Fue (lo sigue siendo) el éxito más improbable de la historia. Una canción con aires flamencos, base de palmas, letra juguetona y sin ambiciones, compuesta y cantada por dos andaluces cincuentones que vestían jeans anchos como calefones, llevaban el pelo pasado de tintura peinado para atrás y tocaban sus guitarras españolas.
Macarena es el más impactante One Hit Wonder de la historia. Se convirtió en un fenómeno global a más de dos años de su lanzamiento original en España. Hizo el camino (largo pero muy provechoso) inverso a la mayoría de los productos pop que se globalizan. No empezó por Norteamérica. Tras ser la canción del verano en España, triunfó en Latinoamérica, después en las discos europeas y recién ahí saltó a Estados Unidos.
A un productor se le ocurrió hacer un remix, agregarle letra en inglés y lanzarla en otros mercados. Nadie pudo haber previsto lo que sucedería. Algunos datos: permaneció 14 semanas en el número 1 del ranking Billboard, logrando la segunda mejor marca de permanencia de la historia. Es una de las 7 canciones cantadas en un idioma que no es el inglés en encabezar el chart. Llegó a la cima en una treintena de países.
Ayudó, y mucho, la coreografía. Los que la hacen grácilmente y los torpes que se enredan cuando hay que hacer la transición entre poner las manos detrás de la nuca y estirar los brazos hacia adelante como ofreciendo un contacto. El único paralelismo que podemos encontrar es con Gagnam Style la canción de PSY que cantada en coreano y con una coreografía que se imanta también conquistó el mundo pero en otras condiciones, cuando lo viral ya era posible gracias a You Tube y las redes.
Bill Clinton la usó en su campaña. El público no se enfervorizaba con frases proselitistas ni con discursos encendidos. El momento cumbre llegaba con Macarena y esa especie de catarsis colectiva, que permitía mostrar al candidato y a su esposa “descontracturados” y divertidos.
Antonio Romero Monge y Rafael Ruíz Perdigones nacieron a fines de los cuarenta en dos pueblitos de Sevilla. Se conocieron en un concurso local de canto. Tenían 14 años. Desde ese día comparten grupo, aunque recién se llamaron Los del Río en 1966. Su carrera fue larga. Durante décadas disfrutaron de un módico éxito. Sacaban discos con regularidad, hacían giras, se presentaban en tablados, cada tanto iban a la televisión. Pero estaban lejos de ser estrellas. Sus actuaciones eran festivas pero no tenían ni la energía ni la actitud, ni la imagen de los artistas que dominaban los charts. Podían sentirse orgullosos de que habían construido una carrera sólida y que podían vivir de la música, de aquello que les gustaba.
Entre presentaciones y festivales, en 1993 grabaron el álbum A Mí Me Gusta. Se apuraron a sacarlo para tenerlo en las disquerías antes de Navidad. La tapa no promete demasiado. Un diseño muy tradicional, desganado. Ellos dos con sus camisas anchas y un río a sus espaldas. Sin duda no tiene aspecto de popstars.
Nadie pudo siquiera imaginar lo que vendría después. Ellos no depositaban demasiadas ilusiones en el nuevo lanzamiento. Pero sabían con claridad cuál era su tema más potente. Eligieron Macarena para abrir el álbum y en el medio de la lista de temas restantes incorporaron un remix. Doble dosis de la canción que esperaban fuera un modesto hit. Era impensable suponer que podían ingresar a los charts de la música joven en España; mucho menos en el resto del mundo.
Pero Macarena tomó vuelo hasta convertirse en la séptima canción más vendida de la historia.
Durante el verano europeo que siguió al lanzamiento, el tema se convirtió en un éxito. Un descubrimiento de los Djs que se expandió. Luego fue el turno del remix hecho por Bayside Boys, un nombre elegido por Mike Tryal y Carlos Alberto De Yarza para lanzarla.
En 1991, el dúo mientras giraba, como lo hacía habitualmente por diversos países americanos, fue contratado por el megamillonario Gustavo Cisneros para una fiesta privada en Caracas. Entre otros números estaba también una joven y sensual bailarina, una bailaora que hipnotizaba a los espectadores con sus movimientos sugerentes y enérgicos. En un momento de la fiesta, Los Del Río y Diana Patricia Cubillán Herrera quedaron actuando para un público reducido, sólo dos espectadores. Cisneros y Carlos Andrés Pérez, presidente venezolano. Antonio, al ver los pasos de la bailarina, improvisó. “Dale alegría a tu cuerpo Magdalena, que tu cuerpo es para darle alegría y cosa buena..”. Y siguió con esa línea y algunas variaciones menores durante unos minutos. Ninguno de los presentes supuso que estaba ante el nacimiento de una de las canciones más escuchadas de la historia.
Hay otra versión que afirma que ese día se produjo el primer encuentro pero que la canción nació en otro momento. Poco después , ya en España, Los del Río tocaban en un teatro español. Diana Patricia, de visita por España, fue a verlos y se anunció antes. En medio de la actuación, recordando su encuentro venezolano, la invitaron a acompañarlos sobre el escenario. Ella subió, bailó y ahi llegó la improvisación de Antonio, quien apenas terminó su show corrió a su camarín para completar la letra en cinco minutos.
Luego, cambiaron el Magdalena por Macarena, el nombre de una de las hijas de Antonio y el de una virgen a la que ellos son muy devotos (es más sostienen que el suceso de la canción fue una ayuda de ella).
Si bien conocemos el origen de Macarena no tenemos idea de quién es el pobre Vitorino ni los dos amigos con los que ella se va.
Antonio y Rafael mantienen su amistad desde hace casi sesenta años. Los dos están casados y tienen cada uno 4 hijos. Viven el pueblo andaluz de Dos Hermanos, como cuando iniciaron su carrera. Las dos familias viven en propiedades vecinas y los ocho hijos se consideran primos. El éxito no logró erosionar la amistad.
Es difícil calcular cuál es la cifra que ganaron por su canción. Algunos estiman que recaudaron más de 60 millones de dólares. Esa cantidad sólo se incrementa con el paso de los años. Ya hay registradas casi 5.000 versiones diferentes de Macarena. Una de las últimas y más impactantes y sorpresivas es la del rapero Tyga que invitó a los dos músicos andaluces a estar en su video.
La colaboración que les quedó pendiente fue con Michael Jackson. La muerte del Rey del Pop impidió la concreción de una versión conjunta. Dicen que Michael, en sus últimos años, la escuchaba en su camarín antes de salir a escena.
¿Por qué funcionó la canción? Cundo sucede algo así, con un volumen tan desmesurado, con un contagio desbocado, no hay fórmula que lo explique. Naturalmente, muchos quisieron replicar el fenómeno pero fracasaron de manera estrepitosa. Los fenómenos no se repiten ni se urden, ocurren de formas misteriosas, una combinación de elementos intangibles, una alquimia que produce oro. Pero si hay que buscarle una explicación, creo, que el lector la hallará dentro de pocos minutos cuando ya habiendo olvidado esta nota (olvidable), se sorprenda tarareando por el resto del día con un sonrisa: “Dale a tu cuerpo alegría Macarena, dale a tu cuerpo alegría y cosa buena”.
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