer dos cosas: pelearse con ella y acostarse con Winona.
En 1990 filmó junto a Cher, Sirenas. Quedó en el recuerdo una conferencia de prensa durante la gira promocional cuando alguien le preguntó a la actriz por qué siempre interpretaba a adolescentes. Y ella respondió: “Como tengo 19 años, qué se supone que debo hacer ¿de juez?”. En 1992 filmó Drácula con Francis Ford Coppola, junto a dos actores enormes, Gary Oldman y Anthony Hopkins. Y los títulos de grandes producciones continuaron: La edad de la inocencia (1993), La casa de los espíritus (1993), Reality Bites (1994), Mujercitas (1994), Inocencia Interrumpida (1999). Por esta última película recibió un Globo de oro como mejor actriz.
Después de esos años duros, de mantenerse alejada de la pantalla, obligada, porque fue cancelada, tuvo una nueva oportunidad para volver a demostrar su talento. Fue en la película Cisne Negro, en la que interpretó a una ex estrella de ballet que era reemplazada por una bailarina más joven (Natalie Portman). Ryder asegura que ahora solo trabaja en lo que le entusiasma. En época de series Stranger Things le vino como anillo al dedo porque es una serie joven, con una enorme audiencia, en un género que le sienta muy bien. Desempeña el rol de la madre de uno de los protagonistas, por el que en 2017 obtuvo el premio como mejor actriz en el Sindicato de Actores.
Con la edad dice llevarse muy bien. Y por más que le señalen las arrugas en la frente, no hace caso. “Me dicen que me ocupe de eso’ Pero yo digo ‘¡No! ¡Estuve esperando tanto tiempo para que eso suceda!”, asegura. Es que siempre estuvo acostumbrada a ser la más chica del set y hoy se siente a gusto con su madurez.
En esta vida más equilibrada, uno de sus pasatiempos favoritos es coleccionar objetos de personajes históricos de diferentes partes del mundo. Por ejemplo, en su casa tiene unos bongos del trompetista Louis Armstrong, la blusa de Olivia de Havilland, en Lo que el viento se llevó, un vestido de Leslie Caron en Un americano en París, la bikini de Sandra Dee, la película Tammy.
Desde 2011 tiene una relación estable con un diseñador de moda Scott Mackinlay Hahn, propietario de las marcas de ropa Rogan, Egan y Loomstate. La pareja vive entre Nueva York y Beverly Hills. La mayor parte del tiempo transcurre en la Gran Manzana, donde sienten que pueden disfrutar de una vida más anónima. La casa de Los Ángeles, de estilo mediterráneo, se reserva para los temas laborales. Solo lo necesario porque ella no quiere saber nada con el estilo de vida de Hollywood. Cree que la gente ahí puede ser muy mala.
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