José Antonio Domínguez Bandera nació el 10 de agosto de 1960 en Málaga, España, pero luego que una lesión en el fútbol truncara su carrera en ese deporte, eligió Antonio Banderas como nombre artístico para abrirse camino y convertirse en el hispano más famoso de Hollywood.
Sus padres fueron Ana Bandera Gallego, una maestra de escuela, y el oficial de policía, José Domínguez. Tiene un hermano deportista llamado Javier, que se destaca como regatista y acaba de ganar la Copa del Rey, entregada de manos del mismo Felipe de España.
A los 14 años, Antonio estaba enfocado en su primera gran pasión: el fútbol y, por su gran desempeño en la cancha, creyó que llegaría muy lejos, pero se equivocó. Su futuro estaba afuera de un estadio.
Ganó varios torneos en Málaga vistiendo la camiseta del “Nacional Sport” y sus entrenadores le auguraban un prometedor futuro, pero una lesión en el pie lo dejó fuera de juego, e hizo que finalmente descubriera su talento para la actuación.
Con apenas 15 pesetas en su bolsillo, dejó la casa de sus padres en Málaga y fue a probar suerte a Madrid. Ahora, su sueño era convertirse en actor y, su buen desempeño en el escenario de su ciudad natal, lo empujaron a mudarse a la capital española.
La primera vez que puso un pie sobre el escenario fue para interpretar un texto de Calderón de la Barca, “La hija del aire”, con el que se lució en el Centro Dramático Nacional. A principios del 80, llegó a la televisión y, de allí, dio el salto a la gran pantalla con diferentes papeles en las películas del director de cine español, Pedro Almodóvar, como “Laberinto de Pasiones”, “Matador”, “La ley del deseo”, “Mujeres al borde de un ataque de nervios” y “¡Átame!”.
De la mano del gran cineasta, Banderas se hizo famoso no solo en España, sino que su nombre llegó a Hollywood, donde le abrieron las puertas de par en par al actor hispano más exitoso de todos los tiempos.
“Lo respeto, lo admiro, lo quiero, es mi mentor. Me ha dado tanto en la vida que no tengo más remedio que dedicarle este premio”, dijo sobre Almodóvar durante su discurso, cuando recibió el premio al Mejor Actor en el Festival de Cannes de 2019.
Sin embargo, el desembarco de Banderas en la Meca del cine no fue visto con buenos ojos por Almodóvar, quien le ofreció otros proyectos y, antes su negativa, le confesó que no estaba de acuerdo en que se fuera de España. “Hollywood te va a aplastar, vas a malgastar tu talento... Y yo te lo habré advertido”, le reprochó.
Al poco tiempo, se dio cuenta que su pronóstico había sido erróneo, pero no volvieron a hablar hasta que en 2011 trabajaron juntos en la exitosa película “La piel que habito” y, en 2019, en “Dolor y gloria”, un film por el que Antonio Banderas fue nominado al Premio Óscar como Mejor Actor.
Banderas llegó a los Estados Unidos sin hablar una palabra en inglés, así que lo primero que hizo fue anotarse en una academia para tomar clases diarias de 8 horas. Cuando en 1992, lo llamaron para protagonizar “Los reyes del mambo”, voló a Nueva York, se aprendió toda la letra y memorizó cada sonido, pero no podía comprender qué significaba lo que estaba diciendo.
De hecho, necesitó de un interlocutor para hablar con el director, Arne Glimcher, ya que solo sabía decir “Yes” (”Sí”), “Of course” (”Por supuesto”) y “I can do that” (”Puedo hacerlo”). A los pocos meses, el propio Tom Hanks lo convocó para participar en “Filadelfia” junto a Denzel Washington.
Pero en 1991, Madonna ya había posado su ojos sobre el actor español y lo convocó para su documental, “A la cama con Madonna”. La reina del pop quedó impactada con la belleza y sensualidad del malagueño, al punto que fue especialmente a una fiesta para buscarlo y hacérselo saber, pero allí se enteró que estaba casado y desistió. Algunos años después, volvió a convocarlo para trabajar en “Evita”, bajo la dirección de Alan Parker.
A diferencia de lo que pensaba Almodóvar, el éxito no se hizo esperar y Banderas protagonizó importantes películas de la mano de las grandes figuras de Hollywood como Tom Cruise y Brad Pitt, en “Entrevista con el vampiro”, “Desperado” con Salma Hayek; “Pecado original” con Angelina Jolie, “Asesinos” con Sylvester Stallone; “Érase una vez en México” con Johnny Depp; “Los indestructibles” con Mel Gibson, Wesley Snipes, Jason Statham, Harrison Ford, Arnold Schwarzenegger y Sylvester Stallone y “Duro de cuidar 2″ con Ryan Reynolds, Samuel L. Jackson y Morgan Freeman.
Con “La balada del pistolero”, “La máscara de El Zorro” y “La leyenda de El Zorro”, Banderas dejó su particular estilo en la gran pantalla estadounidense, componiendo personajes inolvidables. Broadway también le dio la bienvenida en 2003, cuando protagonizó el musical “Nine”, basado en la película “Ocho y medio” del cineasta italiano, Federico Fellini.
Dueño de una carrera indiscutida, posee una gran colección de premios que atesora, como el del Festival de Cannes, un Tony, varios Globo de Oro y otros tantos. En 2004, la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España le otorgó la Medalla de Oro en reconocimiento por su labor de difusión de la cultura ese país.
Banderas profesa una gran fe religiosa y, además, es amante de su tierra natal, Málaga. Por eso, participa todos los años de la tradicional ceremonia de Semana Santa, promueve varias obras solidarias en su ciudad -participó de la obra “El mayor aplauso” en el Teatro Soho junto a 350 adultos mayores vacunados contra el COVID, a quienes les dio una muestra de su apoyo por haber tolerado el aislamiento- y es el padrino de la Escuela Superior de Artes Escénicas de Málaga (ESAEM), dirigida por Marisa Zafra.
El éxito en la gran pantalla nunca lo distrajo de buscar el amor y de priorizar siempre a la familia. Banderas tiene una hija, Stella del Carmen, fruto de su matrimonio durante 18 años con la actriz estadounidense, Melanie Griffith. En 2014, la pareja le puso fin a su historia de amor y se divorció. No obstante, los sigue uniendo una gran amistad que ellos mismos hicieron pública en reiteradas ocasiones.
“Ella es mi familia”, declaró Banderas en varias ocasiones y aseguró que aún la sigue visitando en su casa cada vez que viaja a Los Ángeles.
Incluso, tiene una cercana relación con los otros dos hijos de Melanie, Dakota Johnson -fruto de su matrimonio con Don Johnson- a quien él mismo le dio su primera oportunidad en la gran pantalla con un papel en “Locos en Alabama” (1999) y con Alexander Bauer -fruto de su relación con el actor cubano, Steven Bauer- con quien cada año asiste a la Semana Santa de Málaga.
La pareja se conoció a principios de los 90, mientras ambos rodaban la película “Two much” (”Demasiado”). Ella, ya era una reconocida actriz en los Estados Unidos, mientras que él acababa de llegar a Hollywood. A lo largo de los años, se convirtió en el sostén de su mujer y la ayudó para que se recuperara su adicción al alcohol. Sin embargo, a pesar de que los rumores apuntaban a que esa habría sido la causa de la ruptura, ambos se encargaron de aclarar que simplemente “la llama del amor se había apagado”.
Pero Melanie no fue su primera esposa, ya que el actor ya había estado casado antes con la actriz española, Ana Leza, con quien también compartía su pasión por el arte dramático. La boda se llevó a cabo en 1987, tras apenas 6 meses de noviazgo, y los rumores aseguran que fue ella quien lo convenció de que era hora de dejar España y probar suerte en Hollywood.
Por eso, lo acompañó a los Estados Unidos y lo ayudó con el inglés, un idioma que ella manejaba fluidamente. Sin embargo, 8 años después, la pareja le puso punto final a la relación y se divorciaron. Desde entonces, Ana eligió mantener un perfil bajo y se conoce poco sobre su vida actual.
En 2014 y a los pocos meses de haberse divorciado de la madre de Stella del Carmen -quien también es actriz- Banderas conoció a la agente de bienes raíces australiana, Nicole Kimpel, a quien se cruzó intempestivamente en el Festival de Cannes de 2014 y el flechazo fue instantáneo.
“Cuando la vi, el corazón me dio un vuelco”, confesó el actor en varias entrevistas. Desde entonces, comparten su vida y viven en Surrey, a 30 kilómetros de Londres, en Inglaterra.
Hoy, a los 61 años, el malagueño puede mirar hacia atrás y ver que todo el esfuerzo en su carrera valió la pena. No solo eso: demostró que su convicción por abrirse paso -nada menos que en Hollywood- era tan firme como concreta, ya que se convirtió en el actor hispano más prestigioso del cine internacional. Algo que, hasta su gran amigo, Pedro Almodóvar, creyó que era imposible.
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