80 años de Dunkerque: coraje, sangre y milagro en el rescate de 330 mil soldados acorralados por los nazis

Entre el fines de mayo y junio se puso en marcha la Operación Dínamo para evacuar a las tropas aliadas en territorio francés. La Corona británica determinó que toda nave debía ser usada para salvar a los hombres atrapados en esas playas. Cómo Churchill evitó una trágica orgía de sangre

Guardar
La Operación Dínamo: el rescate
La Operación Dínamo: el rescate de los aliados de las costas francesas. Aquí, la llegada de los soldados franceses llegando a Inglaterra (Northcliffe Collection/ANL/Shutterstock)

Sin aquel repliegue hubiera sido imposible que Inglaterra ganara la guerra. En Dunkerque, Churchill ganó tiempo para el mundo” (Nick Hewitt, historiador inglés)

En mayo de 1940, la monstruosa máquina bélica del Tercer Reich era imparable. Ocupada Polonia el primero de septiembre del 39, todo el campo era (o parecía) orégano para más invasiones y el sueño de doblegar al planeta.

El 10 de mayo, la blitzkrieg (guerra relámpago de aviones y tanques) aplastó a Bélgica, Holanda, Luxemburgo y Francia con 141 divisiones, 14 mil cañones, 2.550 tanques y 4.020 aviones. La resistencia no fue poca: las fuerzas aliadas, sumada Inglaterra, alcanzaban esas cifras, pero en menos de un mes, la blitzkrieg, por su mortífera velocidad, quebró todas las barreras defensivas en lo que se llamó “La batalla por Francia”.

Ante el colosal ciclón, el alto mando británico decide evitar una orgía de sangre y ordena el repliegue de sus casi 400 mil hombres que luchaban en tierra francesa, que se refugian y quedan acorralados en el bolsón de mar que rodea el puerto de Dunkerque.

Solo hay para ellos cara o ceca: evacuación o muerte.

El primer ministro Winston Churchill
El primer ministro Winston Churchill a la salida de 10 Dowing Street para ir a hablar ante el Parlamento (Everett/Shutterstock)

En la mañana del 28 de mayo de 1940, Winston Churchill (1874–1965) llegó a la Cámara de los Comunes, analizó en su despacho, ante 25 ministros y consejeros, la marcha de la guerra. “Después añadí, con toda tranquilidad, que, por supuesto, independientemente de lo que pasara en Dunkerque, seguiríamos luchando”, recordó en sus memorias: seis volúmenes que ganarían el premio Nobel de Literatura en 1953.

Casi todos se levantaron, gritaron “¡bravo!” y le palmearon la espalda. Sobre ese instante, escribió: “No dudo de que si hubiera titubeado, me habrían expulsado de mi cargo”.

Y a partir de ese punto nació una de las mayores hazañas –leyendas, para ser más justo– de la segunda gran guerra.

Los soldados ya rescatadps. Muchos
Los soldados ya rescatadps. Muchos tuvieron que llegar a nado a los grandes barcos para poder huir de las playas donde estaban acorralados por los nazis (Northcliffe Collection/ANL/Shutterstock)

Desde el 20 de mayo, la Corona británica hizo arder sus genes marinos. Todo barco -toda cosa capaz de flotar- fue requisado entre Londres y el sur del país para salvar esas vidas. La cruzada se llamó Operación Dínamo, al mando del almirante Bertram Ramsay, pero inspirada por la férrea decisión del mariscal de campo John Vereker Gort.

Según narró Churchill,los oficiales del Almirantazgo, registrando varios astilleros, lograron 40 lanchas a motor, botes salvavidas de los transatlánticos, remolcadores, veleros, barcos y botes pesqueros, y hasta yates –grandes y mínimos– de placer. Todo para salvar a nuestro querido ejército”.

Empezaba a nacer la frase que el premier hizo célebre en septiembre de 1941, después de que los ingleses (y los londinenses, sobre todo) soportaran, día y noche, los letales bombardeos nazis: “Nunca tantos debieron tanto a tan pocos”, dedicada a las hazañas de los pilotos de la Corona en la Batalla de Inglaterra.

La Operación Dinamo se llamó
La Operación Dinamo se llamó "el milagro de Dunkerque". Durante la misma, más de 330 mil hombres franceses, británicos, belgas y canadienses escaparon de la invasión alemana desde las playas cercanas a Dunkerque (Granger/Shutterstock)

El 27 de mayo a la noche, esa desigual fuerza de profesionales y voluntarios (éstos, jóvenes y viejos) pusieron proa a Dunkerque: en total, 800 embarcaciones. “La armada mosquito”, como la bautizó Churchill por su habilidad para moverse rápido, en silencio, atacar, huir, volver a atacar, enloqueciendo al enemigo.

Pero esa gesta contó –cuestión polémica– con uno de los tantos errores de Adolf Hitler, que poco o nada tenía de estratega: solo su pavorosa maquinaria bélica y humana.

El 24 de mayo, con las tropas enemigas inermes en Dunkerque, Lille, Boulogne y Callais, en lugar de asestarles el golpe final, le ordenó al general Gerd von Rundstedt, jefe de los vehículos blindados del grupo de ejércitos A de la Wehrmacht (todas las fuerzas unificadas), detener a los tanques panzer en las puertas de Dunkerque. Parálisis casi decisiva para el éxito de la Operación Dínamo.

La foto muestra una trágica
La foto muestra una trágica escena durante el rescate de los soldados aliados (Northcliffe Collection/ANL/Shutterstock)

¿Por qué esa vacilación? Dos teorías se esgrimieron por años. La primera habla de la bipolaridad de Hitler: ataques de furia seguidos de largas caídas en mutismo, decisiones alocadas, cálculos irracionales sobre su poderío (en especial cerca de la derrota, después del desembarco aliado en Normandía –6 de junio, 1944–). La otra es política: conjetura que no quiso humillar a Gran Bretaña para lograr un tratado de paz (versión del mismo von Rundstedt en 1945), ya que no quería enfrentarse a ella…, al parecer porque un consejero le advirtió que atacarla podía ser un trágico error: solo había que revisar la historia para comprender el valor y la determinación del viejo león.

Un destructor esperando a los
Un destructor esperando a los soldados durante la evacuación de Dunkerque (Northcliffe Collection/ANL/Shutterstock)

Mayo 26, once y media de la noche, hora de las islas. Comienzo oficial de la Operación Dínamo: llega a Dover, desde el continente, el primer grupo de tropas, recibido con infernal fuego de artillería, bombardeo aéreo, y la metralla en picada de los veloces aviones Stuka.

Miles de soldados ingleses, franceses y belgas forman una desesperada fila en la playa, esperando ayuda: esa evacuación que suena imposible… Para peor, las bombas nazis devastaron el puerto de Dunkerque, solo practicable con marea alta para los 40 destructores y los 130 barcos mercantes y de pasajeros alistados por la Royal Navy para la evacuación.

Soldados aliados evacuados con éxito
Soldados aliados evacuados con éxito de Dunkerque en Inglaterra. Una joven le entrega a un soldado francés una fruta como regalo cuando el tren pasa por la estación de Londres (Northcliffe Collection/ANL/Shutterstock)

La Batalla de Dunkerque en sí misma (en la pura acción) duró apenas 10 días: del 26 de mayo al 4 de junio de 1940. Pero sus hechos y su resultado la elevaron al máximo Parnaso de la guerra. Porque en esas 240 horas quedó expuesta toda la materia del horror (aquella última palabra de Kurtz, el terrible personaje de Conrad en su libro El corazón de las tinieblas): la guerra en su total caleidoscopio de locura, coraje, sacrificio, sangre y muerte, crueldad, sadismo…: lo peor y lo mejor de la especie humana.

Un soldado británico dispara contra
Un soldado británico dispara contra un avión alemán durante la evacuación de Dunkerque (Granger/Shutterstock)

Un resultado en el que nadie en Inglaterra creyó, y que rozó el milagro: más de 200 mil soldados británicos y más de 100 mil de sus pares franceses y belgas que nunca vieron a la muerte tan cerca, regresaron a sus tierras y a sus casas.

El 4 de junio, final de la epopeya, Churchill le habló a toda la nación con un doble mensaje: “Las guerras no se ganan con evacuaciones. Seguiremos hasta el final. Lucharemos en Francia, lucharemos en los mares y océanos, lucharemos cada vez con más confianza y más fuerza en el aire, defenderemos nuestra isla sea cual fuere el precio a pagar. Lucharemos en las playas, lucharemos en los campos de desembarco, lucharemos en las calles, lucharemos en las colinas… ¡nunca nos rendiremos!”.

39 destructores llegaron a Dunkerque,
39 destructores llegaron a Dunkerque, pertenecientes a la Royal Navy, y colaboraron en la evacuación de los soldados. 19 de ellas fueron dañadas y 6 fueron hundidas(Granger/Shutterstock)

Antes, el primer día de junio, en su editorial, el The New York Times dijo: “Mientras la lengua inglesa sobreviva, la palabra Dunkerque será reverenciada. Gran Bretaña fue golpeada pero nunca conquistada. Siempre tendrá un esplendor para enfrentarse al enemigo: la luz brillante de los hombres libres que Hitler no ha podido conquistar. El milagro de Dunkerque levantó el espíritu nacional”.

El 7 de diciembre de 1941, el imperio de Japón atacó por sorpresa la base naval norteamericana de Pearl Harbor. Estados Unidos entró en la Segunda Guerra Mundial. En los días del final, Churchill admitió que sin ese aliado la victoria habría sido imposible.

SEGUÍ LEYENDO:

Guardar

Últimas Noticias

George Michael, el músico generoso que le cantó a la Navidad y murió en ella en soledad

En diciembre de 1984 el cantante estrenó con su dúo Wham! “Last Christmas”, una canción que quedó asociada a estas fechas, porque logró capturar la atmósfera festiva con un pop pegadizo, sin embargo, la letra hablaba de otro tema: una ruptura amorosa. El cantante británico, que ayudó a muchas personas a lo largo de su historia, dejó este mundo un 25 de diciembre de 2016. Se cumplen ocho años de su temprana muerte, a los 53 años. Su faceta menos conocida
George Michael, el músico generoso

La vida de una mujer trans que trabaja como profesora de inglés en escuelas públicas: “No me siento discriminada, soy una más”

La sensible historia de Sofía Monserrat Gastiarena, que a los 30 años cuenta cómo logró su transformación, su cambio de identidad y su experiencia como profesora de inglés en colegios primarios y secundarios. Confiesa que su madre la terminó comprendiendo y apoyando, que sufrió bullying en su infancia y cuenta cómo atravesó su proceso de transformación
La vida de una mujer

El gen del Ku Klux Klan: la Nochebuena que seis amigos racistas crearon la organización terrorista más grande de los EEUU

Eran ex comandantes de los estados del sur, que habían perdido la Guerra de Secesión. Hasta el día de hoy se aferran al supremacismo blanco, y lo hacen a través de la violencia y de sembrar el terror entre sus víctimas
El gen del Ku Klux

El comisario que allanaba hoteles para cazar infieles, ejerció de “custodio de la moral” y sobrevivió a un atentado del ERP

La noche del 23 de diciembre de 1974, hace cincuenta años, un comando intentó matar a Luis Margaride con un coche bomba. Por entonces, era jefe de la Policía Federal y también de la Triple A, la banda parapolicial creada por López Rega. Además de ser un conocido represor, se había hecho famoso durante la dictadura de Onganía por entrar a los hoteles alojamiento y detener a las parejas que no estaban casadas
El comisario que allanaba hoteles

La niña que desapareció luego de cantar villancicos en la iglesia y el candidato a gobernador que se obsesionó demasiado con el caso

Jonelle Matthews se evaporó una noche de 1984. Diez años después, la justicia de Estados Unidos la declaró oficialmente muerta y en julio de 2019, unos excavadores encontraron restos humanos mientras instalaban cañerías cerca de la antigua casa de la familia. Las pericias develaron un sospechoso: el pastor evangélico de la iglesia donde la niña cantaba, que siempre deseó convertirse en sheriff y en gobernador
La niña que desapareció luego