La ceremonia de una boda en el Clan Kingston, no escapa de lo normal si se lo ve desde afuera. Una chica entra de blanco a una iglesia. Adentro la espera el novio en el altar. Cumplen con el rito y hasta se intercambian los anillos. Pero no todo es como se ve en esta secta escindida del culto mormón en Salt Lake City, estado de Utah, Estados Unidos. Se trata de una organización que acepta la poligamia y, es más, es totalmente endogámica. Las mujeres estan obligadas a casarse con hombres de “sangre Kingston pura”.
Bodas forzadas
Cuando una mujer cumple 14 años llega el momento de su boda. En ese momento, le dan una lista de hombres (todos familiares directos) y tiene que elegir a alguno de ellos como marido. Fue el caso de una chica a la que su tío de 42 años cortejó para convertirla en su tercera esposa.
Daniel Kingston, uno de los líderes de esta secta, tuvo más de 12 esposas y abusó de sus hijas. Además, aprobaba que sus hermanos mantuvieran relaciones sexuales con ellas, casándolas apenas cumplían los 14 años. Todo arrancó cuando en 1929, pleno crack y ley seca en Estados Unidos, el estado de Utah prohibió la poligamia y los mormones acataron esa norma. La familia Kingston quiso seguir bajo su propia ley y fundó su propia religión, que todos conocen como el Clan Kingston o La Orden.
La Orden predicaba la doctrina del incesto, los Kingston únicamente se casan con los Kingston, las mujeres no tenían ni voz ni voto y debían acatar lo que sus mayores dijeran, primordialmente sus padres.
Ahora, una chica llamada Braklyn denunció ante la Justicia de Estados Unidos a la secta y le brindó su testimonio a la BBC. Allí, la chica contó que fue violada por su esposo, que también era su primo. Cuando intentó quejarse ante los líderes del clan fue rechazada. Las mujeres, dentro de las leyes de los Kingston, no tienen espacio para ese tipo de manifestaciones. Son sometidas por sus maridos y deben responderle sexualmente. Su consentimiento es implícito. Todo estalló, según el testimonio de la chica al medio inglés, cuando su esposo-primo, abusó de su bebé frente a ella.
Escapar de la secta
Jessica, la mayor de las hermanas Kingston iba a casarse con su tío 28 años mayor que ella, pero le pidió ayuda a su tía con quien logró obtener una orden de restricción en contra de su propioo padre. Pelearon la custodia y consiguió deslindarse por completo de ellos, yendo a un hogar temporal. Posteriormente fue adoptada al cumplir 18 años.
Jessica, Shanell y Andrea son las tres jóvenes que lograron escapar de las garras de La Orden y pudieron evitar la poligamia y el incesto forzado. Desde su fuga en el 2013, recorrieron todos los medios de Estados Unidos denunciando los horrores de la secta.
Tras años viviendo bajo una doctrina que propicia el incesto –se estima que más de 200 medio hermanos son producto de la endogamia que persiste en la secta– y se fuerza a las mujeres a servir en relaciones poligámicas desde muy temprana edad, las tres hermanas decidieron escapar del régimen de su padre.
En el clan Kingston mandan los hombres, que pueden tener más de una esposa. En el caso de las mujeres, solo pueden tener un marido y están obligadas a casarse dentro de la familia para preservar la pureza. “Teníamos que tener la mayor cantidad de hijos posibles. No existía la chance de usar métodos anticonceptivos, ni negarse a tener sexo con nuestra pareja. En el caso de que se produjera un aborto espontáneo del embarazo éramos castigadas”, relató Jessica una vez que pudo escapar de la secta.
Shanell, otras de las chicas que logró escapar, relató en su momento en la TV estadounidense que “el día de su boda marcó el comienzo del abuso y su certificado de matrimonio hizo que le resultara aún más difícil escapar”. La chica todavía estaba en la escuela secundaria cuando su padre le dijo que necesitaba comenzar a orar sobre con quién casarse para poder ayudar a construir La Orden con su descendencia. “Nuestra única opción desde muy chicas es tener bebés porque así es como construimos el clan Kingston”, admitió Shanell, mientras su voz se quebraba en pleno horario central de la TV de Utah.
Las tres mujeres que lograron escapar de la secta confesaron que las reglas para cortejar en La Orden son estrictas. Las chicas se guardan su primer beso para el día de la boda y la pareja no se puede agarrar de la mano hasta el compromiso previo al casamiento. “Un chico me besó en la mejilla y me sentí culpable durante tres días seguidos. Sentís que te vas a ir al infierno”, relató Shanell.
En la mira de la Justicia
El clan Kingston estuvo en el radar de la Justicia de Estados Unidos al menos hace más de 20 años. Por ejemplo, dos hermanos que son miembros de alto rango de La Orden fueron condenados por 50 cargos de fraude fiscal en el 2019. Las acusaciones son contra Jacob e Isaiah Kingston, así como contra su madre Rachel y la esposa de Jacob, Sally.
Los dos hermanos son hijos de John Daniel Kingston, quien es líder de la secta y Rachel es una de sus 14 esposas, además de su prima segunda.
Jacob e Isiah están acusados de cometer una serie de delitos, que incluyen mentir a funcionarios gubernamentales, amenazar a testigos y falsificar documentos en un fraude que llega a 510 millones de dólares. Y con ese dinero, los hermanos Kingston compraron propiedades en Utah para sus familias, autos de alta gama y hasta una mansión frente al mar en la lejana Turquía.
Rachel fue acusada de cinco cargos que incluyen conspiración para cometer fraude postal, lavado de dinero, dos cargos de lavado de dinero y destrucción de registros. Sally fue acusada de un cargo de conspiración para cometer fraude postal y un cargo de lavado de dinero. A las dos mujeres se les permitió regresar a casa ese día después de aceptar entregar sus pasaportes.
Ya en 1999, David Ortell Kingston pasó cuatro años en prisión por cargos de incesto y sexo ilegal con una menor, ya que su sobrina tenía solo 15 años cuando se convirtió en su decimoquinta esposa.
Poligamia en Utah
El Senado de Utah aprobó por unanimidad un proyecto de ley en 2020 que convirtió la poligamia en una simple infracción, en vez un delito. Todavía habría castigos, pero serían menores, como por ejemplo, una multa de 750 dólares (equivalente a una infracción de tráfico) y servicios a la comunidad.
A pesar de que la poligamia había sido declarada como delito hace más de 85 años, todavía son muchas las familias que la defienden y la practican en Utah, en especial en las comunidades mormonas.
En la calle, una de las mayores defensoras a favor de despenalizar la poligamia es Shirlee Draper, al frente de la organización Cherish Families, quien vela por los derechos de aquellos que tienen miedo a denunciar abusos encubiertos por la clandestinidad de la poligamia.
Shirlee fue una de las víctimas del conocido polígamo Warren Jeffs, detenido en el 2016 y líder de otra secta similar al clan Kingston. Jeffs, uno de los hombres más buscados por el FBI durante mucho tiempo, tuvo 65 hijos con numerosas mujeres y fue acusado de concertar matrimonios entre hombres y niñas menores de edad.
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