Una de las grandes leyendas del rock, Iggy Pop, cumple 75 años. El músico de rock, actor y productor estadounidense, celebrará con una gira que lo llevará por 17 países. Dueño de una juventud eterna, sigue pisando los escenarios con una actitud arrolladora. Nada lo detiene. En los próximos días se presentará en varias ciudades de Francia, continuará por los países escandinavos, más tarde por Alemania, Italia, Grecia, España, Polonia y más.
A sus shows se presenta siendo el mismo: un flaco de pelo largo lacio y platinado, con el torso desnudo, ya curtido por el tiempo y sus pantalones negros pegados al cuerpo. Iggy Pop decidió continuar siendo el mismo. Su estado físico es formidable. Si bien ya no tiene los abdominales marcados, se mantiene gracias a los resultados de su equilibrio interno logrado por la práctica de chi kung, una terapia relacionada con la medicina tradicional china, basada en el control de la respiración, que aporta vitalidad. A esta disciplina también se la conoce como fuente de la juventud. El cantante asegura que su estado mental está mejor que el de su cuerpo. Se considera un hombre feliz
Desde hace 14 años vive con su tercera mujer Nina Alu, una colombiana escultural, de una sonrisa generosa. Con ella aprendió a hablar un poco de español. A ambos se los suele ver de la mano en las entregas de premios y juntos son un desparramo de estilo. Ningún medio quiere perderles el paso.
El mismo se ríe y sorprende de su actual estilo de vida en un lugar tan luminoso y amable como Miami. Cuenta que saca a pasear a Biggy, una hermosa cacatúa de su jaula para que esté libre durante un rato. La rescató hace 14 años y comparten cama, sofá y un poco de música. Le creó una cuenta en Instagram @Biggypop, irresistible para sus fans ya que los videos son muy divertidos.
Todo esto llega luego de una vida desenfreno, de un continuo ida y vuelta en el mundo de las drogas. Y de las que no perdonan, como la heroína, de las más potentes, adictivas y peligrosas. O el crack. Hoy ni siquiera fuma tabaco. Es un sobreviviente de sus excesos. Un ganador de grandes batallas que se dispuso a disfrutar de la vida.
Este año abrió el calendario de Pirelli, con su cuerpo pintado de plateado. Las fotos las tomó el cantante canadiense Bryan Adams en una faceta poco conocida. Las imágenes exponen las huellas del tiempo grabadas en su cuerpo y una fuerte personalidad, que se hizo notar desde muy chico, en su Michigan natal.
Sus crianza en un parque de caravanas
James Newell Osterberg es el verdadero nombre de Iggy. Nació en Muskegon, Michigan, un 21 de abril de 1947. Fue un chico afortunado. Si bien le tocó crecer en un parque de casas rodantes con lo justo, sus padres lo apoyaron en su temprana pasión por la música. No solo le compraron su primer set de batería. También le cedieron la habitación principal porque en la suya no cabía.
Su madre Louella Christensen (1917–1996) era una secretaria y su padre., James Newell Osterberg (1921–2007) maestro de inglés y entrenador de béisbol de la Fordson High School. Los dos tenían empleos estables, pero no querían vivir complicaciones económicas y tenían pánico a ser pobres como lo habían sido sus progenitores. El padre de Iggy fue un huérfano adoptado por una familia sueca y tomó el apellido de ellos, Osterberg.
La dificultad que tiene Iggy al caminar se remonta a su infancia. Tuvo poliomielitis y algunos le atribuyen a sus secuelas los movimientos extraños que despliega en el escenario.
Allí en ese trailer sus padres cumplieron un gran rol para que el pequeño Jim explorara la música que le interesaba y le daban las herramientas para que ejecutara la batería de manera correcta. De su primera banda The Iguanas, sale su apodo Iggy. Con esta agrupación comenzó a tocar en zonas de veraneo de gente acomodada, donde comenzó a tener curiosidad por la estructura social. A Iggy no le impresionaba el dinero. Y era él quién tenía el poder de impresionar a los demás con su estilo. A los 18 años salía con la hija del presidente de una gran compañía, pero a él no le interesaba formar parte de ese mundo. Tenía bien claro que quería ser un dios del rock, le dijo a la revista Icon. Y lo logró convirtiéndose en una leyenda viva de la escena punk y un reconocido solista.
Cuenta Paul Trynka, en la biografía Iggy Pop: open up and bleed que James le decía a sus conocidos que antes de cumplir 45 años estaría en la Casa Blanca y como presidente. Su interés por la música, especialmente por el garage rock, fue superior a su vocación política.
En 1967 la iguana da un gran salto. Conforma la banda The Stooges, a la que pone su voz y todo su cuerpo. Desde fines de los sesentas y principios de la década de los setentas, se convierten en referentes de un género: el punk rock. Pronto el vocalista se hizo famoso por sus presentaciones, de movimientos audaces, electrizantes, de un estilo propio, aunque siguiendo el rumbo de cantantes de gran potencia escénica como Jim Morrison, el cantante de The Doors o Mick Jagger, de The Rolling Stones, en quienes se inspiró. Fue por esos tiempos cuando empezó a zambullirse al público. Y a lastimarse y hasta partirse la cabeza por su arriesgada costumbre de arrojarse al público en los conciertos. Un acto al que se le atribuye su invención a Iggy Pop. En inglés se llama stage diving (zambullida desde el escenario).
El período de The Stooges donde ganó fama y reconocimiento, estuvo fuertemente marcado por las drogas. Grabaron tres álbumes The Stooges (1969), Fun House (1970) y Raw Power (1970). Dentro de ese período fue padre por primera vez de su único hijo Eric Benson, quien en la actualidad se dedica a la actuación. El es fruto de la relación con una chica de Los Ángeles llamada Paulette Benson.
David Bowie fue un gran impulsor de la carrera de la estrella de The Stooges. Era quien lo visitaba cuando terminaba internado por su descontrolado consumo de drogas. El británico lo ayudó a producir dos de sus grandes discos solistas como The Idiot o Lust for life. En este último está el tema The Passenger, una de las más valoradas de la carrera de Iggy Pop. También compusieron juntos muchas canciones que hoy son historia, Tonight, Sister Midnight y China Girl.
En 1983 cuando Bowie graba una versión de China Girl para su album Let’s Dance, que orginalmente estaba en el disco de The Idiot fue para Iggy una salvación económica. Las regalías aportaron tranquilidad a su vida durante un tiempo.
Además de trabar una amistad única con David Bowie, a Iggy se le conocen otros grandes amigos. Uno es Johnny Depp. Y el otro es el cineasta Jim Jarmusch, quien convocó al músico para uno de sus films, mas tarde premiado: Coffee & Cigarettes. En las once historias, no podía faltar su amigo, que brilló junto a otras estrellas como Bill Murray y Roberto Begnini, entre otras.
También actuó en muchos filmes. Se lo puede ver en Cry-Baby, Sid and Nancy, El color del dinero, The Crow: City of Angels, Hardware: Programado para matar, Rugrats: la película, Snow Day, Coffee and Cigarettes, Dead Man y Persépolis. El director español Oscar Aibar, le dio un protagónico, en la película Atolladero.
El cine, indudablemente, atravesó la vida del rockero. Compuso infinidad de canciones para bandas sonoras. Estas son algunas: Crocodile Dundee II, Trainspotting, Lock, Stock and Two Smoking Barrels, Haggard, Arizona Dream, Repo Man; Black Rain, Freddy’s Dead: The Final Nightmare, Shocker y Kurt Cobain: About a Son.
A pesar de su reconocimiento mundial, los premios le fueron bastante esquivos. Nunca recibió un Grammy como muchas otros grandes músicos. Un gran momento para Iggy fue cuando el 15 de diciembre de 2009 se anunció que The Stooges ingresaría finalmente en el Salón de la Fama del Rock and Roll al año siguiente.
El 24 de mayo recibirá en Suecia el Polar Music Prize 2022, considerado como el Nobel de la música. El pionero del punk levantará su galardón. Y mientras tanto, continuará disfrutando de su gira por Europa y de su nueva vida.
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