Su vida fue un tormento permanente. Tuvo que enfrentarse cara a cara con sus propios demonios, que no lo dejaban en paz ni un minuto. Johnny Cash, el legendario artista country, también conocido como El hombre de negro por vestir siempre con tonos oscuros, nació el 26 de febrero de 1932, en Arkansas, en los Estados Unidos. Su adicción a las drogas y al alcohol lo dejó casi en la quiebra. La muerte temprana de su hermano, de la que el cantante se sentía responsable, lo acompañó hasta sus últimos días.
Johnny, muy unido a su hermano mayor, Jack, quien fue arrastrado por una sierra de cabeza giratoria en el molino donde trabajaba, casi lo partió al medio. Sufrió daños irreversibles y dolores insoportables por más de una semana, hasta su muerte, el 20 de mayo de 1944, a los 15 años. Según la autobiografía de Cash, su padre estaba lejos esa mañana, pero Johnny, con su madre y Jack, habían tenido premoniciones y presentimientos de que algo malo sucedería ese día.
Sus padres, Ray Cash y Carrie Cloveree Rivers, tuvieron siete hijos, Johnny fue el cuarto. En 1935, con tres años, su familia se estableció en Dyess Arkansas, una colonia establecida durante el New Deal (nombre que Franklin D. Roosevelt dio a su política para luchar contra la Gran Depresión), para darle una oportunidad a las familias pobres de trabajar la tierra y acceder a una vivienda.
Con tan solo cinco años empezó a trabajar en los campos de algodón de la granja familiar, con tan mala suerte que la familia sufrió dos inundaciones, drama que inspiró a Cash para escribir el tema Five Feet High and Rising. Más tarde compondría más música sobre la Gran Depresión, la población pobre y la clase trabajadora. A los 14 años consiguió un trabajo para llevar agua a las cuadrillas y más tarde, en una fábrica de coches, hasta que estalló la guerra de Corea. Se alistó en el Ejército, donde transcribía las transmisiones rusas codificadas en Alemania, donde compró su primera guitarra.
Johnny se casó en 1954 con Vivian Liberto, una joven que no veía con buenos ojos el ascenso meteórico de su marido músico, situación que lo alejaba largas temporadas de Vivian y de sus cuatro hijas: Rosanne, Kathy, Cindy y Tara. Aquellos días fueron los más salvajes de Cash: su adicción a las anfetaminas y los barbitúricos era incontrolable.
“Es una lucha continua. Sin embargo, sé que si me encomiendo a Dios cada mañana y soy honesto con él y conmigo mismo, conseguiré llegar bien al final del día”. LLegó a ser arrestado después de intentar entrar infructuosamente a los Estados Unidos con 669 tabletas de efedrina y 475 ansiolíticos que había comprado en México. “Era una bolsa de huesos. Parecía la muerte andante y lo sabía. Había un lado violento en esa persona”, confesó sobre su terrible autodestrucción en la que cayó, en el documental The Gift: The Journey of Johnny Cash, estrenado en Youtube Premium. Vivian sufrió en silencio los excesos de ese hombre al que amaba, después le tocaría enfrentar las infidelidades del creador de Cry! Cry! Cry!
Corría julio de 1956 cuando llegó el amor inevitable: June Carter. Mientras acompañaba a su primer marido, Carl Smith en la guitarra, se cruzó con Cash entre las bambalinas del Grand Ole Opry, de Nashville. La atracción fue instantánea: ambos sabían quién era el otro. Ella, porque durante la gira con Elvis Presley había escuchado varias veces I Walk the Line. Y él, porque conocía muy bien la carrera de June porque se crió con la música de la influyente familia The Carter Family. El problema que se interponía entre ellos era que ambos estaban casados.
June Carter nació el 21 de junio de 1929, hija de una familia de músicos que supieron cultivar el estilo country desde hacía muchos años. June cantaba con su madre y su hermana en Mother Maybelle & The Carter Sisters. Estudió interpretación en Nueva York junto a nombre como James Dean y Robert Duvall, con quien hasta compartió el set de filmación en El Apóstol.
En 1962 June se unió a la banda de Cash. Ese fue el punto de partida para que iniciaran un romance clandestino, así lo afirma Julie Chadwick, en su libro The Man Who Carried Cash. En 1956 June se divorció del padre de sus hijos, pero al año siguiente volvió a pisar el altar con el futbolista Edwin Rip Nix. No tardó mucho en divorciarse por segunda vez, pero Johnny seguía casado y June lo rechazaba como amante, aunque ella sabía que el músico estaba perdidamente enamorado.
En esa época se rumoreaba que la unión musical con June había sido perjudicial para la carrera de Cash, sin embardo, fue el propio autor Press On quien sostuvo que “había sido emocionante tener su apoyo en el escenario, un gran honor y una gran oportunidad (...) Hizo que me mantuviera en las tradiciones de las que provengo, y eso siempre ha sido muy importante para mí, y gratificante”.
Finalmente se casaron en 1968 y fue su familia política la primera en popularizar a gran escala el folk sureño, una gran influencia durante los años ‘50 y ‘60. “No puedo recordar nada más de lo que hablamos, excepto sus ojos. Esos ojos negros que brillaban como canicas”, escribió June en las notas del Love, God, Murder. Pero nada era normal en la vida de la pareja. Aunque él ya estaba solo, ella dudaba de que él hubiera dejado sus adicciones.
Johnny entonces compró una casa cercana a un lago en Hendersonville para que vivieran juntos, a modo de una familia ensamblada. Lo que June no supo es que su amado no había dejado de beber ni de consumir pastillas. La familia Carter, unida y musical y religiosa, no pensó en alejarlo de su hija, todo lo contrario: decidieron ayudarlo juntos a recuperarse. Pese a esa realidad lúgubre que empañaba su relación, June lo apoyaría hasta el fin de sus días.
Tuvieron un solo hijo, John Carter Cash, también pudieron convivir pacíficamente con las hijas de sus matrimonios anteriores. Pero las adicciones se convirtieron en una maldición para la familia. Cash hijo, músico y productor, fue detenido en 2014 en un aeropuerto de Canadá por desnudarse en estado de ebriedad.
En el 2000, June Carter le concedió una entrevista a la revista Rolling Stone: “Nunca hablé mucho acerca de cómo me enamoré de John. Y ciertamente no le dije cómo me sentía. No era un momento conveniente para que me enamorara de él, y no era un momento conveniente para que él se enamorara de mí. Una madrugada, alrededor de las cuatro en punto, conduje mi automóvil casi tan rápido como pude. Pensé: ‘¿Por qué estoy en la carretera a esta hora de la noche?’. Me sentía miserable y lo vi claro: me estoy enamorando de alguien de quien no tengo derecho a enamorarme”. También confesó haber sentido miedo por la forma de vida de Cash. “No puedo enamorarme de este hombre, pero es como un anillo de fuego”.
Si hubo alguien que conocía como nadie a Johnny Cash fue manager, Saul Holiff.
“Debería haber sido implacable para salvar el matrimonio. Tan implacable como June lo fue para destruirlo”, escribió su ex esposa, Vivian, en sus memorias I Walked The Line: My Life With Johnny. La pareja Johnny-June se vio retratada en la pantalla grande, pero no todo fue rosa como en el guión que protagonizaron Joaquin Phoenix y Reese Witherspoon en la biopic En la cuerda floja.
El film mostró cómo June luchó con todas las fuerzas que encontró por alejar a Cash de sus adicciones. El film termina con la recreación del 22 de febrero de 1968 en el que el artista le pidió casamiento en un concierto en Canadá ante la mirada de 7.000 espectadores.
Lo que sigue es una historia idílica entre los músicos. Lejos de la realidad, al menos es lo que se deduce de varios testimonios recogidos. El periodista Robert Hilburn, quien investigó para su libro Johnny Cash: The Life descubrió un episodio sombrío: “Pensaba que conocía a Johnny Cash, pero no sabía que las cosas se habían vuelto tan oscuras. June estaba embarazada del hijo de John, John Carter. Se habían casado en el 68, esto pasó en el 69 y el niño nació en el 70. June, mientras está embarazada, se entera de que John tuvo o había tenido una aventura con su hermana Anita. Durante ese tiempo John tenía relaciones con otras mujeres, y una de ellas fue Anita”.
Hilburn también reveló otro sórdido episodio en el que cuenta que Johnny Cash perdió la virginidad después de violar, junto a otros amigos, a una chica con deficiencia mental. Tenía 15 años.
El único hijo en común de la pareja, John Carter, confió en Anchored in Love: An Intimate Portrait of June Carter Cash que aunque se haya mostrado un cuento de hadas, “la realidad es que el sufrimiento continuó y empeoró, si acaso, a lo largo de los años”. También explicó que tras sufrir algunos problemas de salud, Cash recayó en el abuso de drogas, ingresando varias veces en el Centro Betty Ford. El dinero escaseaba en la familia porque se despilfarraba de una manera tremenda y, en los ‘80, cuando la carrera discográfica de su padre se cayó a pedazos, no tuvieron otra opción que vender gran parte de las joyas para pagar el servicio doméstico.
Lo que más sorprende del relato de su hijo es el retrato que dibuja de su madre June, de quien sostiene que era una compradora compulsiva, que tenía un severo problema con las pastillas y que muchas veces se ponía paranoica porque temía que su esposo le fuera infiel otra vez. Pese a todo, en 1994 Cash le dedicó una carta a su esposa con motivo de su cumpleaños.
“Feliz cumpleaños Princesa. Nos hacemos viejos y nos acostumbramos el uno al otro. Pensamos parecido. Nos leemos las mentes. Sabemos lo que el otro quiere sin preguntar. A veces nos irritamos un poco. Quizás a veces se da por sentado. Pero de vez en cuando, como hoy, medito sobre eso y me doy cuenta de la suerte que tengo de compartir mi vida con la mujer más grande que he conocido. Todavía me fascinas e inspiras. Me influyes para ser mejor. Eres el objeto de mi deseo, la razón terrenal para existencia. Te quiero muchísimo. Feliz cumpleaños Princesa”.
El creador de Ride This Train y su gente entraban con su música a Folsom, la prisión californiana de máxima seguridad para que los presos escuchen su talento en forma gratuita. Por aquel entonces, todavía se aseguraba que las prisiones estaban hechas para contribuir a la rehabilitación de los presos. Hasta Ronald Reagan, recién elegido gobernador de California, visitó a Johnny Cash y su banda, que ensayaban en un hotel, para desearles buena suerte.
Los presidiarios veían en Cash uno de los suyos. Cuando compuso Folsom Prison Blues, canción inspirada en una película y no en experiencias propias, convenció a su singular auditorio. Las discográficas, en cambio, mostraban reticencias respecto de que creían una mala idea identificar a Johnny con ese universo tan peculiar. La muestra funcionó en todos los sentidos. Un años después repetirían la acción en otro sitio un poco más intimidante: la cárcel de San Quintín, donde presentó su disco A Boy Named Sue por el que obtuvo un éxito arrollador.
El vocalista, respetado por delincuentes y asesinos, sacó su tercer álbum carcelario, På Österåker, registrado en una prisión en las afueras de Estocolmo, que incluye interpretaciones del repertorio de Kris Kristofferson. El autor de Cocaine Blues también invirtió muchas de sus ganancias en apoyar a asociaciones de salud mental, un hogar para niños autistas, refugios para mujeres maltratadas, la sociedad americana del cáncer, YWCA, la juventud para Cristo, la vida del campus, y otras sociedades sin fines de lucro. En su carrera, Cash ganó diez premios Grammy, el último por su canción Give My Love to Rose. En sus últimos años padeció varias enfermedades, pero logró, al final, salir de su dependencia del alcohol y las drogas.
June Carter falleció el 15 de mayo de 2003 tras una operación a corazón abierto. “La única queja que tengo es que su contribución al country pasará desapercibida porque es mi esposa”. Según Cash, antes de su muerte, June lo animó a que continuara trabajando. “Obediente”, el músico llegó a completar más de sesenta grabaciones en sus últimos cuatro meses de vida.
Cuatro meses más tarde, el 12 de septiembre, partió de este mundo Johnny. Lo que el amor unió y ni la muerte no pudo separar.
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