Es parisino, tiene 24 años y vive en Buenos Aires, donde planea quedarse para siempre. Vive lidiando con su nombre y apellido, que nadie sabe pronunciar, ni menos escribir: Ladislas d’Herbigny. Por eso, en su cuenta de TikTok, se puso otro nombre, más fácil @Ladistino. Lo siguen 450 mil personas. Su descripción dice: Parisino de sangre, sudamericano de corazón.
Primero se enamoró de América Latina y más tarde lo hizo de la Argentina. Eligió aprender a hablar español a lo porteño, porque le pareció más seductor.
Ladislas d’Herbigny manifiesta un amor tan profundo por la Argentina pocas veces visto. Lo suyo es una declaración de amor al país. Y es tanta la emoción que le despierta que se tatuó el sello del pasaporte de la entrada a la Argentina en el brazo, donde también tiene el mapa de Sudamérica y el mate. Llegó a Buenos Aires un 25 de diciembre de 2021 y desde esa fecha sigue en estas tierras feliz y contento. Pero tendrá que regresar a Francia para terminar sus estudios de Comercio. Son 9 meses que le esperan para tomar la decisión final, si se queda con la Torre Eiffel o el Obelisco.
En 2014, Ladislas hizo su primer desembarco en América del Sur. Fue un intercambio de estudios en Perú y en ese viaje de tres semanas se enamoró de los paisajes, pero en especial de la formar de ser de la gente de América latina. " Me enamoré de América del Sur”, expresa.
Ya en ese momento había oído hablar que de la Argentina era una mezcla de América Latina y Europa y eso le llamó mucho la atención.
Durante la pandemia empezó a estudiar en la Argentina, pero de manera online en la UCA. Intentó venir a estudiar al país en forma presencial, pero por las medidas del Covid no lo dejaron entrar. “Así que estudié todo ese año on line. De París fui a Bolivia, pensando en que iba a quedarme solo dos semanas antes de entrar a la Argentina y al final me quedé tres meses y después viajé a Paraguay, y me quedé otros cuatro meses. A la Argentina no me dejaron entrar. Así que me volví a Francia”, relata.
Después le surgió la posibilidad de volver a estudiar en otro país, de su máster en Comercio Internacional, pero no pudo hacerlo en la Argentina, sino en Perú. Pero lo hace online desde Buenos Aires. El quiere estar acá y se plantea vivir para siempre.
Finalmente pudo ingresar a la Argentina. Llegó en la última Navidad y le colocaron ese sello en el pasaporte que después replicó con tinta en su piel. “Estoy en mi primer viaje, nunca me fui. Sigo aquí desde el día de Navidad y la estoy pasando increíble. Vivo en Palermo Hollywood. Cambié de alojamiento tres veces pero siempre dentro del barrio. Me gusta mucho su vida, siempre hay cosas para hacer, mucho movimiento. Conseguí trabajo en el microcentro, en el área comercial y de marketing de una empresa, y lo que tengo para decir es que me gusta todo. La estoy pasando muy bien. Me falta mucho para conocer el país, que es gigante. Fui a Bariloche, Mendoza e Iguazú”, enumera.
Cuando llegó a la Argentina, tuvo la cita más loca de su vida. El francés compartió su historia en las redes sociales. “Antes de venir, estando en París, puse la localización de una aplicación de citas en Buenos Aires para conocer gente, sociabilizar porque es complicado irte a otro país y no conocer a nadie”, explica. Así contactó con una chica con la que conversaba durante la cuarentena quien le propuso pasar una semana en Bariloche.
“Ella estaba en Buenos Aires. Yo en París. Hemos tenido contactos, pero unas semanas antes de viajar, me di cuenta de que tenía novio. Pero no estaba del todo seguro. Llegué y nos encontramos en el aeropuerto, donde la vi por primera vez. Mis amigos de Francia me decían que era todo una locura, porque una semana era mucho tiempo. Y la verdad es que fue una aventura muy rara, a los tres días de llegar acá, cuando no conocía a nadie, tomarme una semana con una desconocida”, reflexiona. Pero fue una linda experiencia conocer Bariloche.
El clima en Bariloche no fue bueno y con ella “no hubo mucho feeling. Me di cuenta de que teníamos ondas diferentes”. Después de esa semana, no volvieron a verse.“Después de unos meses el novio me contactó por Instagram. No sabía qué había pasado en Bariloche. Ella decía que él no era su novio y él que sí. Le conté la verdad, que no pasó nada y que no tenía motivo para enojarse. Pero me parece que se separaron”, explica.
Se tatuó el mate en Paraguay un día en que perdió un vuelo a Colombia y estaba triste por no poder seguir viajando, mientras su familia le decía que tenía que volver a Francia. Tomó mate y eso lo reconfortó. El mate le había cambiado el ánimo. Y decidió que era momento de tatuárselo. “Empecé a tomar mate, en 2017 en París. Como soy hincha del PSG, vi a los jugadores uruguayos y argentinos que tomaban mate y quise hacer lo mismo. Miré en Youtube cómo se preparaba y me fui a comprar un mate en una tienda en París y solo el recipiente me salió 80 euros. Uno chiquitito y la yerba me salió muy cara. Al principio no me gustó tanto y seguí aprendiendo a armarlo bien. Hoy tomo mate todos los días. Me acostumbré. Y si no lo tomo, me siento cansando y siento que me hace falta”, asegura.
Otro tatuaje importante se lo hizo un 2 de abril en Buenos Aires. El mapa de América del Sur tan significativo para él que hacía años que lo tenía pendiente, donde también están las Islas Malvinas. “Me lo hice porque siento que las Malvinas permiten unir a la Argentina. Alguien me dijo que el país se une con el sentimiento hacia las Malvinas y la Selección Nacional”. El francés considera que, más allá de eso, la Argentina es un país muy unido, un pueblo orgulloso, feliz de ser argentino. Acá la gente ama su país, lo defiende. Dice que le gusta ver tanta gente con la bandera argentina en su ventana, tanto que puso una en su departamento. “Para mí es una linda bandera, me gusta mucho”.
En uno de sus últimos posteos de TikTok cuenta su primer robo padecido en el país. No fue nada violento, afortunadamente. Fue un taxista que intentaba cobrarle el doble, un día que hizo un viaje de 20 cuadras con unos franceses. Lo último que se esperaba el chofer era descubrir que uno de los franceses era un habitante de esta ciudad que ya estaba listo para enojarse como lo hacen los porteños.
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