Hay una sola manera de provocar la incomodidad de Kevin Bacon en cuestión de segundos. Y esto no se trata del chiste fácil de asociar su apellido a una feta de panceta y peor aún poner su imagen en una hamburguesería. Que ninguna gracia le causó, recientemente, cuando se enteró en el programa de Late Night with Jimmy Kimmel de que una cadena argentina lo estaba haciendo.
No es que sea un actor malhumorado, pero quienes lo conocen ya saben que no hay que pedirle jamás, bajo ninguna circunstancia. El protagonista del musical Footloose (1984), no reniega de su pasado y de la película que lo convirtió en una estrella de Hollywood, sin embargo, es sabido que cuando lo invitan a una boda se asegura de que no pasen el tema principal de la película, de Kenny Loggins, para no tener que bailarlo, rodeado de gente, en el peor de los panoramas. ¿Cómo logra que esa abominable situación no ocurra? El tiene una estrategia. Soborna a los DJs.
Esta artimaña era un rumor, especie de leyenda que circulaba en Hollywood, hasta que el mismo actor lo confirmó en un show de 2013 de Conan O’Brien. “Voy al disc jockey y le doy USD 20 y le digo por favor, no pongas esa canción”, le dijo Bacon al conductor del programa. Aparentemente, cada vez que se invita a Bacon a las bodas, los DJ suman la canción al repertorio, lo que impulsa al resto de los invitados a rodear a Bacon y lo insta a hacer su baile icónico. En diálogo con The Guardian en 2017, Bacon dijo que sobornar al DJ para que se salte la canción no se trata de estropear la diversión de nadie. “Una boda es la única noche en la que los novios llegan a ser las estrellas más grandes”, señaló. “Entonces, cuando alguien pone ese disco, de repente, lo quiera o no, lo modifica”, argumentó. Y agregó que las bodas de sus hijos no serían una excepción a la prohibición de Footloose. “En lo que respecta a las bodas de mis hijos, pagaré mucho más de 20 dólares”, dijo Bacon, “así que te garantizo que nadie reproducirá ese disco”.
El problema radica en que al actor le molesta que el público lo recuerde por una película que él considera una completa frivolidad, en lugar de aquellas que le dieron prestigio como JFK (1991), de Oliver Stone, Apollo 13, de Ron Howard (1995), o Río Místico (2003), bajo la dirección de Clint Eastwood, entre numerosos títulos de grandes filmes. Para evitar quedar encasillado como galán, tuvo que aprender a rechazar protagónicos de personajes intrascendentes, por más tentadoras que fueran las propuestas. Es que ya había tenido sus primeros fracasos, por malas elecciones y no quería volver a repetirlos.
A mediados de los 80, Kevin Bacon parecía estar en camino de convertirse en uno de los nombres indiscutidos de Hollywood. Pero eso no es lo que pasó. Hablando con el semanario musical NME en octubre de 2020, el actor dijo que estaba en “la cima de la montaña en Hollywood con Footloose”, pero que después del suceso de dicha producción las cosas no salieron bien para él. Lo que siguió fue una serie de papeles principales, pero en gran parte fueron fracasos como Quicksilver, de 1986 y la comedia romántica de 1991, He Said, She Said. Golpeado por estas decepciones, Bacon decidió que era hora de mirar su carrera de manera diferente.
Este actor, nacido en Filadelfia, en 1958, hizo todo lo que tuvo a su alcance para interpretar personajes interesantes, a veces oscuros, que le permitieran poner a prueba su capacidad como artista. Una manera de alcanzar ese objetivo fue eligiendo solo lo que le gustaba, aunque eso supusiera tomar roles secundarios. Hoy ya tiene 100 trabajos sobre sus espaldas, con películas de primer nivel. Pero en ese momento, optó por esa estrategia, incomprensible, suicida, para algunos. Incluso, hacer papeles que otros actores no hubiesen aceptado por nada del mundo, porque no a todos les gusta verse en pantalla de cualquier modo, como por ejemplo, personificando a un pedófilo. Bacon no le tuvo miedo a nada y siguió su intuición.
Con El hombre del bosque (The Woodsman) exhibió uno de sus mejores trabajos de Kevin Bacon en la pantalla grande. Lanzada en 2004, tiene una de las actuaciones más comprometidas del actor. Interpreta a Walter, un pedófilo que acaba de salir de prisión y está tratando de controlar sus impulsos. Según Bacon, incluso algunas de las personas que hicieron la película se sorprendieron de que estuviera dispuesto a asumir el papel. El productor de este filme, Lee Daniels, le preguntó: “¿Por qué querrías hacer una película en la que interpretas a un abusador de menores? ¡Eso es como el beso de la muerte para los actores!” . Cuando le llegó el papel él estaba buscando algo totalmente opuesto. “Quería hacer algo más convencional”, insistió Bacon. “Venía de Río Místico y no quería hacer nada oscuro”. Pero el guión de Nicole Kassell era demasiado convincente. “Sentí que la película me eligió, de alguna manera”, dijo Bacon. “No podía decir que no”. Claramente tomó la decisión correcta, ya que es una de las películas del actor más aclamadas por la crítica especializada.
Con el paso del tiempo, el actor continúa manteniendo su postura. Desde hace unos cuantos años, con el avance de las plataformas digitales, aumentaron las propuestas apetecibles. Ahora hay más Kevin Bacon por TV. Se lanzó con la serie The Following (2013-2015), continuó con I Love Dick (2016-2017) y una de las últimas es City on a Hill, donde interpreta a Jackie Rohr, un corrupto y renombrado agente del FBI, turbio y por momentos temible. “Jackie siempre se mete en lugares oscuros. La primera vez que lo ves, está andando en auto rápido por la ruta, tomando cocaína y con una mujer que no es su mujer. Es un tipo que vive en el límite. Encarnar personajes como este es meterse en un lugar raro todo el tiempo: amenazando gente, haciendo negocios y consumiendo drogas”, dijo en rueda de prensa virtual en 2021 para presentar la serie de Paramount+.
Amor y odio por la fama
A los pasos de Footloose, y todo lo que representa, se suma la fama, que tampoco le sienta bien. Sin embargo, hay que reconocer su franqueza al admitir que en su juventud sí quiso ser una auténtica estrella con dinero, mujeres, y ver su foto por todas partes, por mucho que hoy la idea le desagrade y prefiera el anonimato.
Kevin es el sexto hijo, de una familia muy unida, de Pensilvania. Su madre Ruth era docente de una escuela primaria y su padre, Edmund Norwood Bacon, un destacado arquitecto. Kevin nació 8 años después del menor de sus hermanos. Imposible no asociarlo con el protagonista de Mi pobre angelito, rodeado por hermanos mayores que lo ignoraban. El actor recuerda que de chico necesitaba “que le prestaran atención” y que eso haya sido el germen de su vocación actoral. A los 16 se ganó una beca para estudiar en la Escuela de Gobernadores de Arte de Pensilvania, en la Universidad de Bucknell. Y a los 17 se fue a conquistar como muchos Nueva York, detrás de su sueño. Todo lo que deseaba le llegó muy pronto.
Uno de los primeros papeles de alto perfil de Kevin Bacon fue Jack Burrell en el clásico de terror de 1980, Viernes 13. Décadas después del estreno de la película, en junio de 2020, Bacon confesó a Entertainment Weekly que una reacción morbosa de los fanáticos a la película lo persigue hasta el día de hoy.
Como muchos personajes del filme, Jack de Kevin Bacon no sobrevive en la película. Hay algo que al actor le sigue molestando de la escena de su sangrienta muerte. A pesar de los muchos papeles que ha hecho en el cine, hasta hace poco los fanáticos se le acercaban para que les firme la fotografía de él en su lecho de muerte. “Siempre me horrorizó que haya sido la foto número uno cuando me piden que firme”, reconoció Bacon. “Yo, con sangre saliendo de mi boca y una flecha atravesando mi cuello. Soy un tipo bastante tranquilo. Después de un tiempo, simplemente te afecta. Dices, ‘Realmente, ¿tengo que hacerlo? ¿firmar otra foto mía muerto?”
El musical ochentoso Footloose supuso el gran lanzamiento de la carrera de Bacon y Sarah Jessica Parker, pero el actor reveló tiempo atrás un secreto que llevaba años guardando. Para interpretar el papel de un joven de Chicago que se traslada a un pueblo y convence a sus compañeros de reivindicar el derecho a disfrutar de la música y el baile prohibidos por las autoridades locales, el actor necesitó la ayuda de cuatro dobles: un bailarín, un experto en escenas de acción y dos gimnastas.
“Allí estábamos los cinco con el mismo estúpido vestuario y yo me sentía fatal porque no era capaz de hacer las escenas solo. Por aquel entonces, yo empezaba. Solo era conocido en Broadway y estaba furioso conmigo mismo. Fue como si fuera un bateador novato al que cambian en medio del primer partido de la liga. Nadie quiere ser el tipo al que sacan porque no lo puede hacer”, decía en una entrevista años atrás. Aunque Bacon es muy crítico con su trabajo en la película que lo llevó a la fama, no necesitó ayuda para las coreografías más difíciles ya que algunos de los pasos más míticos del filme los consiguió a base de ensayar muy duro con un entrenador. Además, Footloose fue un éxito total de taquilla, consiguiendo multiplicar por diez los ocho millones de presupuesto inicial.
Kevin, que logró arrebatarle el papel a Bon Jovi en la audición, reveló que desde el estudio le pidieron guardar el secreto. “Cuando se estrenó la película el estudio me pidió que no mencionara el tema de los dobles ante la prensa. Y yo pensé: ¡Están locos! Nadie va a creer que el que baila soy yo.”
A los 24 años con el éxito mundial de la película sintió que él no estaba preparado para esa fama en algún momento tan anhelada. No le gustó para nada porque la vivió como una “pesadilla”. Ya su sueños habían comenzando a transformarse mientras estudiaba actuación. Allí se propuso ser un buen actor. El resto, pasó a ocupar un segundo plano.
Bacon está casado con la actriz Kyra Sedgwick desde 1988, a quien conoció mientras rodaban Lemon Sky. Viven en Nueva York y tienen dos hijos: Travis (1989) y Sosie (1992), que es actriz y se la puede ver en algunas producciones de Netflix como 13 Reasons Why y Narcos México.
Las nuevas plataformas digitales ampliaron el abanico de oportunidades para Bacon, también seducido por participar de producciones más pequeñas, siempre que satisfagan sus expectativas y representen un desafío, actitud que con los años se mantiene intacta.
Desde 1995, tiene una banda musical junto a su hermano Michael, llamada The Bacon Brothers. Ya van por los seis álbumes. A pesar de su malestar con la fama, el músico y actor no se hace ningún drama con subir videos a sus cuentas de Instagram y Tik Tok. Habrá que verlo.
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